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Tres años después del accidente.
New York.

POV. Terry 

—¿Gusta algo más Sr.?— me preguntó un empleado que trajo café y un puro.

—Nada gracias...— respondi.

Él salio de mi oficina y se fue a terminar con uno de tantos asuntos.

Tomo el puro y lo enciendo. Inhalo profundamente y exhalo con pesadez... Como quisiera que el tiempo retrocediera hasta aquellos momentos tan lindos en escocia...

Ahora me he encargado de ser yo el responsable de diversos asuntos como el duque de Grandchester. Así como también del teatro.

Ya pasaron tres años de mi más grande pérdida...

Desde que ella se fue yo no he podido ver el mundo de otro modo a como lo veía cuando ella estaba viva.

A veces pienso que ella no murió, que ella esta en alguna parte de este miserable mundo pero... ¿Donde?

Quisiera emprender un viaje a cada rincón más recóndito del universo contal de encontrarla... Pero si su madre me lo ha confirmado también...

Sí, yo me hice cargo de proteger a Alessandra. Aquella bella dama que quizo sacrificar su vida por la de su hija pero sus intentos fueron fallidos.

Después de mi regreso a Nueva York, comencé a perder el control de mi mismo y me emborrachaba. Hasta que un día fui a dar al hospital por una herida provocada en una pelea... Incluso en aquellos momentos recordé a mi Tarzan pecosa cuando me pelé en el colegio.

Me atendieron así que salí pronto. Pero lo más desconcertante de mi salida fue ver a mi madre abrazando a una mujer castaña de aproximadamente treinta años o quizá más.

Fui a apoyar a mi madre la cual me dijo que ella se llamaba Alessandra y había regresado de la guerra. Por motivos tanto personales como de salud.

Y sí, lucia un yeso en el brazo izquierdo...

Pocos días después me enteré que ella era la madre de Candy y le ofrecí todo mi apoyo a lo cual se negó siendo la primer vez. Pero al pasar el tiempo término accediendo y compre una casa para ella. Ya que su departamento había sido vendido.

Por lo menos siento que hice bien en aquel aspecto. Pienso que si Candy hubiera estado con nosotros todo hubiera sido diferente.

Mi corazón sigue estando helado por todo el dolor que aún siente a causa de la pérdida de mi más grande amor. Mi bello ángel se ha ido desde hace tres años... Dicen que tengo que seguir adelante, dicen que es lo mejor tanto para mi como para ella...

Yo les pregunto ¿Como seguir adelante si tu vida se ha ido con aquellos ojos? A lo que responden: "No es la única mujer, hay más". Siempre señalando a Susana Marlown.

Ella no será la única mujer pero si es la única a la que mi corazón puede entregarle todo mi amor aun después de su muerte.

—Querido, he venido a buscarte para que me ayudes con las invitaciones— chilló Susana rodeando mis hombros con sus brazos y danzando feliz.

Directo al amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora