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Un mes había pasado después del reencuentro entre Candy y su madre. Las cosas entre ellas estaban marchando a la perfección y el trabajo no era excusa para que ellas hablaran. 

Por supuesto tenían muchismo trabajo por atender a lo que al final del día terminaban agotadas, y no solo ellas sino todos los médicos. Aunque tenían un día por semana para descansar, claro solo sino se requería de su presencia en el campamento ya que de ser así tenían que permanecer apoyando en lo que pudieran.

La guerra se intensificaba, por lo que el número de heridos y personal médico iba en aumento cada día en el campamento donde se encontraba Candy. 

—¿Han escuchado de las grutas que están cerca del arrollo?— preguntó Dennise una joven doctora castaña con el cabello lacio. Por cierto muy amiga de Uriel, Candy y Julian.

—Sí, dicen que estan hermosas pero la verdad no ha habido tiempo de visitarlas— comentó Adrién un joven médico que era novio de Dennise.

—Debemos de checar cuando coincidimos todos en el descanso y posiblemente podamos ir— animo Candy que soñaba con coleccionar recuerdos hermosos al lado de sus nuevos amigos. Asi como lo hizo cuando era niña y adolescente. 

—Bueno yo mañana puedo— dijo Uriel y todos concordaron en que sí podían ir.

—Mañana saldré con mi madre...— Candy se desilusionó. 

—No te preocupes, diviértete yo podré descansar un rato— replicó Alessandra.

—No yo quiero estar contigo— exclamó la joven rubia.

—Esta bien, esta bien.  Candy puedes llevar a tu madre y así pasaran más tiempo juntas— propusó Uriel que ya era casi como un hermano de la joven. 

—Tienes razón Uriel, lo haré— respondió con una gran sonrisa. 

—Vamos todos a trabajar— gritó la jefa de enfermeras mientras que sonaba una campana en el comedor improvisado del campamento. 

Al día siguiente el grupo de amigos se reunió donde habían acordado, y de ahí emprendieron el viaje rumbo a las grutas. Sabían a la perfección que no ha habido ningún bombardeo así que decidieron emprender ese viaje. Lo cuál era más peligroso. Aunque Candy no estaba muy confiada. Ya que los alemanes podrían atacar en cualquier momento, siendo una de sus tantas tácticas de guerra...

—¿Ya casi llegamos?— preguntó la joven un tanto agotada. 

—No...

Un ruido ensordecedor interrumpió a Dennise. Escucharon como bombas caían del cielo para dar a unos metros no tan alejados de ellos. Ahí estaban los alemanes.

<<Estamos perdidos>> fueron los pensamientos que albergaron a todas y cada uno de esas personas. Quienes se estremecieron de pies a cabezas, aunque milagrosamente no se quedaron en shock.

Estaban al principio de una cueva por lo que si lograban correr lo suficientemente rápido podrían llegar a la salida y regresar al campamento. Pero tenían que ser rápidos. 

—¡Corran!

Nadie dudo un segundo y ordenaron a sus piernas moverse tan rápido como fuese posible. Aunque con ese enorme deseo por salir de esa cueva, que motivo ese intento no lograron salir porque otra bomba estallo en la entrada y vieron como soldados salían de entre los arboles listos para atacar. Al parecer no era un buen momento para estar allí, el destino no estaba en favor de todos los ahí presentes. Bueno, en la guerra ¿que más se puede esperar a no ser muertes y dolor?

Todos tenían sus pulsos acelerados y el terror estaba presente en cada expresión que ellos hacían. 

—Candy... Necesito que tengas estos anillos. Son los anillos de matrimonio de tu padre y el mío—dijo Alessandra entregándole un par de anillos a su hijo. Donde tenía gravado Alessandra & Arthur. 

 —¡Tenemos que salir de aquí!— gritó Uriel con la voz temblorosa por el pánico. 

—¿Cómo?— respondió Candy sabiendo que no había escaptoria.

Pero el joven vio un pequeño trave por el que podrían pasar si se daban prisa, cosa que era muy poco probable. 

—Tenemos que apurarnos...

¡Boom! ¡Boom! ¡Boom! se escuchó el espantoso estruendo por toda el area. Afortunadamente aún las bombas no derrumban toda la cueva.

—Candy... Tienes que vivir, pero quiero que sepas que encontrarte fue lo más hermoso que jamás me haya pasado en la vida. Hija te amo y te amaré, sé muy feliz al lado de Terry... Porque cuando salgas de aquí tienes que ir a buscarlo y organizar una linda boda. Ten en cuenta que tu padre y yo estaremos presentes. Candy... Perdoname por haberte abandonado, no fue mi intención porque siempre quise mantenerte a mi lado pero mi situación me obligó a hacerlo... Hija te amo. 

—Mamá no digas eso... Veras que saldremos todos. 

El suelo retumbo, las rocas de encima se comenzaron a mover. 

Fue una mala idea el ir a visitar las grutas en aquellos días de guerra... Todos lo sabían pero alguna fuerza extraña los obligo a ir directo a su destino, cualquiera que fuese. 

Las balas de los soldados hacian eco en todo el lugar y los gritos de dolor que inundaban al receptor de la bala era un infierno para aquellas personas que amaban sanar a sus pacientes. Por su puesto jamas habían sido testigos de una batalla como aquella... Y quizá jamas lo volverían a ser. 

Otra bomba cayó produciendo esta vez a diferencia de anteriores, que las rocas comenzaran a caer. 

Es como si todo hubiera pasado en cámara lenta para Candy... 

Su madre horrorizada aventó a Dennise de su fatal muerte ocasionada por una roca enorme. Adrién jalando a Uriel el cual se golpeo la cabeza... Nadie llevaba sus uniformes. 

Candy pensaba en Terry y todos sus amigos, pidió a Dios que ellos fueran felices y lo suficiente fuertes para cuando llegara el momento de anunciar su muerte en el frente. 

¡BOOM! Se escucho tan fuerte que hizo a todos cerrar los ojos. Esta ocasión la bomba había caído justamente en la cueva. 

Alessandra sabía que esta vez debía proteger a su hija como no supo hacer anteriormente y decidió empujarla y poner su cuerpo sobre el de ella para que el impacto fuera menor. 

Uriel también fue protegido por Adrién, el cual recibió todo el impacto de las rocas sobre su cuerpo. Lo aprisionaron por completo, así que quedó literalmente inmóvil y no tardó mucho para que el joven ya no se contará entre los vivos. 

El médico cayo muy cerca de donde estaba Candy. La cual se había lastimado con las rocas pero no murió, ya que no recibió tanto el impacto. Los anillos que sostenía en su mano fueron liberados quedando justo en la punta de dedo índice de la joven y el pulgar de Uriel. 

Dennise cayó de espaldas, sufrió una ruptura de pierna y brazo derecho. Así como un grave golpe en la cabeza que terminó siendo mortal. Por lo que al igual que Adrién la joven murió. 

Antes de todo la joven Andley sintió como las manos de su madre rodeaban su cintura empujandola salvajamente hacia el frente para después la mujer, colocandose sobre su hija. Ella gritaba, pero sus gritos eran oprimidos por los ruidos de la cueva derrumbandose. 

Sus ojos esmeralda fueron testigo de todo, y al concluir dicho suceso ahora estaban cristalizados y dolían por el golpe en la cabeza. Poco a poco la joven fue sintiendo como una paz interior la embargaba... Los momentos más hermosos de su vida pasaron por sus ojos para después volverse borrosos y al momento que sus pupilas dejaron de ver, todo se volvió negro. 

Ella no escuchaba nada, no entendía ni sentía nada... No sabía nada. 

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OBVIO OBVIO SENTÍ QUE LE FALTO ALGO A ESTE CAPITULO PERO BUENO... LOGRE HACERLO ASI QUE...... ¡AQUI ESTA! 
BESOS MIS LECTORES. 
NOS VEMOS.... NO SE CUANDO. 
REGALENME UNA ESTRELLITA Y UN COMENTARIO DONDE ME DIGAN QUE TAL ME ESTA QUEDANDO LA HISTORIA, BUENO BYE. ❤

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