Capitulo 38: Yo a ti te amo

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Cuatro meses mas tarde:
Narrador omnisciente:
-Buenos días.- le susurra Ryan a Emily y al instante ella abre un poco sus ojos maldiciendo la luz que esta encendida.

-Deja de mirarme así.- le dice sonriendo a Ryan haciendose la enojada pero realmente le encanta que el la mire así.  Por otro lado, el esta totalmente loco con ella, tan enamorado que ni el mismo sabe explicarlo.

-La noche fue bonita.- Ambos sonríen.  Hace tiempo Emily no sentía lo que está sintiendo ahora, ella pensó que jamás sentiria algo asi por alguien más que no fuera Bradley Cooper.

¡Oh si! Bradley Cooper. Por otro lado lo vemos, en su gigantesca casa tocandole cariñosamente la barriga a su dulce esposa.

-Ha crecido tanto.- dice sonriendo. Las cosas que siente por su hija son inmensas, pero por la madre son tan diminutas como una hormiga.

-Ya pronto la tendremos con nosotros.  Será tan bonita.- dice Beatriz con un hilo de voz y sus ojo aguados.  En su interior sabe que al diagnosticarle lo mismo que a su madre biológica, puede morir en el parto y dejar a su hija sin madre. Ella no recuerda quien era ella, claro porque cuando le dio vida ella murió, pero si recuerda cuando en aquel horfanato llegó ésta mujer bien vestida dando dinero para tener una niña que tuviera una buena herencia.  La confundieron, pensando que era ella quien tenia una buena herencia pero no era así.  -Bradley... yo te amo. Te amo con mi vida.- dice todos sus sentimientos desde el más profundo de su ser, porque realmente es lo que siente. Desde la primera vez que vió a Bradley se enamoró completamente sin importar lo roto que él se veía.

Bradley se levanta de la cama con una cara extrema de frustración porque el no siente lo mismo por ella. Ya ella tiene sus ojos aguados porque sabe lo que él le va a responder.

-Yo... yo lo siento mucho Beatriz. Yo amo a nuestra hija.-

-¡¿Nunca me vas amar verdad?!- le grita porque ya esta cansada de que eso suceda.  Esta cansada de ser un juguete. Está cansada de todo. 

-Yo a ti te hable de esto ya.- El no grita porque no tiene ánimos, no quiere arterarla por su enfermedad. No grita porque ya es suficiente con la destrucción que tiene por la muerte de su madre. -Solo... quedate tranquila ¿si?- la toma de la mano pero ella se la quita.

-¡No me toques!- siente un dolor repentino en su vientre y ve sangre bajando por sus muslos. Comienza a llorar a la misma vez que cae al piso sin sentir las piernas. -¡La bebé Bradley, la bebé!-

Bradley comienza a correr buscando su celular para llamar una ambulancia pidiendole a Beatriz que se quede con él pero Beatriz no lo logra. Su respiracion se dificulta y es ahí cuando ya no respira.

En otra casa no muy lejana de la de Bradley todavía estan Ryan y Emily tirados en su cama pensando y jugueteando sobre lo que pasó la noche anterior.

-Quiero que se repita.- dice Ryan sonriendo con la mayor malicia posible.

-Bien, pues intentemoslo ahora.- dice Emily sonriendo.

-Pero debemos ir a trabajar.- ella piensa en sus responsabilidades y se queja. Tiene muchas cosas que hacer: ver a sus padres, ir al trabajo, hacer trajes y organizar. Él, por lo contrario tiene una empresa multimillonaria que cada vez crece más y la única preocupacion que tiene es que debe buscar una nueva secretaria.

Entre quejidos Emily se levanta de la cama y camina desnuda hacia el baño. Esto a Ryan me hace salir corriendo tras de ella.

-¡Dejame!- grita ella riendo pero realmente le encanta que él la desee tanto como ella a él. 

-No te dejaré nunca.- elma deja de reirse cuando el besa suavemente sus labios. Han pasado cuatro meses y ella sigue sintiendo todas esa cosas bonitas por él. 

Él deja de besarle pero ella se queda con sus ojos cerrados viendo como todo se torna de sus colores favoritos y imaginando como sería un futuro más allá.

-Ryan...- susurra mientras se aferra más a el. -Yo a ti te amo.- em comienza a sonreir mientras siente su corazón completamente acelerado. Estaba esperando esas palabras desde hace mucho. Ella, realmente lo esta sintiendo. Una luz se va encendiendo cada vez que piensa todo lo que siente por él.  Cuando abre los ojos y ve su sonrisa entonces es ahí que vuelve a repetirlo. -Estoy segurisima que te amo demasiado.-

-Y yo a ti te amo mucho más de lo que imaginas.- y el ambiente se torna tan lleno de amor que yo mejor me voy retirando.
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Volvamos a la casa no muy lejana donde dejamos a aquella embarazada sin respirar.

Ella, aun está  tirada en el suelo con paramédicos a su alrededor tratando de traerla a la vida. Bradley solo piensa en su bebé, que pasará.  Piensa que Beatriz esta muerta por su culpa y es algo que jamás se lo perdonará. 

Los paramédicos saben que ya no hay remedio pero la bebé aún tiene un hilo de vida.

El doctor llega corriendo con un bisturí en sus manos y una maleta en su antebrazo.

-¡Quitense!-

-¡Doctor por favor! Digame que está viva.- grita Bradley con mucho sentimiento dentro de él y sus manos en la cabeza.  Las lágrimas no las puede detener y su voz rota hace que casi no se entienda lo que quiso decir.

El doctor pone la mano en el cuello de Beatriz pero la siente fría.  Busca el pulso, y no hay. Toma en sus manos un estetoscopio que colgaba de su cuello y lo deja descansar en en vientre de ésta. Se queda un momebto en silencio porque no escucha latidos.  Piensa en el dolor que sentiría ese hombre si le dice que no tiene latidos ni de la madre, ni se su hija. Piensa que se sentiría si le dijeran eso de su hija y sus ojos se llenan de lágrimas. 

Vuelve a poner el estetoscopio en el vientre de Beatriz con toda la esperanza de que algun sonido va a escuchar. Todo es silencio, excepto los pensamientos y sollozos de Bradley. Lo único que tiene en su mente es que si su hija muere, el se quita la vida. Porque ella es su todo, es su mundo; todo lo que él un día soño. Al pensar esto, se deja caer al suelo. Su cabeza da en el piso y el solo comienza a sollozar fuerte.

Un sonido en aquel estetoscopio cambia todo.

-¡Dió una patada, tenemos que abrir! ¡Se movió, se movió!- el rostro rojo de Bradley se deja ver y un hilo de luz vuelve a nacer en él.  El médico se regaña a él mismo pero no puede evitar que sus lágrimas salgan. Comienza a abrir el vientre de aquella mujer, y sangre comienza a salir de éste.

Saca a la bebé de aquella bolsa que la cuidaba, y un fuerte llanto se hace notar. Bradley se levanta del suelo con una sonrisa y corre a tomar su hija en brazos y se la recuesta en su pecho.  El doctor comienza a cortar el cordón y a limpiarla. Una enfermera llega detrás de él y toma a la bebé en sus brazos.

Bradley nunca habia sentido tanto amor por un ser tan pequeño, él nunca vió unos ojos tan hermosos. Ese día se dio cuenta que nunca habia aprendido amar hasta que vio a su pequeña hija, a la que estaba decidido, iba a llamar: Beatriz Cooper Cleminton.

El profesor y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora