Capitulo #2 parte II: ¡Soy libre!

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-¿De que hablas?- dice con una cara falsa y mal disimulada de "no entiendo" mientras rasca su mejilla barbuda.

-¿Señorita pesuñas no? Ya toda la Universidad, incluyendome, sabe que te andas revolcando con ella.-

-¡Hey! No empieces con tus celos.-

Plasmo una cachetada en sus mejillas y automáticamente estas se vuelven rojizas. No se lo esperaba.

-Primero baja la voz, segundo no estoy celosa y tercero terminamos.- me levanto de la mesa y cojo mi bulto. -Señorita pesuñas, regalada y de cabello mal hecho no sabes el favor que me haces. Te lo regalo, mira ver si te gusta como hace el amor... o mejor dicho: como lo intenta.- salgo tranquilamente y con una sonrisa en mi rostro. ¡Al fin!

La alarma suena nuevamente y significa que ya puedo pasar a la otra clase. Camino hacia ella y unos pasos ligeros detrás de mí hacen que me gire.

Jacob Britts me sigue con una mirada de locos que nadie lo imagina.

-¿Algun problema?- y aunque estoy parada en un mismo lugar el literalmente sigue caminando hasta arrinconarme.

-Te vas a arrepentir. Después que gemias en la cama.-

Comienzo a reirme y todos lo oyen. Le dí justo en su hombría.

-Cariño, aprende a saber cuando algo es fingido y sigue practicando.- lo empujo y sigo caminando.

Frente a mi veo a mis amigas emocionadas.

-¡Al fin eres libre!- dicen a coro.

-Wao.. aquí los chismes corren como pólvora.- y ellas comienzan a reírse.

Caminamos hasta el salón y entramos. Automáticamente las miradas se posan sobre mi y odio eso.

Me undo en mi asiento y miro a mis amigas.

-Me siento extraña. ¿Por qué todos me miran?-

-Dejaste a Jacob Britts en ridículo, cosa que nadie logra.- dice April.

Miro a Amber y esta me tira una guiñada como asintiendo.

La profesora de modas entra y comienza a darnos más vocabulario, por lo que saco mi libreta y comienzo a hacer apuntes. Es jóven y bonita. Dicen que anda con aquel profesor que las chicas tanto comentan, pero no se cuan cierto sea.
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Mi día de escuela ha terminado. Camino con las chicas para que me acompañen a la parada del bus. Estoy cansada como todos los días, pero feliz porque al fin soy libre.

Cuando abro la puerta lo primero que veo es el rostro de Jacob. Le esquivo la mirada y sigo caminando hasta la parada del bus.

Sé que el viene detrás de nosotras pero no puedo hacer nada.

Si les soy honesta, aveces me da miedo.

Ya el bus me estaba esperando porque la chofer me conoce.

Entro y me acerco a ella.

-No dejes que Jacob entre.- automáticamente ella cierra las puertas y pone el bus en marcha. Alguien comienza a dar puños en el bus y cuando miro, era él. Me despido de mis amigas por el cristal con una sonrisa.

-¡Al fin! ¿Ya lo dejaron?- me pregunta con una sonrisa.

-Lo dejaron suena a muchos. Yo lo he hecho pero tengo miedo. Me esta acosando y me ha amenazado.-

-Habla con tus padres cariño. Ahora sientate por favor.-

Camino al primer asiento vacío que veo y me siento junto a alguien leyendo un periódico.

Ese "habla con tus padres" me ha dejado mal.

Mis padres nunca me han prohibido nada, por lo que aún sin llevarse bien con Jacob, dejaron que fuese mi novio. Ahora, decirles que ya no lo somos los pondrá felices pero si les digo que me ha amenazado los preocupará.

La persona sentada al lado mío suelta un bufido y quita el periódico de su rostro.

Siento su mirada encima de mí y me provoca mirarlo.

-Nuevamente tienes el privilegio de estar a mi lado.- oh mierda, el chico sexy.

-¿Como sabes mi nombre?-

-Cosas de la vida Emily Johnson.- y lo dice con una sonrisa que derrite a cualquiera.

¿Que dices Emily? Ya estoy derretida.

Miro a la chofer y con su mirada me indica que hemos llegado a mi parada. Mi casa, mi pequeña casa.

Subo las escaleras y abro la puerta de mi dulce hogar.

El olor a café hace que me sienta en casa, la sonrisa de mamá hace que me sienta segura y los brazos estirados de papá hace que hasta me den ganas de llorar.

Estoy feliz, lloro de felicidad. Y de miedo también. Su mirada amenazante me decia que el no me iba a dejar tranquila.

Abrazo a papá y varias lágrimas se escapan de mis ojos. Cuando el termina su abrazo me mira preocupado.

-Hija.. ¿Que pasa?- y con sus dedos limpia mis mejillas.

-Vengan, siéntense.-

-Hija... ¿Que pasa? Mi cielo.- mamá preocupada.

-Por favor.- les señalo las sillas y ellos se sientan. Yo, me quedo parada.

-Lo he dejado. He dejado lo mío y lo de Jacob.- sueltan aire como quitándose estrés de encima. -Pero me ha amenazado.-

-¿Que te ha dicho ese hijo de..- mama no lo deja terminar.

-¡Frederick! Aguanta tus palabras.-

-Me ha dicho que no lo iba a dejar asi.-

-Pues si te hace algo, juro por mi pequeña Katherine que nada se va a quedar asi.-
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Salgo del baño exhausta. Abro la puerta de mi cuarto y veo la cama. Me llama, grita mi nombre.

Doy dos pasos y me dejo caer en ella. Me emburujo en mis sábanas y comienzo a pensar en el día.

-¡Ay Katherine!.- suelto aire. -Si tan sólo estuvieras aquí.- una lágrima sale de mis ojos. La extraño.

Si ella estuviera la casa no estuviese tan callada, los consejos fuesen más.

Sé que aunque todo paresca normal la sonrisa de mamá no es la misma de antes. La extrañamos.

Recuerdo un dia, cuando eramos chicas. Yo tenía como diez y ella doce. La primera vez que me gustaba un chico y me tuvo por horas sentada en la cama, hablandome de sexualidad y de que se hacía. Pero que no lo podía hacer con la persona equivocada.

Claro, ella lo sabía porque a los doce en mi casa era la edad permitida para hablar de sexualidad. Mamá ya se había sentado con ella a hablarle pero conmigo no, porque era la menor.

En ese mismo momento cuando ella me hablaba de sexualidad mamá entró al cuarto, y la cachó. Nos estuvo dos horas de puros regaños.

Cuando dejo de ver su rostro, dejo de ver su reflejo y solo veo el techo rasgado de mi pequeño apartamento suelto un pequeño bufido.

-Te fallé. Lo hice con la persona equivocada.-

*No te vayas sin darme un voto, te regalo un beso 😘*

El profesor y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora