Capitulo #25: Mia por siempre

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Misma noche:
-Ayudame a bajar esto.-

-Dame.-

-Bradley, esa no... esa la cojo yo.-

-Okay, okay.- veo como sale por la puerta arrastrando dos de mis maleta. Tomo mi celular en la mano y marco el teléfono de papá, me lo pongo en el oido y camino con mi bulto en el hombro. Cierrto la puerta detrás de mi y camino a paso rapido para llegar a tiempo al ascensor.

-hija, ¿estas bien?-

-Si papa, que bueno escucharte. Te llamaba para decirte que estuvieras preparado para lo de la tormenta. Cuidense mucho ¿si?-

-Gracias por preocuparte, ya tebemos todo listo para esto. ¿Donde estás?-

-Yo me voy a quedar con Bradley en lo que la tormenta pasa. Te amo pa.-

-Y yo a ti chiquita, cuídate mucho. Te amo.- la llamada se cuelga.

Entro al ascensor y ya Brad esta dentro de él. Me sonríe y yo me sumergo marcando la G para llegar a la salida.

-Acabo de llamar a papá. -

-¿Que te dijo?-

-Que nos cuidaramos.-

-¿En que seguiste con lo de tu hermana?-

-En dos semanas me dijeron que tengo que volver. Me dijeron que estaba embarazada.-

-¿Que Katherine estaba que? No puede ser.- se recuesta en el espejo del ascensor y con una mano cubre su rostro. -¿Como pudo haber pasado eso si ella no...- se queda en silencio y me mira asustado.

-¿Brad? Actuaste extraño... como si la conocieras.-

-La conozco por ti nada más.- las puertas del ascensor se abren y veo a la tal Dana de la Universidad. Que asco.

Idiota Dana no los puede ver juntos.

¡Rayos!

Camino mas rápido que Bradley y cuando ella queda de espalda hacia mi, le hago señas. Me quedo parada en la recepción haciendo que estoy buscando algo en mi cartera pero realmente no estoy buscando nada. Siempre, la cara de la Dana se me ha hecho muy conocida y no se de donde... simplemente la conosco.

-Profesor Bradley un gusto verle.-

-Dana, hace tiempo no la veia.-

-Si, cuidese mucho para la tormenta no sea que me le vaya a pasar algo.-

-Permiso Dana, debo irme. Cuidate.-

-Adiós.- Brad sigue caminando hacia la salida y ella se queda parada al lado mío suspirando.

-Ahhh, que hermoso es verdad. Si lo tuviera en una cama ahora mismo me lo comeria con lo que fuese.- la miro extrañada.

-¿Que te pasa? Es tu profesor.-

-¿Y eso que?-

-Él no se puede meter con estudiantes.-

-Buen punto. Tu nombre era... se me olvida tu nombre.-

-¿Te importa?-

-¡Ay vamos! Deja ya esa actitud conmigo. Yo solo quiero ser tu amiga.-

-¿Amigas tu y yo? No, eso nunca pasará.  Lo más que podemos ser es conocidas.- hecha su melena rubia hacia atrás.

-Bien, pues conocidas. Soy Dana.- le miro su mano estirada.

-Y yo soy Maria Teresa de Calcuta.- me muevo hacia un lado y quedo frente a la recepcionista. -Buenas, deseo cancelar mis días de hospedaje y quedarlos hasta hoy.-

-Solo podremos devolverte el dinero de una noche.-

-¿El dinero de una sola noche? ¡Pagué por cinco noches!-

-Lo siento.-

-Busqueme al gerente.-

-Espere un momento.- se levanta de su silla y va en busca del gerente. Por la puerta que ella entró sale un joven rubio de unos ojos azules.

-Digame dama.-

-Pagué cinco noches, solo me quede una me quedan cuatro a fondo y ella dice que solo me devolverán una.-

-Lo que quiso decir es que no le devolveremos una noche, las demás si.-

-¿Esta seguro?- lo mira confundida la empleada. -usted me dijo.-

-Yo no le dije nada, devuelvale las tres noches restantes.- la empleada asiente con su cabeza y comienza a contar dinero.

Un par de billetes son devueltos a mi mano y yo los sumerjo en mi cartera. Tomo mi bulto y salgo por la puerta. Busco las llaves de mi auto y abro el baúl. 

A estas alturas ya Bradley debe estar en su casa, yo le dije que se adelantara por la idiota de  Dana.
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-Ven, te voy a enseñar la casa.-  hace una hora que llegue a casa de Bradley y hasta cenamos. Los vientos y lluvias de la tormenta ya estan bastante fuertes y la casa de Brad es de cristales por lo que el bajo una serie de ventanas de metal alrededor de las partes de cristal para que no pasara nada grave y estuvieramos bien seguros.

-Esta es la cocina que la conoces bastante bien.- me sonríe y caminamos hasta la sala. -Esta es la sala, si caminamos para aca hay dos cuartos de visitante y un baño. Aqui es el cuarto de lavado y esto es un closet. Ahora, ven conmigo.- subimos unas escaleras esplendidas y preciosas. -Alli hay un baño, alla hay tres cuartos y éste es el mío.- sus paredes son azul bebé con una pared marrón oscuro. -Aqui duermo, y éste es el baño de mi cuarto. - si el cuarto es gigante el baño también lo es. Tiene una bañera en el medio, unos asientos en la esquina, un lavamanos doble, una ducha de espejos y una puerta.

-¿Y esa puerta?-

-Ese es mi closet, ahí guardo toda mi ropa de manera organizada. No creo que precisamente ahi quepa la tuya pero le puedo decir a Mary que mueva mis cosas para el closet de abajo y tu dejas las tuyas aquí. Esta casa es muy grande para mi solo, porfavor... quédate conmigo.-

-Solo por dos días.- camino hacia el cuarto para salir de alli por completo pero sus manos no me permiten pasar de la puerta.

-Yo no quiero que sea por dos días, yo te quiero para la eternidad. Quiero que seas mía. -

-¿Tuya?-

-Si,  mia por siempre.-

-Hazme tuya de una vez y será por siempre.- besa mis labios con fuerza y delicadeza a la vez. Me toma con sus manos para subirme en el y lo logra. Comienza a dar pasos hacia atrás y se sienta en el borde de la cama.

Muerde sus labios y me mira atento los ojos mientras abre el cierre de mi traje. Cuando está completamente abajo lo desprende y sonríe mientras mira cada parte de mí. 

-Eres más hermosa de lo que pensé.- pasa sus delicadas y calientes manos por mi abdomen haciendo que sienta hormigas en mi espina dorsal. Muerde sus labios y vuelve a besarme.

-¿Que hacias pensando en mi profesor?- le pregunto en un susurro.

-Muchas cosas que no quieres imaginarte.- se sonrie y vuelve a besarme.

Comienzo a quitar los botones de su camisa y el sonríe. Plasmo besos en su cuello y lo tiro hacia la cama. Me acerco y lo beso con fuerza.

El quita mis bragas y desabotona mi brasier dejándome completamente desnuda.

Dejo de besarlo y bajo mis manos para sacar su pantalón. Lo hago y queda completamente desnudo lo que hace que ahora sea yo la que sonría.  Su cuerpo bastante trabajado y sus deliciosos abdominales hacen que quiera besarlo y es justo lo que hago. Paso mi lengua por ellos lo que hace que se retuerza un poco.

-Dejemos de jugar o ya no llegaré.- me río un poco y el corta mi risa con un beso. Se gira dejándome a mi bajo él y corta el beso.

-¿Tomas pastillas no?-

-Si.-

-Bien, serás mia por siempre.-

-Tuya por siempre.- siento como comienza a adentrarse a mi mientras lo único que quiero es aferrarlo cada vez más. Esta noche, será larga... mucho más larga de lo que pensé. 

El profesor y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora