Wasting Love

Capítulo 23. "Recuerdos"

-Tranquilo Bruce, ella no sabe que estamos aquí, si se fue significó que ella no sabe nada de nuestra estancia en este sitio -Dije tratando de calmarlo, él solo negó con la cabeza hasta que pareció haberse tranquilizado

-Tienes razón, y creo que es momento de que te cuente todo -Dijo cabizbajo mientras suspiraba, sólo lo miré atentamente, él me tomó de la mano y comenzó el relato 

****Flashback de Bruce****

Acabábamos de dar una presentación en un teatro, había sido una experiencia muy interesante ya que nunca habíamos tocado en uno, fuimos detrás del escenario y de pronto una silueta femenina apareció detrás de las bambalinas, era una chica, a decir verdad no tenía nada relevante, pero de pronto me llamó la atención, era como si algo en ella me llamara, tenía una esencia que me causaba una enorme inquietud, la miré y de pronto no la pude dejar de observar,ella elogió nuestra música, su voz me había cautivado, era como si ella me hubiera atrapado al instante, literalmente, no tardé en acercarme a ella e invitarla a la casa esa misma noche, ella sólo afirmó de inmediato muy contenta, seguramente por primera vez me había enamorado de verdad, ella era la mujer que había esperado toda mi vida, por ello era que nos habíamos enamorado a primera vista, pues estábamos destinados a estar juntos, era lo que creía, ella tenía todo y lo más importante me causaba interés, eso era lo mas impactante a decir verdad a pesar de la belleza de muchas chicas nunca me sentí tan interesado por una, pero ahora lo estaba, seguro era amor puro, por fin estaba enamorado.

Fuimos directamente a la casa, en ese momento no creí que ella fuera una chica fácil pues sentía que era especial, al llegar a la casa sentía algo dentro de mí, ¿Acaso era deseo? No perdí el tiempo y la llevé a mi habitación al instante, pero las cosas no resultaron como yo creía, un profundo sueño me atacó a lo que no tardé en quedarme dormido de inmediato, ni un solo beso o caricia pudo surgir de aquella noche llena de deseo.

Desperté soñoliento aún, ella ya no estaba en mi habitación, de inmediato creí que ya se había marchado, bajé dando un gran bostezo, y fue cuando la vi, ella estaba ahí, cocinando algo que olía muy bien, me acerqué a ella, me sonrió muy segura de sí misma.

-Lo que cocinas se ve y huele muy bien, Por cierto... ayer no me dijiste cual es tu nombre -Dije mientras sonreía apenado, ella me miró muy sonriente

-Rosalie Holmes -Dijo ella con una voz suave

-Es un lindo nombre, yo soy Bruce... -Antes de que pudiera terminar ella me interrumpió

-Dickinson, lo se, no necesitas presentarte, se casi todo de ti -Dijo ella volviendo la mirada a la parrilla, sólo sonreí y me senté, no dejaba de observarla, ella lucía una falda negra ajustada que hacía resaltar sus caderas y una blusa negra algo escotada, pronto Steve, Adrian y Clive bajaron a desayunar, ella nos sirvió a todos una gran ración de huevos fritos con tocino, hot cakes con miel y jugo de naranja, todos de inmediato devoramos aquella deliciosa comida, hasta que Dave apareció, se veía muy angustiado, y alterado, se notaba agotado, como si hubiera corrido una maratón toda la noche, se acercó a Rosalie y comenzó a decirle cosas extrañas, esas palabras parecían reclamos, era como si él hubiera soñado con ella de una manera muy real, de inmediato creí que Dave quería a Rosalie para él y por ello estaba inventando eso... por falta de atención de ella a él, decidí no decirle nada a Dave, aunque en mi interior estaba muriendo de celos, pero era mi  amigo no le tiraría en cara algo que seguramente él no podía controlar, somos hombres y se que en ocasiones un buen cuerpo y un rostro angelical nos atrapan de inmediato, pero ese no era mi caso a mi me atraía algo mas de Rosalie que solo su físico, era algo mucho más allá. Dave se quedó en su habitación mientras que nosotros seguimos desayunando, los chicos y yo ignoramos lo ocurrido con Dave en un par de minutos y seguimos con lo nuestro, los chicos hacían preguntas a Rosalie, lo cual me ayudó a conocerla más, ella era actriz, de una familia muy acomodada y prestigiada de Londres, de pronto todos estábamos como moscas en un bombón, aunque claro, aquel bombón se trataba de Rosalie.