Capítulo 31. "No son las ratas..."

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-Dave... Quiero regresar, sé que no es buena idea pero extraño a mis padres, seguro ellos ya regresaron, los conozco... dicen que se irán por meses o un largo tiempo y no pasa ni un mes y ya están en casa, seguramente están como locos buscándome, además que les prometí visitar al abuelo, y no sé nada de él, seguramente se está preguntando por que yo no lo eh ido a visitar, jamás volverá a querer saber nada de mí, por otro lado quería pasar tiempo con Angus y Malcolm, pero ahora eso será imposible, de verdad los extraño... -Unas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, solo quería despertar de esa pesadilla, Dave me abrazó fuertemente, a lo que yo hice igual, necesitaba el consuelo de alguien que me entendiera, y ese era Dave

-Te entiendo, yo también me quiero ir de aquí, me destroza saber que Adrian, Steve y Clive seguro piensan que los hemos abandonado, pero tal vez ni siquiera nos recuerdan, Rosalie se encarga de todo eso, de que ellos no noten nuestra larga ausencia... -Dijo Dave aun abrazándome, de pronto escuchamos un extraño sonido a lo que nos separamos rápidamente y fuimos a la habitación donde Bruce, lo despertamos ya que estaba roncando muy fuerte

-¿Qué pasa? –Dijo alterado

-No hagas ruido... -Susurré mientras nos ocultábamos debajo de la cama, los sonidos no paraban era como si alguien hubiese entrado a la casa

-No se preocupen, seguro son las ratas, tal vez olieron nuestra cena de planta quemada –Dijo Bruce molesto

-No es eso, las ratas no hacen tanto ruido... Además escuché como alguien abría la puerta-Dije evitando ser ruidosa hasta que unos zapateos comenzaron a escucharse... Alguien había entrado, en el peor de los casos se trataría de Rosalie, y era muy probable que se tratase de ella ya que unos zapatos de tacón alto y color negro no tardaron en asomarse, solo esperábamos que no nos pudiera encontrar, pero eso terminó cuando Bruce estornudo, aquella silueta de mujer comenzó a agacharse, sabía que estábamos debajo ocultándonos atemorizados

-Vamos a atacarla, no importa que... -Dijo Bruce alterado, todos salimos rápidamente de debajo de la cama y la tiramos al suelo, Bruce la tomó del cuello y Dave de las manos, por otro lado yo le quité el velo que le cubría el rostro, no lo podíamos creer, no era Rosalie, rápidamente la soltamos

-¿Chicos que hacen? No la suelten por nada... -Recuerden que Rosalie puede transformarse en otras personas... ella puede hacer lo que sea, de todos modos si no es ella, seguro es su secuas la que la acompañaba la vez pasada, esto es una trampa, no podemos caer en su trampa – Dijo Bruce asfixiándola cada vez con más fuerza

-Los quiero ayudar... no soy Rosalie, soy Ann lo que les está haciendo no es justo... -Dijo con la poca respiración que tenía

-Bruce, suéltala – Dijo Dave mientras lo empujaba, por fin aquella chica de cabello rizado y rubio se alejó sentándose en la cama

-Bruce antes que nada estas en un serio peligro, debemos hacerte una incisión y sacar el cristal de tu pierna... -Dijo ella muy segura de lo que decía

-¿De que estas hablando? –Preguntó Bruce confundido

-Se lo que te hizo, ese dolor punzante que a veces aparece en ti, es ese cristal, ella te lo colocó para tener control total sobre ti, solo sacándolo podrás ser libre de verdad, no importa dónde te escondas, ella te encontrará-

-¿Enserio? ¿Y por qué ella no ha venido por nosotros? Ni siquiera sabe que estamos aquí... – Dijo Bruce molesto

-Ella si lo sabe, sabe que están aquí pero sabe que ustedes irán por ella, se está preparando, pero Bruce es lo que los delata, ella sabe lo que hacen, como se sienten, donde están por medio de Bruce...-

-Tal vez debamos matarlo –Dijo Dave en un tono bromista, Bruce sólo le lanzó una mirada molesta.

-¿Y cómo lo hacemos? ¿Cómo sacamos el cristal? No hay hospitales por aquí... -Dije preocupada, ella solo sonrió y comenzó a sacar unas velas de su bolso, de inmediato los prendió, la luz de la luna entraba por la habitación y las velas iluminaban muy bien a lo que no necesitamos nada más, recostamos a Bruce en el suelo, le coloqué una almohada en la cabeza e intenté ayudar con lo que fuera

-No me digan que ustedes lo van a hacer aquí y ahora... -Dijo horrorizado, todos nos miramos y sonreímos de una manera tétrica, por fin el rostro de la chica se pudo ver por completo, se veía muy menor a pesar de traer todo ese maquillaje encima


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