Capítulo 32. "Como un cuento de hadas"

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-No lo puedo permitir, ella es una niña, olvídenlo, prefiero esperar a mañana e ir a un hospital –Ella nos pidió que lo tomáramos con fuerza evitando que se pudiera mover, Bruce solo comenzó a gritar desesperadamente

-No seas tan ruidoso, ella nos puede escuchar si es que esta cerca... además no hay otra alternativa, si vas a un hospital ellos dirán que estas completamente bien... -Dijo mientras tomaba una piedra con un agujero en medio, una navaja, una pinzas y un frasco lleno de una sustancia extraña, Bruce al ver esto comenzó a reír

-Esta niña cree en cuentos de hadas, eh visto esa piedra en cuentos de fantasía, no me digas que eso funciona de verdad... -

-Funciona si tienes fe y si te has adentrado al estudio del mismo, se lo que hago, solo confía en mí y deja de gritar, ni siquiera te eh tocado aún –Bruce solo comenzó a reír desconsoladamente, por otro lado nosotros no dejamos de tomarlo con rudeza, de pronto ella nos pidió que le quitáramos el pantalón, de inmediato lo hicimos, Bruce solo se coloró y se cubrió con una sábana sus calzoncillos, Dave y yo solo reíamos, aunque de igual manera yo me sonrojé ya que no era la primera vez que lo veía así, por otro lado aquel ritual comenzó, Bruce por fin se tranquilizó al ver que todo iba enserio, ella cogió aquella roca con orificio y la utilizó como si se tratase de una lupa o algo por el estilo, con un pedazo de carbón marcó un circulo extraño en la pierna de Bruce, pronto ella tomó rápidamente la navaja y comenzó a cortar una línea en medio de aquel circulo que había dibujado, Bruce solo gritaba del dolor, la sangre comenzó a brotar de su pierna sin parar, como si de una manguera se tratase, a lo que ella la secaba con un paño blanco, éste rápidamente quedó empapado, pronto abrió aquella botella del líquido extraño, éste era de un tono oscuro, parecía pintura negra, ella solo la tomó y se la colocó en la herida, al parecer aquella sustancia hizo que Bruce se comenzara a retorcer del dolor, pronto ella tomó las pinzas y sacó una piedra de un color oscuro, casi negro, en ese momento todos nos dimos cuenta que eso era real, en ese momento Bruce estaba más aliviado a lo que dejó de retorcerse y estar tan inquieto, ella tenía razón, aquella pequeña herida en la pierna de Bruce comenzó a cerrarse como por arte de magia, no podíamos creer lo que estábamos presenciando frente a nosotros, todo parecía salido de un cuento de magia y hadas, Bruce se levantó algo atontado

-No lo siento, ya no siento ese terrible dolor que me había atormentado por tanto tiempo, perdón por no haberte creído – Dijo Bruce arrepentido, ella solo le sonrió

-No te disculpes, casi nadie cree en esto, así que es normal que no lo hayas creído al principio, me gustaría decirles que todo ha terminado pero no es así, aún necesitamos deshacernos de ésto –Dijo Ann mientras señalaba aquella piedra que aún permanecía en las pinzas... -Necesito fuego, debemos terminar con esto de una buena vez – Rápidamente fuimos por un montón de pedazos de madera que encontramos tirados por toda la casa y los apilamos en el jardín, éste estaba lleno de tierra, era como si el pastizal que alguna vez hubo hubiera desaparecido, Dave sacó de su chamarra un encendedor y rápidamente prendimos la madera, ésta comenzó a arder en el fuego, todos nos sentamos alrededor y Ann por fin arrojó aquel artefacto al fuego, se podía observar con claridad como el fuego lo consumía rápidamente, como si tan solo se tratase de un pedazo de papel por lo rápido que lo consumió el fuego, ella nos sonrió

-Ahora lo mejor sería que buscaran un nuevo sitio, así estarán en libertad por fin, ya no deben preocuparse de nada... -Dijo ella, nosotros solo negamos

-Debemos regresar por nuestros amigos, ellos nos necesitan – Dijo Dave decidido, nosotros solo afirmamos

-Saben que es muy peligroso ¿Verdad? –Nosotros solo accedimos con la cabeza

-Si yo fuera ustedes dejaría todo atrás... -Antes de que pudiera acabar de inmediato la interrumpí

-No nos vamos a dar por vencidos, nosotros iremos por nuestros amigos, no importa lo que nos suceda, debemos intentarlo, ellos son parte de nuestras vidas –Dije algo molesta, ella sólo me sonrió

-Pero lo más importante y la duda más grande que tenemos es... ¿Por qué nos ayudaste si eres su mano derecha? –Preguntó Bruce confundido, ella solo suspiró y de pronto sus ojos se cristalizaron 

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