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Mis parpados se volvían pesados cada vez más y más

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Mis parpados se volvían pesados cada vez más y más. Ya no podía mantener mis ojos abiertos a pesar de que había tomado alrededor de un litro de café y me había dado una buena ducha con agua fría. Era algo tedioso tener insomnio últimamente.

«Insomnio no, miedo sí»

Y lo peor es que cuando por fin podía cerrar mis ojos y dormir un poco una horrible pesadilla se abría paso en mi mente haciéndome sentir ansiosa el resto del día. Esto ya estaba convirtiéndose en una pesada rutina; Levantarse, ir a la escuela, quedarse dormida en todas las clases, recibir un citatorio —Que nunca se los mostré a mi padre—, regresar, intentar dormir y fallar.

Y aquí estaba, un día más un día menos repitiéndose el círculo. Luchaba por prestar atención a la charla de mi padre, pero sentía que en cualquier momento me daría un cabezazo en la mesa.

—¿Alía, estás prestando atención a lo que dije?

—Perdón papá —bostecé—, no he podido dormir bien.

—¿Qué pasa, Alí? —Mostró afligimiento.

Me quedé divagando en mis pensamientos, buscando una respuesta lógica a estos molestos sueños, tanto así que me olvidé por un momento de la realidad.

—¿Alía?

—Sí, perdón —tragué con dificultad. No quería tomarle demasiada importancia a cosas que no la tenían, lamentablemente esto ya se había prolongado demasiado y en verdad me estaba asustando—, creo que tengo un trastorno o una enfermedad.

Mi padre soltó una risotada y dio un aplauso en el aire.

—Te he dicho mil veces que no todo lo que ves en Internet es real.

Giré los ojos y negué con la cabeza.

—Basta, no es broma.

—¿Por qué dices eso, Alía? —La situación aún le parecía divertida.

—Porque no he podido dormir bien en días, que digo en días, ¡ya pasaron dos semanas! —dije cansada—. Siempre es la misma pesadilla, siempre. No me deja en paz y ya estoy harta por no decir otra cosa.

Mi padre me miró un poco extrañado.

—Cariño, son solo sueños, no son verdad. Probablemente estés muy estresada por la escuela, ya sabes, exposiciones, exámenes... Ya verás que pronto podrás descansar.

Exhalé. Una parte de mí quería creer eso y la otra sabía que no era verdad, estaba decepcionada de que lo hubiera tomado tan a la ligera.

—Sí, tal vez tengas razón —respondí sabiendo que hasta ahí llegaría el tema.

—Anímate hija, hoy es el último día de clases. —Sonreí falsamente—. Por cierto, recuerda que mañana nos vamos, espero que ya tengas tus cosas listas, no quiero andar a las carreras.

•Sobrevivir O Morir•  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora