¿Qué escogerías tú en medio de un catástrofe global?
Alía Collins no supo separar la realidad de los sueños. Le hicieron daño y le mintieron. Ahora ella tendrá que enfrentarse a los hechos catastróficos de un proyecto saboteado de la corporación de...
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No podía abrir los ojos pero podía escuchar lo que había a mi alrededor. No era mucho, solo era silencio acompañado del motor de un auto, probablemente íbamos en la carretera, incluso el ambiente me pareció relajante. Trate de abrir mis ojos un poco. Lo único que pude observar fue la luz del sol chocando contra mi cara. Cerré los ojos inmediatamente.
Estaba muy cansada, lo único que quería era dormir.
—Ya casi llegamos, Alía. —Oí murmurar a Cameron.
Yo solo asentí aunque él no pudiera verme y volví a dormir.
—Desconfié de ti. —Escuché a lo lejos.
—Ya está, ahora dime en donde está Rain.
—No tan rápido.
—¡Ian, lo prometiste!
—Sí logras encontrarla las dos son libres.
—¿Qué?
Un golpe en seco resonó por el lugar y alguien gimió de dolor. Quería averiguar quién era, sin embargo aún seguía muy cansada como para abrir los ojos.
[...]
Estiré mis brazos y di un gran bostezo. Poco a poco fui abriendo los ojos dejando entrar la luz artificial de un cuarto completamente blanco... Espera ¿qué?
Me levanté de un brinco de la cama y observé el lugar con detenimiento. Era un dormitorio vacío y completamente blanco, no había ventanas y tampoco puertas, solo un feo colchón. ¿Qué rayos había sucedido?
Con la palpitación en asenso comencé a pedir ayuda con la esperanza de que alguien pudiera escucharme, ¿cómo era posible que yo hubiera llegado aquí? Lo único que recordaba era haber pasado la tarde completa con Ian y Jane... ¿En dónde diablos estaban?
Observé mi ropa. ¿En qué momento decidí vestirme como una caza vampiros?
Estaba completamente sucia y partes de mi cuerpo dolían, así como la espalda.
No entendía nada de lo que estaba pasando, nada. Sentí pánico.
—¡Ayuda! ¡Por favor, alguien! —Pateé con fuerza la pared acolchonada, pero era inútil—. ¡Por favor ayúdenme! —grité un poco más desesperada.
Una puerta apareció en una de las paredes y comenzó a deslizarse hacia un lado. Me quedé estática esperando a que alguien entrara por ahí... pero no fue alguien más bien fue algo, algo sacado de las películas de ciencia ficción.
—¡AYUDENME, POR FAVOR!
Un hombre pálido y con bolas en su piel se dirigía hasta mí. Tenía los ojos completamente blancos y de su boca salía espuma y un sonido gutural. No tenía noción de sí mismo, era agresivo y quería hacerme daño.
