¿Qué escogerías tú en medio de un catástrofe global?
Alía Collins no supo separar la realidad de los sueños. Le hicieron daño y le mintieron. Ahora ella tendrá que enfrentarse a los hechos catastróficos de un proyecto saboteado de la corporación de...
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Cameron.
En serio me molestaba la actitud terca de mi hermana. Siempre traía muchos problemas consigo cuando se comportaba de esa manera.
Y también me molestaba mucho el hecho de no haber tratado hacer nada más en ese momento...
¿Cómo había sido posible dejar a Rain a manos de esa loca mujer?
Toda mi familia estaba allá, quien sabe dónde, siendo controlados por la sr. Hale, o posiblemente estuvieran a punto de morir y yo, yo estaba aquí lejos de ellos, únicamente por Alía.
Ella me había prometido que volveríamos por Rain, sabía que era verdad, pero no la podía esperar toda la vida, en especial cuando tenía muchas cosas por hacer ya que el problema la involucraba completamente a ella.
Tenía un enorme dilema, no era nada fácil tomar el barco e irme solo cuando ni siquiera sabía si en realidad aún seguían en la base. Era poco probable y no tenía ninguna otra remota idea de donde podrían encontrarse. Necesitaba ayuda y el pasar del tiempo sin saber qué hacer, sin hacer nada me hacía sentir completamente impotente.
Pero después apareció Ian y mi error fue confiar en él.
Apenas habíamos logrado llegar a la resistencia. Kyla estaba herida a causa del disparo que había recibido en su pierna y Alía había sufrido un leve desmayo cuando regresábamos a Stone Hill. Los demás estábamos alterados por lo que acababa de pasar.
Me encontraba en mi camino para ver como seguía Alía. A la mitad del pasillo Ian me detuvo.
—¿Qué quieres? —dije harto de su presencia.
Ian enarcó las cejas y después sonrió.
—Lamento mucho lo de tu hermana. —Rodé los ojos—. Solo quería decirte que cuentas con toda mi ayuda para encontrarla.
Bufé y seguí caminando pero él me detuvo de nuevo.
—No estoy para aguantarte Ian, esfúmate.
—¿Por qué? Solamente estoy tratando de ofrecerte mi ayuda. —Elevó sus comisuras un poco y tomó mi hombro—. Lo único que tienes que hacer es ayudarme a llevar a Alía con Greta.
Fruncí el ceño exageradamente.
—¿De qué estás hablando?
—Yo sé dónde está Rain y te puedo llevar con ella, sin embargo todo tiene un precio.
No podía creer lo que me decía, ¡claro que no lo iba a hacer!
La ira comenzó a recorrer todas mis venas y las ganas de pegarle en la cara habían aumentado. Lo tomé de la camiseta con rabia y lo empujé a la pared, no permitiría esto.
—Eres un traidor —escupí con rabia. El solo sonrió con arrogancia—. Créeme cuando te digo que me estoy conteniendo por no matarte ahora mismo. Sabía que no eras de confiar, lo sabía desde que te vi por primera vez.
