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Kyla Hale

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Kyla Hale.

Te ves ridícula usando esa peluca, no entiendo por qué lo haces dije con disgusto.

Solo haz lo que te digo.

¿Por qué?

Porque yo lo digo, soy tu madre y tienes que obedecerme.

Mi paciencia estaba agotándose. Su comentario había encendido una chispa de enojo muy dentro de mí. Sentía como la sangre comenzaba a hervir.

Tú nunca te has comportado como mi madre. Lo único de madre que tienes es el título.

Su mirada se tornó oscura.

No voy a permitir que me hables así. Tomó mi brazo y me jaloneó. Harás lo que yo digo, ¿te quedó claro?

¡No! me solté y la empujé fuera de la habitación. Ella se tambaleó un poco pero recobró la compostura ¡No le haré daño a nadie! ¡¿Te ha quedado claro a ti?!

Su semblante permanecía serio y tranquilo. Se acercó hasta a mí y me susurró al oído:

Lo harás quieras o no porque si no lo haces créeme que tu hermano lo va a pagar muy caro. Su voz sonaba clara y profunda.

Mi ritmo cardiaco comenzó a elevarse y la ira estalló.

¡Eres una persona cruel y sin sentimientos! Ni siquiera se inmutó. No tienes idea de cómo te odio escupí con rabia y le cerré la puerta en la cara.

Corrí al baño y me lavé la cara. No me permitiría llorar, no más. Estaba harta de sus juegos y de sus extorsiones.

Desde que tengo memoria siempre ha sido así. Ella nunca ha estado para mí, la mayor parte del tiempo la pasaba con su otra familia... su otra hija, a la que quería más que a mí. Siempre la prefirió a ella antes que a mi hermano y a mí.

Nosotros pasamos gran parte de nuestra infancia con nuestra abuela hasta que murió. Mi padre se la pasaba todo el tiempo en la corporación e incluso había días en los que ni siquiera llegaba a casa y mi madre desaparecía por semanas o meses...

Mi hermano y yo nos mudamos con una tía cercana en la ciudad de Stone Hill a la edad de 10 años y desde entonces hicimos "una vida normal" hasta que una noche recibí una llamada desconocida. Era mi madre, llamándome arrepentida por nuestro pasado, pidiéndome perdón y una segunda oportunidad para emendar los errores que había cometido. En ese momento me sentí completa, me sentí feliz, sin embargo todo era una mentira.

Me obligó a viajar con ella y obligó a mi hermano a quedarse en la ciudad.

Desde entonces me trató más como un soldado que como a una hija, y no me quedaba otra opción más que acatarme a sus órdenes. Nunca recibí una muestra de amor por parte de ella...

•Sobrevivir O Morir•  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora