•26 Capítulo final•

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Me quedé un buen rato ahí, sentada junto al inerte cuerpo de Ian, llorando aún por su muerte. Lo que más me dolía era que, a pesar de todos los errores que él cometió y de cuantas veces llegó a herir mis sentimientos, lo seguiría queriendo, a final de cuentas ambos compartíamos parte de la misma sangre.

Me limpié la cara y me puse de pie. Tomé el arma de Ian, la cual aún tenía unas cuantas balas y me cubrí con su chaqueta.

Antes de salir volví a asegurarme de que no hubiera ruidos extraños. Sin embargo, eso no quería decir que no había más infectados. Respiré profundamente y comencé a destrabar la puerta con mucho cuidado de no hacer tanto ruido. Cuando estaba completamente libre me armé de valor y la abrí.

Nada. No había nada. Cosa que solamente me hizo pensar en que en verdad habría podido salvar a Ian de su transformación y haberme evitado el dispararle en la cabeza...

Caminé por el perímetro aun con el arma arriba. Pero no había nada, ni siquiera algún gruñido o algún arrastrar de pies y los cuerpos que yacían en el piso estaban muertos.

Salí del edificio con cautela. Los rayos del sol me abrazaron quitándome un poco el frío que había sentido toda la noche encerrada en aquella habitación...

Comencé apreciar mí alrededor. Era sorprendente ver todos aquellos cuerpos muertos en el suelo, tanto de los no vivientes como de los sí. Había sido una gran masacre. Algunos de los cuerpos infectados aún se movían con mucha dificultad en busca de una presa. Era demasiado tétrico.

Ya no había una enorme horda de zombies atacándonos. Eran muy pocos los que quedaban. Los sobrevivientes: oficiales, reclutas y gente de "La Resistencia" habían salido de sus escondites para, al igual que yo, apreciar el horrendo paisaje que teníamos frente a nuestros ojos.

Los edificios estaban, en parte, destruidos, las bardas estaban caídas, aun salía humo de los escombros, incluso en algunas partes el suelo estaba un poco hundido y ni hablar del horrible olor a putrefacción.

Por lo menos los diferentes bandos ya no estaban luchando entre sí.

—¡Junten todos los cuerpos fuera del campo! Los quemaremos a todos... —dijo uno de los oficiales de la base.

—Traigan la maya antes de que otra maldita horda se digne a aparecer.

Los "reclutas" ya no eran controlados por Greta. Lucían igual de confundidos y asustados que yo al llegar a este lugar. Los comprendía, era una experiencia traumatizante que alguien más tomara el control sobre ti.

Todo mundo lucía cansado y fatigado, sin embargo esto aún no terminaba. Habíamos tenido un poco de suerte está vez.

Caminé hasta una de las torres de vigilancia y se me encogió el corazón.

Rain aún seguía en el suelo, abrazando el pálido y frío cuerpo de su padre. Me acerqué hasta ella y la tomé del hombro. Ni siquiera se inmutó, seguía inmóvil y con la mirada perdida.

•Sobrevivir O Morir•  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora