Capítulo 16

8.7K 559 10
                                    

—¿Qué estás haciendo?—Camila frunció el ceño acercándose a Lauren que caminaba por la orilla del mar.—¿Estás fumando?

Era de noche. Habían pasado el día entero allí con los chicos en la playa. Había sido un gran día.

—No, me olvidé los sahumerios y estoy perfumando el aire con esto.—Lauren levantó lo que Camila sabía bien que era un porro porque había visto cuando los hicieron.

Camila no quería pero se rió y Lauren se quedó viéndola con una sonrisa.

—No deberías.—Le dijo la morena poniéndose frente a ella.

—Y tu deberías probar a ver si te relajas un poco.—Camila tenía un vestido de playa corto color celeste y a Lauren le encantaba. Le dio un beso en los labios y luego le dio una calada al cigarrillo. Lo acercó a Camila que lo miró un momento.

—Nunca fumé, Lauren.—Lauren sonrió soltando el humo.

—Aspiras con la boca, vas a sentir que el humo pasa y luego lo sueltas.—Camila la vio un momento pero finalmente hizo lo que Lauren le dijo.—¿Bien?—Levantó sus cejas y Camila asintió. Volvió a acercarle para que diera otra calada y finalmente terminó ella.

—Igual… No deberías, Lauren.—La oji verde rodó los ojos.

—Te vas a sentir bien en un momento.—Se rió.—Ya lo terminé.—Pasó sus brazos alrededor de la cintura de Camila.

—¿Ya te hizo efecto?—Se abrazó al cuello de Lauren riéndose.

—No es el primero.—Murmuró cerrando los ojos y Camila le dio un beso en los labios.—Estoy muy cansada y necesito bañarme.

—Podemos irnos ahora si quieres.—Lauren sonrió. Ella había pedido habitación doble en el hotel que quedaba frente a la playa y donde todos pasarían la noche.—Ya sé que pediste habitación para dos, Lauren.

—¿Te molesta?—Se mordió el labio y Camila negó.—Que bueno. Estoy muy emocionada por que estemos solas.

—El porro te pegó fuerte, ¿eh?—Lauren se rió contra los labios de Camila y luego atrapó su labio inferior entre los suyos.

—Me encanta tu sabor mezclado con esa maravilla. Deberías fumar más seguido.—Camila se rió tirando la cabeza hacia atrás y Lauren aprovechó para inclinarse a besarle el cuello.

—Lauren, para.—Camila le tomó el rostro con ambas manos.—Cuando bajes de las nubes nos vamos al hotel.

—Uy sí. No sabes las ganas que tengo de que estemos solas. Voy a besarte mucho, Camila.

—Y yo a ti, pero saca las manos de ahí ahora.—Lauren se volvió a reír sacando las manos de debajo del vestido de Camila. Le había estado tocando el culo todo el rato.

—¿Sabes qué, Camila? ¡Me gusta tu culo!—Exclamó y soltó una carcajada. Camila se rió pegó sus labios en la mejilla de la oji verde comenzando a darle muchos besos allí. Agradecía que fuera tarde y no hubiera nadie, que los demás estén lejos y ella estuviera ahí con Lauren.

—Mira, eres un desastre. Bebiste demasiado, Lauren y encima fumaste eso.—Negó.

—Pero es que… ahora está todo bien, pero yo no tuve buenos días. Estas dos semanas sin ti fueron una reverenda mierda, las pesadillas, mamá y papá discutían y yo los escuchaba, te extrañaba y… y hasta dejé de escribir mis canciones. Se me fue toda la inspiración. No me sale nada.—Lauren apoyó la frente contra la de Camila.—Necesitaba esto. Dejar de pensar un poco en todo y pasarla bien contigo.

—La pasamos bien hoy.—Lauren asintió.

—Y la vamos a pasar mejor cuando lleguemos al hotel.—Camila se rió.

—No, no va a pasar nada porque tú no estás en todas tus casillas.—Lauren frunció las cejas mirando a Camila. Parecía un bebé haciendo aquello.

—¿Cómo que no? ¿Me estás rechazando? ¿A mí? ¿A Lauren Jauregui?—Camila le tomó el rostro fuertemente, apretando sus mejillas y le dio muchos besos mientras se reía de las pavadas que decía Lauren.

—No, no te estoy rechazando. Pero prefiero que sea en otra ocasión y esta noche no es nuestra como ves, estás borracha, fumada y yo también tomé bastante.—Lauren ahora tenía el rostro serio y la mirada baja, Camila no sabía si en sus labios o simplemente estaba viendo hacia abajo.—Lauren…

—Estoy enojada.—Suspiró y Camila apretó los labios para no reírse. Ya se sentía un poquito tonta y era probable que sea por lo que había fumado.—Vamos. Me quiero ir.

—Bueno.—Asintió viendo hacia atrás. Algunos de los chicos se habían levantado de la arena. Todavía seguían bebiendo y quizás no pararían en toda la noche.—Ya nos vamos a ir.—Se volvió a Lauren y le dio un beso en los labios dejándola con una sonrisa.—Estoy segura que si tu madre te ve en éste estado, se muere.

—Sí, pobre.—Lauren no dejaba de mirar a Camila.—Yo te extrañé mucho…

—Y yo a ti.—Le acarició la mejilla.—Pero vamos a disfrutar de los que nos queda y mañana también, hasta que podamos vernos otra vez.—Lauren asintió.

*

Cuando Camila salió del baño se quedó parada con la toalla en la mano viendo a Lauren en la cama. Estaba dormida, de costado, tenía los labios entre abiertos y el pelo recogido de una manera desprolija, el teléfono en la mano y no pudo evitar sonreír porque era tan hermosa.

Ella se terminó de alistar luego del baño y apagó las luces para ir a la cama, apenas se apoyó Lauren abrió los ojos y le dio más espacio.

—Ven aquí.—Camila abrió sus brazos y Lauren sin dudarlo y un poco dormida se acomodó con medio cuerpo sobre el suyo, pasó un brazo por encima de Camila y escondió el rostro en el hueco de su cuello y el hombro soltando un suspiro mientras volvía a quedarse dormida.

La morena no dejaba de sonreír. Había extrañado a Lauren esas dos semanas y habían pasado un buen día luego de varios estando preocupadas, algo tristes y con tantas cosas en la cabeza. Es que las cosas no eran fáciles, ambas lo tenían claro desde un principio y allí estaban enfrentándolo. Ahora deberían mantener una vida más privada de lo que ya tenían. Especialmente Lauren que luego de aquellas fotos con Camila en restaurante había sido tema para hablar en muchos medios y no solo eso, las veces que salió de su casa para ir a alguna parte estaba siendo vista, pues las fotos en Internet lo decía todo, no la iban a dejar en paz. Pero así era su vida ahora.

Camila le acarició el pelo suavemente, le rascó la cabeza una y otra vez sintiendo leves suspiros de Lauren que parecía dormir profundamente. Es que había sido un día hermoso pero agotador, las bromas, las risas, los juegos, el agua y todo lo que hicieron junto a sus amigos las había agotado.
Camila descubrió que Lauren comenzaba a ser más cercana a esos chicos. Luego de hablar con Vero un rato, supo también que los conoció gracias a ella y a Alexa, a quien no conocía aún. Vero le dijo que Lauren era una chica difícil y que ella tenía suerte, que debía quedarse, que debía cuidarla, que Lauren la necesitaba y que no solo se lo había dicho la misma oji verde, Vero lo había visto en esos días en los que visitaba a su amiga mientras estaban separadas.
También notó que todos eran tan divertidos, tan respetuosos y se sentía cómoda porque cada vez que sacaban una cámara era para hacer fotos de todos, para bromear y no, por ejemplo, tener evidencia de haber estado con una famosa. Lauren se sentía feliz de haberse acercado a ellos y le agradecía a Vero.

Finalmente cuando llegaron al hotel, Camila tuvo que lidiar con Lauren para que se fuera a bañar y dejara de intentar llevarla a la cama. Más que otra cosa le parecía divertido porque Lauren estaba fuera de sí y era divertida, se reía de todo y no paraba de decir pavadas. Hasta que Camila por fin logró hacer que se fuera una ducha y se fuera a la cama a “esperarla” aunque sabía que para cuando saliera del baño iba a estar casi desmayada y así fue. Tenía a esa chica hermosa dormida entre sus brazos y lo mejor de todo es que amanecerían juntas y tendrían otro día más para disfrutar. Juntas.

Pero la noche no fue como esperaban. Lauren llevaba unos tres minutos sentada al borde de la cama llorando, temblando e intentando no hacer ruido para despertar a Camila. Podría irse de la habitación tranquilamente o encerrarse al baño, pero la pesadilla había sido incluso peor que la última y literalmente estaba en shock. ¿Cómo era posible que se sintiera tan real? ¿Cómo era posible que últimamente terminara aterrada luego de una pesadilla?

Sintió una mano en su espalda y luego a Camila acariciarle el brazo.

—¿Lauren?—Camila hizo que la mirara y frunció el ceño.—¿Fue una pesadilla?

Lauren se giró mirándola sorprendida y con un poco de desesperación. Rápidamente Camila la tranquilizó negando para que no dijera nada y la ayudó a que se acostara junto a ella. Estiró su brazo para que lo usara de almohada mientras que con la otra mano le peinaba el cabello hacia atrás y luego le limpió las lágrimas. Lauren no paraba de temblar e intentó detenerse tomando la mano de Camila y dejándola en medio de ambas.

—¿Cómo sabes?—Su voz sonaba un poco temblorosa y Camila la abrazó mejor de la cintura para que estuviera más cerca.

—Te vi mientras dormías, pero no te desperté.—Lauren frunció el ceño.

—¿Por qué no lo hiciste?—dijo molesta sorprendiendo a Camila un poco. Intentó salir de la cama pero Camila la dejó en su lugar sosteniendo su cintura.—¿Por qué no me despertaste? ¿Acaso no me viste? Yo suelo… Suelo estar mal. Hasta podría hacerte daño porque me muevo mucho y…

—Lauren, cállate.—Camila la obligó.—No sabía, yo no sabía nada, ni siquiera sé que tienes pesadillas. No sé que es eso que te puso así.—Negó odiando ver a Lauren llorar otra vez.—Respira. Tranquila. Estás bien.—Tomó la mano de Lauren.—¿Quieres hablar conmigo de eso?

Lauren estaba luchando en su interior para cerrar la boca. ¿Para qué hablaría del pasado? No serviría de nada. Pero una parte de ella, la parte débil, la parte que Camila sacaba de dentro suyo, esa parte que se sentía frágil, pero protegida cuando estaba junto a ella lo sacó porque se estaba torturando en su mente.

—Se siente tan real, Camila.—Lauren se abrazó a la morena y apoyó la cabeza en el hombro de ésta.—No son sueños, son recuerdos. Siempre están ahí, últimamente ya no pasaba pero desde que empezó todo esto, desde que dejé de tener buenos días suceden cada noche y estoy cansada.—Camila tenía una mano en su cabeza dándole caricias.—Me quedo en shock cada vez que pasa, me siento tan asustada porque pareciera que me está pasando otra vez, sus golpes me duelen, me duelen de verdad y hace días que… Yo… Yo sueño con la última vez que pasó y es lo peor.

Se quedó en silencio y Camila le dio un beso en la cabeza. Dejó que Lauren estuviera mejor, que se calmara y quisiera hablar otra vez.

—Casi me mata.—Camila cerró su mano aferrándose al pelo de Lauren y el otro en su espalda.—Yo apenas recuerdo porque… porque ese día fue horrible. El primer golpe me hizo caer y me golpeé la cabeza. Eso es todo, luego… Luego todo es dolor, gritos a lo lejos y solo sentía como me moría ahí mientras me seguía golpeando.—Lauren apretaba con fuerza la remera de Camila mientras hablaba.—Me dijeron que estaba inconsciente y él seguía, Camila. No le importaba, él seguía. Luego llegó mi padre, yo escuché su voz. Y eso fue todo porque no tenía más fuerzas. Ni siquiera sé que hago aquí, no sé como pude.

Camila se sentía horrorizada, estaba en shock mientras se aferraba a Lauren de la misma manera que ella lo hacía.
¿Cómo alguien podría ser semejante bestia? ¿Cómo alguien podría hacerle daño a una persona? Y Camila no pensaba solo en una mujer, pensaba en cualquier persona, aunque quienes más sufrían estas cosas eran las mujeres. Y lo peor de todo es que dolía, dolía muchísimo saber que Lauren fue una.

—¿Qué pasó luego?—Apenas se escuchaba su voz. No podía ni con su propio nudo en la garganta.

—Estuve en terapia intensiva por tres días y medio. Estaba inconsciente. Dos semanas internada y la recuperación fue horrible. Tenía dos costillas rotas, la cara casi desfigurada.—Levantó la mirada a Camila por primera vez en todo el rato.—Soy alguien con suerte.

—Eres alguien fuerte.—Camila se bajó un poco para quedar a la altura de Lauren, quedando frente a ella.—Eres valiente y fuerte, bebé.—Lauren negó.

—No, mis padres lo son. Si fuera por mí…—Desvió la mirada.—A veces pienso en que hubiese sido mejor no salir de esa antes de vivir con toda esa mierda en mi cabeza.

—No digas eso, Lauren. Si estas aquí es por algo.

—Porque mis padres lucharon más por mí que conmigo. Porque Zayn me vio un día y no me dejó ir, me ayudó mucho a recuperarme, ¿sabes? Y un día fue a mi casa diciéndome que alguien me había visto cantar en la feria y quería hablar conmigo, con mis padres. Y mírame. No logré nada sola.—Se rió soltando algunas lágrimas que Camila limpió.

—Pero si tú no pusieras de lo tuyo no estarías aquí, no todo es gracias a ellos, tú eres la que sale frente al mundo, tú eres quién los enfrenta.—Camila juntó su frente con la de Lauren.—Mira que no sé todo lo que pasó, no debo tener ni idea, pero siento muy orgullosa de ti, lo poco que sé, lo poco que veo de ti y la persona que eres hace que me sienta orgullosa de haberte elegido.

—¿Me elegiste?—Camila sonrió.

—Me volviste loca en ese momento en el que me viste a los ojos y me sonreíste cuando bajaste del auto en el bosque.—Lauren sonrió sin dejar de llorar.—Estoy cada día más loca por ti, Lauren. Te prometo que vas a superar eso.

—Lo necesito.—Su sonrisa había desaparecido.—Quiero estar bien, quiero olvidarlo, quiero dejarlo atrás. Pero me ha marcado tanto.

—Lo entiendo, Lauren. Vas a estar bien. Solo es cuestión de tiempo así como lo fue recuperarte, salir adelante, ahora pasamos unas malas semanas, pero estamos bien, ¿ves que hay que darle tiempo al tiempo? Si me dejas voy a intentar ayudarte, no sé como, pero te juro que vamos a poder.

—El simple hecho de que estés conmigo hace que me olvide del mundo entero, Camila. Me haces bien, de verdad, eres importante en mi vida en estos momentos.—Camila sonrió cerrando los ojos y juntando sus labios contra los de Lauren sin dejar de sonreír.—Por favor no te alejes nunca de mí.

—¿Me estás pidiendo que me quede contigo siempre?

—Siempre.

—Entonces es un placer, amor.—Dijo antes de besarla logrando que su propio corazón se altere al escuchar la risita de Lauren durante el beso.

A pesar de todo, había sido una de las mejores madrugadas de su vida.

Brands {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora