Capítulo 6

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Lauren vio a Taylor y a Sofi tirarse en la alfombra frente a la televisión para continuar viendo la película, a la cual no le estaba prestando mucha atención porque era de terror y por lo tanto tenía a cierta morena abrazada a su brazo. Aquello la desconcentraba mucho. Camila la desconcentraba.

Sus hermanitas parecían no tener miedo mientras que ella apenas se asustaba, lo contrario a Camila que estaba asustada de verdad porque odiaba las películas de terror.

Mientras sus padres estaban en el jardín haciendo carne asada y sus madres estaban hablando de cualquier cosa en la cocina como siempre, ellas estaban allí. Por un lado y tan cerca sus hermanitas y por otro ellas dos sobre el sillón.

Lauren tenía el corazón enloquecido dentro de su pecho al sentir a Camila abrazada a su brazo y con la cabeza apoyada sobre su hombro, muchas veces se escondía contra ella en un intento de esconderse o dejar de ver la pantalla lo que divertía a Lauren a pesar de estar tan nerviosa por la cercanía.

Desde hace dos días cuando habían ido a la playa las cosas habían estado tranquilas entre las dos, no habían vuelto a hacer nada con la otra que no sea pasar el día juntas en la casa, solo seguían estando esas miradas y sonrisas pero nada más que eso.

—Odio esto.—Murmuró Camila apoyando su frente sobre el brazo de Lauren mientras que la oji verde se reía en voz baja viendo a la morena.

—Es solo una película.—Dijo en voz baja también para no molestar a sus hermanas. Llevó una mano al rostro de Camila y le apartó algunos mechones de pelo poniéndolos detrás de la oreja mientras le daba una pequeña sonrisa.—Nada es real.

—Ni siquiera sé porqué acepté ver esto.—Negó riéndose de ella misma subiendo la mirada a Lauren.

—Además, si algo pasa estoy aquí para salvarte.—Camila se cubrió la boca para no reírse.

—¿Qué harás si de repente empiezan a  suceder cosas paranormales aquí? ¿Eh?—Le picó la mejilla con un dedo varias veces y Lauren intentó morderlo en vano sacándole una sonrisa a Camila.—Boba.

—Miedosa.

—Tú también te asustaste.—Entre cerró los ojos hacia Lauren que negó frunciendo el ceño.

—¡Ssssshhh!—Las calló Sofía y Camila se volvió a cubrir la boca para no reírse fuerte mientras que Lauren sonrió.

Camila apoyó su cabeza en el hombro de Lauren y mientras que con un brazo se abrazaba al de Lauren, con su mano libre bajó hasta poder tomar la de Lauren que se quedó paralizada sintiendo los dedos de Camila enlazarse muy suavemente con los suyos. Tragó saliva viendo la película y ayudó a que sus dedos estén bien sujetados con los de la morena. Ambas se dieron una mirada rápida y Camila volvió a acurrucarse contra ella.

Camila le había tomado la mano y estaba acurrucada contra ella dándole caricias en su brazo mientras que Lauren no podía creer que la morena le estaba tomando la mano de una manera especial, no era como cada vez que se ayudan en alguna situación o para acompañarla a alguna parte, ésta vez era diferente y lo notó hasta en la forma en la que había enlazando sus dedos tan cuidadosamente, como pidiendo permiso y demostrando cariño a la vez.

La morena estaba sonriendo mientras se mordía el labio porque estaba nerviosa y no se esperaba que Lauren reaccionara tan bien cuando intentara tomar su mano de esa forma y en ese lugar. Suspiró cuando sintió a Lauren darle una caricia con su pulgar y luego continuó acariciando solo con su dedo en su mano.

El timbre sonó en toda la casa haciendo que las cuatro dieran un pequeño salto y luego se rieron de ellas mismas mientras Lauren, no queriendo soltar la suavidad de la mano de Camila, tuvo que hacerlo luego de darle una rápida mirada a la morena que le sonrió.

Taylor puso la película en pausa mientras Lauren iba a abrir la puerta. Camila escuchó una risa y seguido a eso un pequeño grito de Lauren lleno de felicidad. Se escuchaba como hablaba con quien sea que había llegado y luego entró a la sala con un chico detrás de ella.

Era un chico alto y tenía una sonrisa “encantadora” en su rostro. Lauren lo presentó como Gabriel y él le sonrió agradablemente a todos. Incluso los padres de Lauren se alegraban de verlo. Menos mal que no tenía amigos, pensó Camila y para ignorar el echo de que ese chico tenía un brazo sobre los hombros de Lauren se giró a la televisión otra vez.

Lo que restó de la película Camila estuvo en un extremo del sillón mientras que ese chico tenía a Lauren a su lado con la cabeza apoyada en su hombro y con pensar que hace algunos minutos le estaba sujetando la mano a ella y ahora estaba allí sin prestarle atención le molestaba.

Cansada de escuchar murmullos de parte de Lauren y Gabriel, sus risas y muchas veces veía de reojo como ese chico le besaba la mejilla, se levantó sin decir nada y subió a la cual era su habitación.  A los Jauregui no les importaba que anduvieran por la casa ellos mismos porque bien les habían dicho muchas veces que se sintieran cómodos y libres de salir o entrar de sus habitaciones y en toda la casa.

Suspirando se tiró sobre su cama y encendió la computadora para comenzar a navegar por Internet. A ella le parecía aburrido todo eso del Internet si no era para ver algo interesante, prefería leer un libro pero en esos momentos estaba inquieta, nerviosa, no se iba a concentrar en el libro.

Ese chico solo había llegado para arruinar lo único que había echo en dos días para tener la atención y cercanía de Lauren.

Había pasado casi una hora encerrada en la habitación escuchando música y escribiendo algunas cosas en un cuaderno que usaba para cuando tenía ganas de escribir o tenía esos momentos de inspiración. Unos golpes en la puerta la sacó de su burbuja y seguido a los golpes vio a Lauren asomarse mientras abría un poco la puerta.

—Camila, ¿Por qué te fuiste?—Preguntó mientras entraba a la habitación sabiendo que a la morena no iba a molestarle.

Camila casi pone los ojos en blanco al notar que apenas y recién se daba cuenta de que se había ido. Pero simplemente se encogió de hombros.

—Ya no quería ver la película.—Dijo mientras cerraba su cuaderno y comenzaba a apagar la computadora. De todos modos ya las iban a llamar para cenar.

—¿Segura?—Camila asintió sin mirarla y Lauren suspiró mientras la veía llevar la computadora y su cuaderno a un escritorio que tenía frente a la ventana.—Gabriel me invitó a una fiesta, no es nada grande, solo se juntan algunos chicos a tomar y comer algo, hay música y es una casa a unas manzanas de aquí.

—Que bueno. Espero que te vaya bien.—Camila le sonrió apenas mientras volvía a la cama y se sentaba apoyando la espalda en la cabecera con Lauren frete a ella viéndola un poco confundida por como estaba actuando.

—Me preguntaba si querías venir conmigo. No quiero ir sola porque no conozco a muchos de los que van.—Camila negó haciendo una mueca.

—No me gustan las fiestas. Prefiero quedarme a leer algo. Pero ve y diviértete seguro tienes toda la atención, estrella.—Le dio un golpe en el hombro y Lauren se rió un poco.

—Odio tener toda la atención porque soy yo, ¿sabes?—Camila la miró a los ojos.—Quiero decir, siempre me dan atención porque soy Lauren la chica que canta y tiene miles de seguidores, no porque soy alguien interesante para ellos y les importo de una manera que no sea algo más que mi fama.

—No todos son así.—Murmuró Camila cruzando sus piernas debajo de ella.

—Ya sé… En fin, ¿vienes conmigo? Por favor. Va a ser divertido.

—No, Lauren. No conozco a nadie y son tus amigos, no los míos.—Lauren estiró su mano hasta tomar la de Camila y le dio un suave apretón para que la viera.

—A mi tampoco me llama tanto la atención ir pero es para que salgamos de aquí un poco. Además mis padres no me van a dejar ir sola.—Se rió.—Por favor. Y si quieres venirte a la hora que sea me dices y nos volvemos juntas.

Camila dudó un poco porque no tenía ganas de ir realmente y además odiaba tener que integrarse a un grupo donde no conocía a nadie. Estúpida razón por la cual no tenía muchos amigos.

—Está bien.—Asintió y Lauren sonrió contenta mientras tiraba de la mano de Camila para que saliera de la cama.

—Tenemos que irnos ahora, nos esperan para comer allá.—Camila frunció las cejas.

—Pero déjame cambiarme de ropa al menos.

—Así te ves… hermosa.—Lauren asintió dándole una mirada a Camila que miró su propia ropa para comprobarlo. Tenía un short de jean y una remera algo suelta y corta. Ni siquiera era ropa linda.—Ellos no son personas que se arreglan ni siquiera se van a fijar en tu ropa. Son personas libres.—Lauren se rió encogiéndose de hombros.—Cuando lleguemos te vas a dar cuenta de lo que hablo.

**

Camila pensó en lo que Lauren le dijo y supo de qué hablaba cuando dijo que eran personas libres. Eran unas veinte personas y bajo la mirada de cualquier otra ellos vestían “raro” pero Lauren tenía razón en sus palabras, ellos simplemente eran como querían ser, se vestían como querían, escuchaban la música que les gustaba, algunos fumaban y a nadie le importaba. No era ese tipo de fiesta donde las demás personas te veían la ropa, si tomabas mucho, si fumabas o algo. Allí eras simplemente uno más y a nadie le importaba tu apariencia.

Pero aún así, aunque se sentía cómoda, Camila se quería ir desde el primer momento en el que llegó porque odiaba las fiestas, seguía prefiriendo leer un libro en la cama y encima que ese chico Gabriel ahora que no estaban bajo el peligro de que los padres de Lauren los vieran, él la abrazaba de la cintura, habían bailado juntos y muy cerca, lo peor de todo es que Camila se había alejado para estar sola y para dejar de ver a esos dos que ya la enfermaban y Lauren ni siquiera se había dado cuenta.

Tenía un vaso con algo en la mano que no tenía idea de qué era pero estaba rico y aunque tuviera alcohol seguía tomando. Estaba demasiado concentrada en las demás personas viendo como se divertían, se reían entre ellos o hacían bromas que no se dio cuenta que había una morocha a su lado.

—Hola… Camila, ¿no?—Camila asintió sonriendo amablemente mientras la miraba. La chica tenía su pelo hecho rastas, una remera de una banda y unos pantalones cortos. Era linda.

—Sí, Camila.—Asintió.—Yo no sé tu nombre.

—Brenda.—Tendió su mano y Camila la tomó sonriendo.—¿Qué hace una linda chica sin otra linda chica a su lado?

—¿Cómo sabes…?—Camila se detuvo cuando Brenda se rió dando un paso hacia ella para hablarle al oído.

—Porque no dejas de ver a Lauren desde que llegamos y tu rostro demuestra lo celosa que estas porque  Gabriel está con ella. Además de que rechazaste a varios de mis amigos y parecías nerviosa cuando alguno se te acercaba.—Camila la vio con los labios entre abiertos ¿Tanto se le notaba?

Camila sentía sus mejillas arder aunque igual se rió un poco bajando la mirada algo avergonzada.

—Espero que solo tú te hayas dado cuenta.—Murmuró nerviosa.

—No creo que ninguna otra persona aquí que te haya observado tanto como yo.—Camila levantó la mirada para encontrarse con unos ojos claros observándola y sonrió divertida.

Aquella chica era demasiado simpática y era linda. Siguieron hablando por un rato largo en el cual se rieron y no dejaban de bromear entre ellas. Brenda era divertida y a Camila le agradaba la gente divertida.



—¿Quieres?—Lauren negó a Gabriel que le ofrecía un cigarrillo.

No podía despegar la mirada de Camila y Brenda. Las dos estaban riéndose y secreteando cosas entre ellas. Había visto a la morena sonrojarse en varias ocasiones y su corazón se aceleraba con solo imaginar las cosas que Brenda le decía al oído. Sabía que esa chica no era ninguna tonta y siempre tenía lo que quería. Pero no podía tener a Camila porque… porque no.

Se sintió indignada y molesta cuando Brenda le tomó la mano y la llevó del otro lado del jardín donde las perdió de vista y dudaba de que desde algún lugar de la fiesta pudieran verla.

¿Quién se creía Camila para tomarla de la mano antes y luego dejarla allí para irse con alguien a quien apenas conocía? Pasándose una mano por el pelo suspiró molesta.

—¿Estás bien?—Mierda. Se había olvidado que tenía a Gabriel a su lado y a otras personas a su alrededor.

Sus mejillas ardían pero no de vergüenza por haberse quedado colgada en sus pensamientos, sino porque estaba realmente molesta. Para seguir sumando cosas a la situación había tomado demasiado y había fumado un poco de marihuana cuando Camila no le estaba viendo. No solía hacer eso, nunca fumaba, ni tomaba pero por un momento todo la ayudó a olvidarse de Camila, de todo lo que esa chica le hacía sentir y se dejó llevar sintiéndose “normal” al estar bailando muy cerca de Gabriel. Él ni siquiera le gustaba, solo era una de las pocas personas que conocía en Miami y podía considerar amigo.

Se quería ir a su casa pero no podía llegar sola en esas condiciones y además  tenía que esperar a Camila porque volverse juntas era la condición de sus padres.

—Ya vuelvo.—Le dijo a Gabriel que la vio confundida y asintió viéndola irse.

Lauren entró a la casa para luego salir a la calle donde se sentó en el cordón de la vereda y suspiró cuando sintió el aire fresco. Esperaba que eso ayudara un poco a su estado.

Se sentía una idiota y confundida porque estaba molesta al ver que Camila se iba con Brenda. Qué le importaba a ella. No debía importarle si Camila podía irse con quien quisiera, cuando quisiera. No tenía que estar deseando ser ella quien llevara a Camila lejos de todos para poder besarla. Porque seguro que se estaba besando con Brenda ahora.

Nunca debió ir a esa fiesta ni llevar a Camila. Se hubiesen quedado en la casa a pasar tiempo juntas como siempre y quizás Camila le tomaría la mano otra vez de esa manera tan tierna y disfrutaría de tener sus dedos enlazados con tanta seguridad mientras veían una película o simplemente hablaban. No podía creer que estaba sintiendo y pensando todas estas cosas, ni siquiera sabía porqué sus ojos estaban llenos de lágrimas y algunas habían caído durante un rato pero las había limpiado rápidamente.

Llevaba casi una hora sentada allí afuera y agradeció que nadie fuera a buscarla. Ya estaba más tranquila usando su teléfono cuando por fin se había podía deshacer de todos sus estúpidos pensamientos cuando sintió que la puerta de la casa donde era la fiesta se cerraba y al girarse vio a Camila salir con el ceño fruncido. Su corazón latía rápidamente al verla y se sentía enojada otra vez. Pero era estúpido también. No tenía que enojarse.

—¿Qué haces aquí?—Camila se sentó a su lado viéndola.

—Nada.—Dijo simplemente.

—¿Por qué saliste de la fiesta? Tu amigo Adriel me dijo que saliste hace un rato y no volviste a entrar.

—Es Gabriel.—Camila se encogió de hombros.—Y quería estar sola por eso me fui.

—Es lo mismo.—Dijo con cierto tono de molestia.—¿Te sientes bien?—Lauren supo que Camila había pasado un brazo por su cintura mientras estaba sentada a su lado y con la otra mano le acarició el brazo. Se sorprendió cuando le dio un beso en la mejilla.

¿Cómo podía hacer eso luego de haberse ido con Brenda por una hora? Odiaba sentir que Camila jugaba con ella. Además no podía venir cuando quería a tratarla de esa manera.

—No hagas eso. No hagas más esto.—Dijo levantándose para alejarse de Camila que la veía sorprendida y confundida a la vez.—Voy a irme a mi casa.—Dijo en voz baja finalmente al darse cuenta de que había reaccionado mal.

—Lauren. Lauren, espera. ¿Qué te pasa?—Intentó tomarla del brazo pero Lauren siguió caminando dejándola atrás.

No podía volverse sola y decidió dejar de molestar a Lauren entonces caminó detrás de ella en silencio y pensando en qué podía haber hecho para que Lauren se enojara. Se sentía confundida porque no había razón para que se portara así con ella. 

Durante todo el camino estuvieron en silencio y se lamentaba el no haberse podido despedir de Brenda. Sin duda se habían caído muy bien y Camila sonrió un poco recordando a esa chica.

Cuando Lauren entró a la casa seguida por Camila, lo primero que hizo fue ir a su habitación para darse una ducha mientras que Camila no volvió a hablarla y también fue a su habitación para darse un baño y ponerse ropa más cómoda. Eran las dos de la madrugada y no tenía sueño.

Tampoco se iba a dormir sin antes hablar con Lauren. Así que iba a esperar a que terminara de bañarse y estuviera tranquila en su habitación para ella ir y hablarla. Todavía no tenía idea de qué le pasaba y se sentía mal al no saber.

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