Capítulo 23

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Cuando Lauren despertó, Camila seguía a su lado. Por primera vez en semanas se había despertado sin gritar, había dormido por horas y no había tenido ningún tipo de mal sueño o alguna de esas pesadillas que la atormentaban.

Se sentía tan tranquila al estar entre los brazos de Camila en ese momento.

-¿Estás bien?-Camila la peinó con sus dedos mientras Lauren seguía con el rostro contra su pecho ya que ambas estaban de costado, de alguna forma frente a frente, pero Lauren estando más abajo y con los brazos alrededor de la cintura de Camila.

-Sí.-La voz de Lauren había sonado baja, cansada y triste.

-¿Tienes hambre?-Lauren levantó un poco el rostro le dio una mirada a Camila que no demostraba más que lo mal que estaba.

-No.-¿Cuánto llevaba sin comer? Seguro habían pasado dos días o casi.

-Tienes que comer algo.-Insistió Camila.-Hay un poco de frutas acá.-Se levantó de la cama para ir a la pequeña nevera que había en la habitación y sacó un tazón con frutas cortadas.

Lauren miró aquello casi con asco porque no tenía hambre, no quería comer, no tenía ganas de hacerlo. Pero Camila la tenía entre sus piernas después de haberle puesto una remera larga y la estaba abrazando con ambos brazos contra su pecho mientras apoyaba la barbilla en su hombro, le susurraba cosas al oído y le daba besos en la mejilla, así que no podía negarle el comer un poco. Sólo un poco. Al final terminó comiendo más de lo que planeaba, pero no le importó porque al menos su apetito estaba de vuelta.

-Tengo que decirte algo.-Lauren dejó de comer y se giró a Camila con su cuerpo entero, estaba sentada casi de costado apoyada contra la morena.-Y no quiero que me interrumpas.-Su voz sonaba suave para que Lauren no se sintiera atacada de ninguna forma.

Era lo que la psicóloga le había pedido que hiciera mientras tanto. Lauren necesitaba estar tranquila y despejar su mente. Ojala hubiese podido evitarse esta conversación, pero era necesario.

-¿Me vas a dejar?-El miedo y el pánico en su voz fue evidente y Camila negó rápidamente dejando sus labios sobre la mejilla de Lauren.

-Ni lo pienses.-Lauren la miró. Tenía los ojitos tristes, cansados, no eran verdes, estaban grises, apagados, no eran su verde favorito.-Bien, escucha.-Suspiró.

Lauren había encontrado cómoda la posición en la cual estaban y ahora tenía su cabeza apoyada contra la frente de Camila. Aquello era más fácil para que la morena le hablara al odio y le diera besos cuando quisiera.

-Hablé con tus padres.-Lauren la vio con pánico.-Sh. Espera que no terminé. Está todo bien con ellos, les dije todo, lo siento, pero no quiero que vuelvas a estar así nunca más.-Lauren quería reprocharle. ¿Cómo se había atrevido?-Estaban tristes porque no pueden hacer nada desde ahí, pero me dijeron muchas cosas importantes. Lo primero fue que te quieren muchísimo, después que me escuches, me hagas caso en todo y que no te alejes de mí. Me pidieron que te cuide y lo voy a hacer.-Lauren estaba llorando en silencio.

-¿Ellos están decepcionados?-Camila secó sus lágrimas.

-Están dolidos y tristes.-Dijo en voz baja.-Y quieren verte bien. Me voy a ocupar de eso.

-¿Cómo?-Susurró.

-Primero, tengo que decirte que voy a quedarme contigo por unas semanas. No voy a despegarme de ti hasta que estés bien.

-¿Y tus padres saben?-Camila apretó los labios asintiendo.-¿Qué dijeron?

-Obviamente están preocupados por ti y enojados conmigo porque voy a dejar la Universidad por unos meses.-Quiso salir de entre los brazos de Camila mientras decía una y otra vez "no, no" pero la morena la sujetó en su lugar.-Escúchame. No hagas esto.

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