Levanté la mano interrumpiendo la explicación del profesor Giglins.
-¿Sí señorita Olivetti?
-¿Puedo ir al inodoro?-dije indiferente. Notando como todos me miraban extrañados con los ojos abiertos como si fuera otra persona. ¡En realidad, lo era! vuelvan a sus asuntos pedazos de cicateros.
-e..está bien Olivetti-dijo también extrañado pero amable y mirándome como un pervertido al verme en esas fachas. Me paré del asiento y me dirigí al solitario pasillo donde me encontré con el que menos quería encontrarme en estos momentos…
-Hola cielo- le dije a George aún sin detenerme.
-Wow Amor- dijo acercándose y obstruyéndome el paso- estás muy sexy hoy…me gusta- sonreí incómodo, me agarró del brazo y me chocó de una columna.- Ni creas que te librarás de lo de ayer, tenemos cuentas pendientes- dijo muy cerca de mi boca.
-eeh, George, no entiendo de lo que hablas- dije mientras me retorcía para intentar alejarlo.
-Con que vamos a jugar sucio, eh?- dijo empezando a besar mi cuello, era…asqueroso.
-Tengo que hacer algo, déjame ir…
-Estoy seguro que puede esperar- y continuó dejando su asquerosa baba sobre mi cuello, una sensación repugnante.
-Qué vergüenza si nos ven acá- dije ya desesperado.
-No seas tontita amor, nadie nos ve. Además todos saben que somos novios y nadie tiene que meterse en esto.
-No lo digo por ellos, lo digo por mí- dije mostrándome ofendido. Él se alejó de mí, caminó varias veces de un lado a otro pensativo y molesto.
-¿Vergüenza? – Se acercó a mí peligrosamente- ¡te da vergüenza que te vean con tu novio pero sin embargo, te entras a uno de los cuartos de servicio con un imbécil, eh?!
Soy yo o este mequetrefe me acababa de llamar imbécil. Me controlé de decirle unas cuantas cosas por respeto a _____. Solo por eso.
-¿Tú también?- dije rodando los ojos.
-Te diré algo _____, sabes muy bien que eres mía y hay una gran reputación que cuidar. No pretenderás dañármela…
-Pero si solo hablábamos.
-¿En ese lugar? No creo, pero eso ya no es lo que me importa, ahora solo quiero que seas mía, un año es demasiado tiempo sin probarte.
-Pero…-me empezó a besar bruscamente, con una mano tocándome los senos y con la otra el culo. Lo empujé fuertemente, escupí en su rostro y le pegué una hostia, aguantándome las ganas de pegarle con los puños.
-¡¿QUÉ HACES MALD*TO MARICA?!- grité ofuscado por la rabia y el asco.
-Yo...-
-Tú nada infeliz ¡¿Te has vuelto maricón?! ¡¿Cómo te atreves a besarme?!- dije levantándole el puño derecho impulsivamente.
-¿Pero qué cosas dices? ¿Te has vuelto loca? Apuesto que esto tiene algo que ver con el imbécil con el que te morreaste ayer, tú y el…-
-Yo y él nada, Liam es un buen chico, me trata bien y sobre todo no anda toqueteándome por los pasillos delante de todos-
-PERO SI NO HAY NADIE-
-Cuanto has cambiado George. Quizá debería estar con él, así por lo menos tengo a un hombre de verdad- dije aún asqueado defendiéndome a mí mismo y, por alguna razón, deseando que las palabras que dije anteriormente fueran dichas verdaderamente por ______.
Pero ¿Qué cosas pienso? Tengo que acabar con este tipo, no pienso soportar que me morronee otra vez.
-¿Qué me estás queriendo decir?
-Que…que nos tomemos un tiempo. Necesito unos días sin ti, necesito pensar- le dije más calmado.
-Bien-dijo molesto- Puedes ir con quien quieras. Es más, no lo pienses nada, nosotros no necesitamos un tiempo, esto ya se terminó.
-A eso me refería con “un tiempo”, capullo.
-¡Dios! Mira en lo que te has convertido _____, ya ni te conozco. Ya no me vuelvas a buscar- dijo en un tono frustrado, pasando su mano por su cabellera mientras se iba.
_____ me iba a matar pero no tenía opción.
¡_____! ¡Cierto! ¡Está esperándome!
Me dirigí corriendo en dirección a la biblioteca y allí estaba, sentada en una de las computadoras sociales, escribiendo en una libreta pero, tenía las piernas cruzadas. Ash, ésta no aprende más.
-Oye, descruza las piernas- reclamé sentándome en la silla al lado de ella.
-No hay tiempo para tu masculinidad ahora Liam, esto es importante- dijo rápidamente girando bruscamente la pantalla del ordenador hacia mí- Es la historia de una señora que le pasó lo mismo que a nosotros. Ella está internada en un asilo justo acá.
-¿Y le vas a creer? Puede que la anciana esté alucinando.
-Justo lo que todos pensarían si les contamos lo de nosotros- dijo obvia poniéndose a la defensiva- Anda Liam, tenemos que intentarlo. Yo no pienso vivir toda mi vida así. Extraño a mis amigas, a Clarís, ¡a George!, lo extraño demasiado.- cuando mencionó ese nombre sentí una inexplicable punzada en el pecho y una sensación de impotencia.
¡¿Qué te pasa Liam?!, me reproché mentalmente.
-Mm…Por cierto, ya no tienes novio.
..
…
…….
-¡¿Qué?!- dijo gritándome por lo que la chica antipática del mostrador de la biblioteca nos siseó con cara indiferente.- ¿¡Cómo fuiste capaz!?- con aparente enojo.
-Pero él me-
-Pero nada Liam ¡se suponía que haríamos un esfuerzo por el otro! –dijo esta vez más bajito, pero seguía gritando- creí que estábamos juntos en esto- recogió sus pertenencias y salió del lugar.
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Gracias por pasarse por la novela y gracias por comentar y votar, significa mucho :)
Besos y trataré de subir más seguido.
-Grisette x