Epílogo.

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***

-Sus nombres, por favor.- pidió el hombre en la entrada del lugar. Desde afuera ya se podía escuchar perfectamente la música que se reproducía y el bullicio de todas las personas que se encontraban dentro.

-Melissa Castillo –respondió Lissa con emoción mirando sugerente a aquel hombre como de algunos treinta y dos años, más o menos. Rodé mis ojos por su atrevimiento. El hombre miró la lista

-Ivette Padilla –prosiguió Ivy, aún sujetándome del brazo con esa ansiedad en su mirada.

Pero, ¿Quién la culpa? ¡La graduación está a apenas unos pasos!

-¿Y usted?- se dirigió a mí, sacándome de mis pensamientos.

-_____ Olivetti.- respondí con una sonrisa.

Hoy me sentía hermosa. Al igual que mis amigas. Pero, es que de verdad lo estábamos.

Yo, vestía mi ajustado vestido azul oscuro de cashmere, strapless y con cola de pato. En un costado, éste llevaba una línea de encaje, azul también, que cruzaba desde mi hombro izquierdo, hasta mi cintura derecha, pasando por el strapless tipo v del vestido. En mis pies, calzaba unas zapatillas plateadas de tacón alto Roger Vivier, las cuales tenían varios ajustes, haciendo que subieran a una parte de mis piernas, ahora depiladas e hidratadas. Mi pelo caía en ondas anchas por sobre mis hombros, haciéndome lucir más elegante aún.

Me sentía como una princesa, pero sin un príncipe. Torcí la boca en una mueca de nostalgia, pensando en que no había visto a Liam en todo el día. Me parece que no fue al instituto, o, al menos, yo nunca lo vi. Ni tampoco me había llamado ni mensajeado en todo el día, por lo que me sentía mal.

¿Y si ya está con otra?

¿Y si ahora que está en su cuerpo, ya no me quiere?

Sacudí mi cabeza tratando de sacar esos pensamientos de mi mente.

-____, ¿pasa algo?- preguntó Ivy en voz baja, algo preocupada mientras nos dirigíamos entre las personas. ¿Cuándo habíamos entrado?

-Eh, no. Está todo bien. –le sonreí y ella me devolvió la sonrisa con una aún más amplia.

-¡Miren la pista, chicas! ¡Esto es asombroso! –gritó Lissa de repente, tomando una copa de alcohol de la bandeja de un mesero que pasaba por allí y dándole un fuerte sorbo.

Ivette y yo dirigimos nuestras miradas hacia donde ésta señalaba. Cada pared estaba forrada en negro, con muchas notas adhesivas de diferentes tonalidades de verde, las cuales ponían mensajes que no podía llegar a leer desde la distancia donde me encontraba. También, en éstas, habían tres piezas de cortinas translúcidas, cada una muy separada de la otra, y, debajo de todas se encontraban luces de fiesta de color verde apuntando hacia arriba, dejando ver las cortinas de éste mismo color. En el techo, se encontraban muchos tamaños diferentes de esferas de fiesta, girando sin parar, mientras también había luces verdes iluminando toda la pista.

Wow, esto era hermoso.

-¡Genial! –exclamé. Mirando a mi amiga pelirroja. Ésta iba vestida con un vestido con guipur de color negro, ajustado a su cuerpo, dejando bien marcada su curvilínea figura. Encima de éste, llevaba un chaleco Prada negro, que cubría hasta un poco más de la mitad del vestido. Calzaba unos botines, negros también, que dejaban al descubierto su dedo. Su pelo rojo iba recogido en una hermosa trenza de lado, hecha orgullosamente por mí, dejando su moña caer en forma de cascada. Llevaba mucho maquillaje, pero, a la vez, no parecía sobrecargada. Lucía espléndida.

-Me pregunto si los chicos habrán llegado…–Dijo Ivette, mirando hacia todas las direcciones posibles.- Harry me mensajeó hace un par de minutos diciendo que ya casi estaba aquí.

¡Devuélveme mi cuerpo! {Liam Payne y tú}Where stories live. Discover now