En ese momento, Liam y yo jugábamos cuales niños pequeños corriendo por los alrededores de mi piscina.
Vaya, otra faceta de Liam nueva para mí.
Momentos más tarde, Ivette y Harry se nos habían sumado, por lo que ahora el juego se veía pausado por falta de una jugadora.
-Chicos, tenemos un pequeños…problemita-dijo Ivy llegando de abrir la puerta, con la respiración entrecortada.
-¿Qué pasa, amor?-preguntó Harry preocupado. Es un amor.
-Digamos que algunas personitas se enteraron de la reunión.
-¿A qué te refieres?-interrogó Liam.
-¡Hi Chicos!- saludó una voz a espaldas de Ivy y solo me bastó con ver su cabellera rubia con reflejos negros para saber que se trataba de Stacey.
Oh oh…
-Me he enterado de que tenían una fiesta. ¿¡Por qué no me han invitado!?- se cruzó de brazos, sonando las pulseras enormes de oro que colgaban de sus muñecas- Pero, olvídenlo, ya estoy aquí y ¡Por Dios! ¡Esto sí está apagado! Tienen que agradecer que ya estamos aquí- ¿Estamos?- ¡Chicos, ya vengan!- gritó al vacío. O eso parecía.
En cuestión de segundos, una tribu completa comenzó a entrar en la terraza. ¿Cuántos serían? ¿20, 30, ¡70!? Y aún no paraban de entrar, bailando y bebiendo. ¿De dónde habrán sacado todo eso?
Miré a Liam de reojo y éste tenía la misma expresión de asombro en su rostro.
-¿¡Qué has hecho Stacey!?-gritó Ivette a través de la música que ahora se encontraba a todo volumen.
-Juro que yo solo invite a unos cuantos- levantó las manos en forma de disculpas. Luego, se giró y tomó una margarita que sostenía una chica a su lado y comenzó a bailar al son de We Cant Stop de Miley Cyrus en versión remix.
Genial, esto había pasado de ser una “mini reunión privada” a ser el Jingle Ball 2014 en cuestión de segundos.
Si mamá estuviera aquí…mejor ni pensarlo.
[Narra Liam]
Esto definitivamente se había salido de control. Ivette me había pedido pasar tiempo con Harry y sus amigas, no con toda la academia.
Todo gracias a la rubia fiestera.
Me dirigí hacia adentro de la casa para supervisar que no rompieran nada, pasando por chicas -todas pijas- bronceadas al extremo y con bañadores que no dejaban nada a la imaginación, miradas de chicos, personas que me saludaban entusiasmadas e impresionadas con “mi hermosa casa” a las cuales ignoraba y mirando el espectáculo que brindaban Louis y Melissa que en un segundo parecían querer explotarse las botellas en la cara y al otro segundo estaban morreándose. Ambos borrachos. Me recuerdan un poco a cómo nos tratábamos _____ y yo en nuestros primeros encuentros. Suspiré recordando ese primer beso en la tienda.
Vi cómo varias chicas dirigían sus miradas hacia la puerta principal, por lo que, instintivamente, yo también lo hice.
Allí se encontraba una mujer de algunos 33 años más o menos, vestida formalmente. Llevaba su pelo suelto, de un negro carbón muy profundo, al igual que sus ojos, que me miraban desafiantemente, fulminándome con cada línea de expresión fruncida.
No la había visto en mi vida pero era obvio que se trataba de la madre de ______. La señora Olivetti.
Sus labios fruncidos formaban una perfecta línea recta. Sus puños crujían y su piel se tornaba de un color rojizo. Estaba furiosa, y no era de menos.
-¡_______ Olivetti! ¿¡Qué has hecho!?- dijo separando las sílabas, tratando de contener su furia en vano.
-Puedo explicarlo- fue lo único que logré articular. Ella se acercó a mí, amenazante.
-¡Escúchame bien!- soltó su bolso de marca en el sillón adyacente y me sostuvo por el cuello- Ahora mismo sacas a todas estas personas y limpias todo el desastre, y ¡Ay de ti si algo está descompuesto! ¡Estás en serios problemas jovencita!- se sostuvo la cabeza con ambas manos como si ésta le doliera. Suspiró tratando de calmarse- Te veo en mi habitación, más te vale que no quede ni una sola mugre en esta vivienda.- Asentí sin saber muy bien qué hacer.- ¡Comienza ya!- tomó su bolso nuevamente y subió las escaleras sonando sus enormes tacones por la cerámica.
-¡Liam!- escuché pasos húmedos aproximarse- He visto toda la escena, ¿Qué te ha dicho mi madre?
-Tienen que salir todos de aquí- dije sin siquiera mirarla. Corrí hacia el cuarto de limpieza y desconecté las bocinas. Todos se giraron a ver, ya que les había interrumpido sus bailes eróticos, así que, aproveché para hablar en medio del caos.
-¡Escuchen! Mi madre acaba de venir, así que, la fiesta terminó. ¡Tienen que irse todos, ahora!- todos comenzaron a susurrar cosas entre sí y luego recogieron sus pertenencias y se dirigieron hacia la salida.
Suspiré. Ahora me tocaría limpiar todo el desorden a mí. Cerré la puerta cuando todos habían salido, incluso Ivette y Harry sacaron a rastras a Louis y la pelirroja, dejando el espacio completamente desierto.
Era demasiado desorden, así que tomé una escoba y comencé con lo que me tardaría años. Pero me lo merecía.
Decidí comenzar por la terraza, lo que estaba peor de todo, el núcleo del volcán, así que fui directo hacia allá. Al llegar, para mi sorpresa, allí estaba ella.
-¿________? Pensé que te habías ido.- espeté.
-Decidí ayudarte, Liam. Después de todo, estamos juntos en esto, ¿no?- sonrió y me mostró otra escoba que traía en su mano derecha. Yo también sonreí ante su gesto, fui hasta ella y la abracé, para luego ponernos a la acción. Después de todo, ella no era tan superficial como creí.
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Asdfgjk ok este capítulo me pareció muy tierno, no sé a ustedes xd c:
Quería darles las gracias a los que leen la novela, comentan y votan, significa mucho para mí y perdonen por ser taaan olvidadiza, es que dije que dedicaría un capítulo a alguno de los que han comentado y nunca lo hice. ¡Perdón!
Este capítulo va dedicado a @NonaRGuez, besos nona <33