Halfway - KihyunxReader *TERMINADA*

011: La ayuda.

Se encontraban golpeando la puerta de Cal hace cinco minutos, la niebla estaba mas densa que días anteriores, las casas casi abandonadas en los alrededores lo hacía aterrador, mientras caminaban la gente que quedaba se asomaban en sus ventanas viendo a los intrusos caminar, los miraban con odio, con rencor.

- ¿Por qué no abre la maldita puerta? –Kihyun estaba exaltado–. ¡CAL! ¡CAL ABRE LA MALDITA PUERTA, SOY YO! –Se dirigió a la ventana para golpearla–. Están las luces prendidas, hay gente dentro.

- Quizá simplemente no nos quiere ver. –Hyungwon se rascó la nuca–. No grites más, llamarás la atención.

Kihyun se llevó ambas manos a la cabeza y desordenó su cabello. Algo andaba mal, algo andaba pésimo. Suspiró pesadamente y comenzó a golpear la puerta con más fuerza que antes. Iba a patear la puerta cuando esta se abre de golpe y deja ver a una joven con el rostro hinchado de tanto llorar, de una tez morena, el cabello negro azabache y ojos de un azul penetrante. Miró con odio a las personas fuera de su casa para correrse a un lado y dejarlos pasar. Definitivamente algo andaba mal. La chica cerró la puerta una vez que estaban todos dentro, la casa tenía olor a viejo, a abandonado, la televisión de los años 70' estaba encendida, en un canal sin señal, la radiocasete que estaba a un costado de un mueble estaba encendida en una estación de canciones de los años 20'. Al momento de entrar era como transportarse a la época más antigua, la falta de modernidad dentro del hogar daba una mala espina. Habían muebles con sábanas que solían ser blancas, quizá cuánto tiempo deben llevar ahí para estar tan cafés, entre los pliegues habían polvo y tierra. Todos miraron a la chica que seguía llorando, Shownu se le acercó y ella lo empujó lejos.

- Natacha, ¿Qué ha pasado? –Shownu volvió a intentar acercarse–.

- Su puta imprudencia. –Los miró a cada uno con odio–. ¡Su maldita imprudencia! –Se acercó a Kihyun y lo golpeó en el pecho–. Calum, por su culpa no aparece hace una semana. ¡Desde la última vez que estuvieron acá! ¡¿Qué mierda han hecho con mi hermano?!

Todos se quedaron mirando, desconcertados por lo que acababan de escuchar, Calum había desaparecido.

- ¡Mamá está en el hospital ahora! Fue a su puta universidad inmunda a ver si estaba ahí, la zorra asquerosa de Hillson le ha dado una puñalada diciendo que deje de estorbar.

- Nat, estucha. –Kihyun sostuvo sus manos–. Nosotros no tenemos nada que ver en esto, de hecho, queremos buscar respuestas a muchas mierdas que en estos momentos están pasando allá.

- ¿Respuestas? ¿Buscas respuestas? ¡Lo único que busco yo es a mi hermano!

- Son dos semanas, deben dejarlo sano, luego le drenan la sangre... para comenzar a sacar los huesos y pulirlos. Ha desaparecido hace una semana, el viaje a Nueva Orleans es la próxima semana.

- ¿De qué mierda hablas, Changkyun?

- Creo que sé quién lo puede tener, o dónde puede estar.

Salió de la casa corriendo, Hyungwon pidió que lo sigan mientras él se quedaba con Natacha. Corrían y corrían, pero no a dirección de la universidad, se adentraba en los pasajes y calles del pueblo hasta llegar a un lugar sucio y viejo, sacó unas llaves de su bolsillo y corrió hacia el pórtico de la casa abandonada, la ingresó en una puerta que estaba a un lado de éste y abrió para luego desaparecer por un par de segundos y dejar la puerta abrirse y un sonriente Changkyun aparece.

- Nos iremos a Luisiana.

- ¡¿Qué?! ¿Las clases? –Shownu dijo–.

- Debe estar ahí, a Cal lo deben tener ahí, ¿Kihyun?

- La profesora antes de irse a Nueva Orleans tiene que pasar a Luisiana.

- Tenemos que evitar ese viaje mejor. –Moon dijo atrayendo las miradas de todos–. Buscaré la manera esta noche, hablaré en mis sueños.

- No, eso es peligroso para ti, no lo hagas, por favor. –Kihyun la tomó de los hombros, ella negó–. Piénsalo, viajar a Luisiana son casi seis días. Tenemos que partir esta noche si queremos a Cal con vida.

- Déjenme dormir, un momento, veré si puedo hacer algo, por favor, sé que allí estará la respuesta que queremos. Puedo dominar mis sueños, puedo sacar información, lo sabes.

- En esta pocilga hay una cama, entremos. –Changkyun ordenó–. Los demás vayan a buscar las cosas necesarias para viajar mientras que Moon duerme.

Los chicos asintieron, a excepción de Kihyun que insistió en quedarse allí. Shownu fue a buscar a Hyungwon para ir a buscar las cosas, llevarían a Minhyuk y a Wonho con ellos, si es necesario a Jooheon también. Entraron a la casa que por dentro no parecía tan abandonada después de todo, se sentaron en el living, Moon se recostó con Kihyun a su lado mientras que Changkyun buscaba dinero, nadie quiso preguntar por la casa y cómo tenía acceso a ella y menos por el auto de lujo que estaba allí.

*

Abrió los ojos lentamente frente a una puerta, 502. Ella sonrió, se arregló el traje de enfermera antes de introducir la llave en la puerta y dejar ver a un hombre con manos y pies atados, su cuerpo voluptuoso, su barba crecida daban un aspecto de loco, su mirada perdida entre las paredes blancas, estaba sedado. Más que sedado. Ella se acercó un poco, él la miró directamente a los ojos, estaba rendido, rendido ante ella. Con solo un par de segundos mirándolo supo quién era: El hombre hacha. Le sonrió amablemente.

- Necesito de tu ayuda, Greg. –Ella dijo sentándose en una silla frente a él–.

- Madeleine, déjame salir. –Botaba saliva por un costado de la comisura de sus labios, los medicamentos lo tenían drogado. Él suspiró–. Dime qué necesitas, lo haré si me dejas salir.

- Primero necesito desintoxicarte, necesito que mates a alguien. Ven conmigo.

- ¿Matar? Yo no quiero matar a nadie más. –Él negó con susto–.

- Será gente que no conoces, gente de dónde vengo yo. ¿Vives aun?

- ¿Qué?

- Dónde vives, en el pueblo, dónde estás... ¿Estás con vida?

- Pasaje cinco, tercera casa a la izquierda.

Aun seguía con vida.

- Te sacaré de ahí, confía en mi.

- ¿Qué es esto? ¿Esto es un sueño? Tu... tu eres de las siete maravillas.

- Cierra los ojos, no te dolerá.

Introdujo la gran aguja en su cuello dejando penetrar un líquido espeso, lo suficientemente concentrado para desintoxicarlo en minutos. Ella sonrió.