Un ex psiquiátrico que ha vendido sus dependencias con todo dentro, cerró en 1984 debido a que este manicomio adoptó métodos muy agresivos como forma de "curar a los locos". Lobotomías y terapias de electrochoque eran la norma. Los médicos de este h...
La cara de gozo se notaba a kilómetros, Crawford estaba orgulloso de lo que había hecho su hijo, estaba levantando un nuevo asilo para él, sólo para él y su equipo de asesinos tras batas de doctores. Madeleine estaba tras la puerta junto a Warden, la tomó por la cintura delicadamente y la atrajo hacia él.
- Seremos grandes, mi amor. –La besó–.
Ella se limitó a sonreír mientras que en su mente pasan las peores cosas que el ojo humano puede ver, las amenazas, los asesinatos, la sangre corriendo, los ojos de terror de los pacientes con demencia. Ella era la escogida, la única, el sonido que rompe el silencio de las salas. Este carnaval de fenómenos recién comenzaba... su gran amor tomaba el mando, Crawford se iba, desaparecería para todos. El gran amor que no puede tener, prohibido.
*
Corría por los pasillos, era una pesadilla, su delgada figura y cabello negro suelto no se percataba entre los oscuros pasillos llenos de lamentos de los pacientes. Acababa de ser descubierta. Warden soltó su mano y ella corre por su vida mientras que él estaba acorralado, estaba siendo ahorcado por su propio padre. Las lágrimas corrían de manera desesperada, encontró la luz del salón principal y se escondió en el ala central. Tapó su boca con ambas manos, pero su respiración agitada la delataba, la puerta se abrió de manera abrupta dejando ver una formidable figura, Thredson, él era, en persona.
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- Sabes que no podías, sabes que eso era un error. Te lo advirtieron, Madeleine. –Dijo mientras negaba repetidas veces–.
- ¿Me van a matar?
- ¿Crees que lo haríamos? Mujer, eres maravillosa. No podría acabar con esa carita tan hermosa. –Se rio de manera exagerada–.
- Hazte a un lado ya, Oliver. –Se escuchó una nueva voz–. Discúlpalo, es algo bastante carnal para sus cosas, mi nombre es Christopher y es hora de un ascenso.
Un pinchazo en su cuello la privó de gritar y cayó rendida al suelo.
*
Estaba confundida, Warden estaba nuevamente frente a ella, sonriendo como si nada pasara, como si nada fuese a pasar. La acarició suavemente con un rostro débil y rendido, sus ojos un poco más caídos de lo normal.
- Violet. –Ella dijo con desesperación–.
- Tu hija está bien. –Oliver sonrió solo como él sabe hacerlo para calmarla–. Mira, Mad, no quería hacer esto, lo siento tanto. Eres la mejor de todas, ¿Por qué haces esto? ¿Por qué me haces las cosas tan difíciles? –Suspiró, se acercó a ella mientras la puerta se cerraba tras de él–.
Intentó abrir la boca pero fue imposible, no la sentía para nada.
- Aun estás sedada, no te alteres. –Se sentó al lado de ella–. Sabes que eres más especial que nadie para mi en este lugar... pero lo que has hecho.
"¿Qué es lo que he hecho?" Intentaba recordar, pero le era imposible.
- Yo no te juzgo, te entiendo... Thredson lo llevó al extremo. Cualquiera se volvería loco... no puedo excusar lo que has hecho, pero te entiendo. No deberías estar acá, Violet se mantiene preguntando por ti, querida. No puedo sacarte de acá hasta que estés en tus cinco sentidos, por ahora yo la cuidaré.
Ella lo miró, frustración, pena, dolor, incertidumbre, miedo. Él la miró y examinó su expresión facial.
- ¿No sabes qué ha pasado? –Ella negó, pero le dolió a lo que hace una mueca de dolor–. Te contaré, cariño. No te alteres, ¿si? –Suspiró–. Thredson estaba con tu hija, estaba enseñándole su labor, el pulir huesos... sé que tu hija no debió ver al cuerpo muerto, pasó por alto, es realmente una costumbre ver cuerpos acá por todos lados. Te pusiste como loca, atacaste a Thredson, mordiste a su ayudante y has matado a una de las asistentes y cabeceras de los Hueso de oro, estás mal. ¿Qué te ha llevado a hacer eso? No pediré explicaciones, pero lo que haré será cambiarte de acá a un lugar más cálido. Te defenderé como siempre lo he hecho.
- Deja de mentir, Warden. –Dijo–. Nos han descubierto, nos descubrieron.
- Claro, nos descubrieron pero después de ello, Thredson te inyectó algo. Despertaste en busca de Violet y pasó eso. Nos iremos a Nueva Orleans, iniciarás otra vida allí, sin mi, sin Violet, sin esta pesadilla. Sólo te iré a dejar.
*Fin Flashback
Entonces allí fue cuando todo comenzó a desmoronarse. Ahora todo tenía sentido. Lo que había soñado meses atrás solo había sido una parte de todo, ahora cobraba sentido lo que decían, lo que había dicho Jooheon, por eso Hillson la odiaba, Hillson venía haciendo cosas desde hace años, décadas atrás. Su abuela y el abuelo de Kihyun habían tenido un romance, sus padres al parecer también y los separaron de igual forma... y ahora la historia se repetía con ella y Kihyun. ¿Las cosas terminarían igual de mal entre ellos? ¿También los separarían si las cosas iban mal? Ahora había un factor a su favor, tenían a Jim de su lado, al menos del lado de Kihyun porque a ella no la puede ver sin que le recuerde a su madre o abuela. Ahora tenían a la generación legítima, ahora ellos eran, estaban juntos y luchando. Todo junto era más fuerte que las tres sectas que venían persiguiéndolos. Ahora... ahora ella tenía de lado algo que parecía imposible, a uno de los que mantienen vivos a las sectas, a Christopher.
Changkyun estaba sentado fuera de la habitación, Moon y Jim llevaban mucho tiempo discutiendo dentro. Estaba escuchando, su corazón por cada palabra se rompía, la ilusión que él tenía sobre _______ se estaba desmoronando, estaba escuchando cosas terribles, cosas que jamás pensó de ella, descubriendo quién era realmente. A pesar de que ella no es mala, ella solo busca la paz, la forma de planear las cosas eran demasiado macabras y él no estaba dispuesto a hacerlo, aunque es su deber y debía hacerlo de todas formas.
- Hay que sacar los huesos de Crawford, Jim, entiende eso. –Le dijo por décima vez–. Yo no estoy del lado de esos idiotas, si he vuelto aquí es para salvar a Kihyun.
- Él te ha dicho que dejes de hacerlo, ¿por qué no dejas las cosas fluir?
- ¡Es tu hijo! –Espetó–. ¿Cómo te atreves a dejarlo? ¿Quieres arrancar?
- Tú deberías dejarlo ya, ustedes no pueden estar juntos, ¿qué tan difícil es entender eso?
- No es culpa mía que tú y mi madre, que tu padre y mi abuela no hayan podido, ¿por qué nosotros no?
- Nos hacemos mal, nuestras familias se hacen mal.
- Kihyun no me ha hecho ningún mal, para tu información y debes cooperar con lo que quiero hacer, si no lo haces, no me interesa, si no quieres hacerlo simplemente vete de aquí porque estás de sobra.
- Quiero ayudar, quiero salvar a mi hijo, quiero que él me perdone... que me conozca.
- ¡Entonces hazme caso! ¿Quién más que yo podría hacer algo así?
- Porque tú estás enferma, desquiciada.
- Tú padre igual lo estaba, tú también, Jim.
- Incluso hasta Madeleine era más sensata que tú.
- Porque ella no hizo nada, porque ella tenía miedo. Por su puto miedo terminó muerta y mutilada para ser utilizada como amuleto. ¿Quieres terminar de esa forma? Yo no lo haré, yo lucharé contigo o sin ti.
Jim llevó ambas manos a su cabeza. Desordenó su cabello repetidas veces y la miró fijamente.
