Kristen
Jamie fue la raíz de todos mis problemas, eso siempre lo tuve claro, pero, gracias a él conocí un mundo libre. Lo conocí el día de mi cumpleaños número seis, sí, hasta esa edad mi padre se aprovechó de mi carácter amable. Ese día, mi madre, Lady Florence de Lloyd había organizado una bella fiesta infantil en nuestra casa de Lincolnshire, obvio era de buena educación invitar a nuestros vecinos, los Montgomery.
Recuerdo bien cuando esa familia pisó por primera vez el vestíbulo de mi casa, los observaba desde las escaleras.
Los padres se veían contentos, aunque algo distantes. Lady Elizabeth Montgomery, marquesa de Abercorn, era una mujer hermosa, de bellos rizos dorados y ojos verdes como esmeraldas, su esposo era alto, muy alto, y por alguna razón no me agradó nunca.
En cuanto vi a sus hijos, sonreí. Era bueno conocer niños con los que jugar, que no fueran mi tonto hermano Ethan y mi pequeña hermanita Olive. Eran tres, una niña, la mayor, era alta e igual de bella que su madre, pero era mayor que yo y muy reservada, no podía jugar con ella, la otra niña era casi una bebé, apenas si sabía caminar, pero el niño, era menor que su hermana, y cuando nos presentaron descubrí que teníamos la misma edad.
-Soy James, un gusto conocerla señorita. - me dijo haciendo una graciosa reverencia. Yo me reí de él.
-El gusto es mío, milord. - y, sin embargo, aunque no quería pues me parecía una idiotez llamarle milord y hacer vaina a un niño de mi edad, también hice una reverencia. Aunque, por otro lado, sabía que era lo que debía hacer, después de todo, ese niño ya era un conde, además sabía bien que si no lo hacía mi padre se encargaría de recordarme con el fuete que debía seguir mis modales.
Inmediatamente nos hicimos amigos.
Lamentablemente mis padres eran muy estrictos, y la fiesta "infantil" terminó siendo una reunión de adultos en el jardín, mientras, los niños éramos pobremente divertidos por un mal intento de payaso.
-Vámonos... - me susurró James. Y yo me quedé atónita ¿Qué estaba loco?
Probablemente mi cara le pareció graciosa, pues río disimuladamente. -... Vamos, no hay que hacer ruido.Me ofreció su mano. Y yo.... Sabía las consecuencias, mi padre se pondría furioso, pero... No importó. Tomé su mano, y juntos huimos al bosque de
de mi casa.
Pasamos alrededor de una hora jugando, tonteando en el bosque.
Obviamente al cabo de un rato, ninguno sabía cómo regresar, ni a mi casa, ni a la suya. Y ya estaba anocheciendo.
En ese entonces yo era una pequeña frágil y tímida, y en ese momento exacto, totalmente arrepentida de haberme dejado influenciar por James, sin saber que esa sería la primera de muchas veces. Irremediablemente lloré. Estaba asustada y perdida.
Pero James siempre fue valiente. Ni siquiera esa vez lloró. Y aunque pude ver en sus ojos que tenía tanto miedo como yo, por mí, él estaba siendo valiente.
-Ya no llores Kristen... - me dijo con la confianza que solo se puede dar entre dos niños. -... ¡Mira!
Vi hacia donde él miraba. Era una cabaña abandonada, decrepita en medio del bosque. Pero para mí, en ese momento se convirtió en un verdadero palacio.
Ambos corrimos hasta llegar a ella, comprobando que estaba totalmente abandonada. En la puerta, había un escudo familiar, el de mi familia. Y eso me tranquilizó. Eso significaba que aún estaba dentro de la propiedad de mi padre, y no en otro lugar como me temí.
Era un lugar totalmente decrépito, había una chimenea polvosa, una silla rota, una mesa, un cofre y un catre viejo.
Pero ya estaba realmente oscuro.-Tenemos que prender esto...- dijo él poniendo la silla rota en la chimenea. James era increíblemente capaz mientras yo seguía llorosa. Quería abrazar a mi mamá. -... Ve que encuentras en el cofre.
Mientras él se peleaba con dos piedras para lograr prender fuego, o eso me explicó él, tiempo después, yo buscaba en el cofre. Encontré una camisa rota, un candelabro, un vaso de madera, y milagrosamente, una cobija.Al final, James logró prender esa vieja madera, iluminando y calentando toda la decrepita cabaña. Ambos nos acomodamos en el viejo catre y nos cubrimos con la cobija, pero teníamos hambre, y seguíamos muy asustados ¿Y si no nos encontraban nunca?
-Tengo mucho miedo...-le dije. -... Quiero a mi mamá.Él no estaba mejor que yo, pero no era un llorón. Sin embargo, me miró triste.
-Y yo quiero a la mía. - me dijo. Fue entonces que no pude evitar abrazarlo, tratar de hacer que tanto él como yo nos sintiéramos mejor.
Y así dormimos esa noche. Ambos niños ricos de marquesados. En esa cabaña polvorienta, abrazados en ese viejo e incómodo catre, siendo calentados y reconfortados solo por el calor del otro y del fuego de la chimenea.
Ese fue el día en que firmé mi sentencia.
Esa fue la noche en que él se robó mi corazón.
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N/A: James de pequeño <3Comments?
Atte.
EmmersonJ.B
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La Amiga (Saga Montgomery #2)
Historical FictionDe "La Madrastra" conocimos a cierta curiosa chica. Bien, conozcamos su historia. La hermosa señorita, Kristen Anne Dawson, es la hija mayor del marqués de Lloyd, un hombre de estrictos valores morales, que siempre se preocupó por que su familia fu...