Kristen
La mañana en que mi padre se fue de este mundo toda mi familia de pronto pareció aliviada, por fin nos libramos de ese mal y opresor hombre que nos aterrorizó durante años. Mi madre incluso hasta parecía relajada, aun sabiendo que acababa de quedar viuda a los 48 años.
Mi hermano, aunque no lo demostró, estaba encantado de por fin ser el marqués de Lloyd.
Esa misma mañana se fue para siempre de mi vida la insufrible señorita Annette Castello.
Gracias a Dios.
El funeral fue de lo más austero y rápido. Ese hombre no se merecía una larga despedida, así que a las cinco horas de haber fallecido y después de un servicio religioso para rezar por su alma, fue enterrado en la cripta familiar.
Mi hermano tomó el control del marquesado y de todos los negocios que mi padre había emprendido. Mi madre, por otro lado, tomó el control total de la casa, cosa que hasta el momento también había tenido mi padre a su cargo, y aunque se suponía que por norma social el cargo de la mansión debería de recaer sobre la nueva Marquesa, Sarah era una mujer sumisa, y estaba cómoda con que fuera mi madre la que se hiciera cargo de esas responsabilidades.
Una noche, casi después de una semana del deceso de mi padre, mi madre se presentó en mi alcoba. Mi sirvienta acababa de vestirme con mi ropa de cama, debería admitir que ya no estaba acostumbrada a tener a alguien a mi servicio, era extraño.
-Ahora sí vamos a hablar querida hija. - me dijo mi madre mientras tomaba asiento en mi sala de recibir. Despedí a mi sirvienta, ella no necesitaba saber de lo que mi madre y yo hablaríamos, porque ya me lo temía, está conversación no se podía retrasar más.
Su mirada me atravesaba como un cuchillo y de pronto me sentí culpable. Había muchas cosas en mi vida de las que me arrepentía y pronto tendría que contárselas a mi madre.
-Estuviste fuera mucho tiempo...-me dijo, yo me senté frente a ella, Dios no podía respirar. - ...La señorita Castelló no es una buena influencia, y ella era tu dama de compañía. No te quedaste en el hotel DuFrois, como tú padre te ordenó, no visitaste a ninguna de nuestras amistades en Francia, ni siquiera a tu tía Prudence, y luego te fuiste de París a quien sabe dónde y sabrá Dios con quién... Ahora, quiero saber qué estuviste haciendo todos estos meses... Quiero saberlo todo Kristen...-e realmente mi madre sonrió con pena, con pesar, con disculpa. -...no voy a juzgarte hija, eso lo hará Dios, y sé que mucha culpa de tus acciones fue mía por darte un padre como él, y por estar ausente. Lo lamento.
Estaba lista para odiar a mi madre, para recriminarle mi pasado y culparla de mis acciones, pero sus palabras eran sinceras, podía sentirlo, y así con las emociones a flor de piel y lágrimas en los ojos, le conté absolutamente todo mi viaje, por obvias razones no le hablé de lo que había sucedido en la cabaña, ni del hijo que egoístamente había rechazado. Eso, ella no debía saberlo, suficiente trauma sería para mi madre el tener que enterarse que su hija había llegado al nivel de una prostituta, como para saberme también una asesina.
Ella espero en silencio a que acabará, le hablé de Hugo y de mi estancia en Dinan. Y cuando terminé ella solo me miró, solamente, durante minutos que me parecieron horas. Al cabo de unos minutos, mi madre se levantó del sillón de brocado donde había estado sentada, y se dirigió a la puerta, sin embargo, antes de si quiera abrirla, se giró a mirarme, suspiró y se frotó las sienes como hacía cuando estaba furiosa.
MIERDA.
- ¿El tal Laforet fue el que te desvirgó? - me preguntó.
¿¡Qué!? ¿¡Por qué ella quería saber eso!?
-Madre eso no importa ¿Qué más da que lo sepas? -dije recelosa, de todos modos, ambas sabíamos que de ser necesario se podía fingir la perdida de virginidad. -Además es ya muy tarde para planear una presentación, creo que lo mejor será dedicarme a otra vida.
Ella rodó los ojos, y se acercó a mí.
- ¿Fue él? Kristen debo casarte con alguien ¿quién fue el primero? - preguntó. No, no. Lo que menos necesitaba era una boda arreglada, ¿Qué ella no había aprendido nada de su casamiento con mi supuesto padre?
-No te lo diré. - dije. Mi madre no debía de saber de James y yo y punto final.
Sin embargo, ella estaba decidida a saberlo, lo veía en sus ojos.
-Me lo dirás. -ordenó.
-No...-dije mientras me paraba mirándola retadora, no, no. Ya era una mujer de 23 años, era tarde para casarme y ambas lo sabíamos. -... además madre, no creo que yo esté hecha para ser una esposa.
Ella de nuevo volvió a suspirar.
-Fue ese chico Montgomery que frecuentabas tanto en tu adolescencia ¿verdad? - dijo.
¿¡Cómo ella lo sabía!? En serio me estaba dando miedo la intuición de mi madre.
-Eso que importa. - susurré.
- ¡Oh Kristen! No trates de encubrirlo.
- ¡Mamá no lo pienses! - grité. Si de algo estaba totalmente segura en ese momento es que no quería estar atada a James Montgomery por el resto de mi vida. Por más enamorada que hubiera estado de él en un pasado, nuestra relación se había convertido en algo demasiado tóxico y lastimero para mí. Esa había sido la última vez que él me fuera a tocar, a besar, de ninguna manera le diría "acepto" ante un pastor.
- ¡Basta Kristen! No te atrevas a levantarme la voz de nuevo, él tiene el deber moral de hacerte su esposa, y yo se lo haré pagar. -dijo eso antes de dejarme sola en mi habitación. Lágrimas de rabia recorrieron mis mejillas.
Él ya no importaba. Él ya se había ido del país de nuevo, de mi vida y de mi corazón.
Aunque unas semanas después me daría cuenta de que James estaría más presente en mí de lo que él y yo misma me hubiera imaginado. Y esta vez, no iba a cometer el mismo error que en un pasado. No podría de nuevo con ese cargo de conciencia.
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N/A: sé que no tengo excusa con ninguno de ustedes. Mi vida, conforme crezco, se vuelve más complicada y atareada, y no me deja tiempo para mi pasión que es escribir.
Los quiero.
Espero comentarios!!!! Sobre todo del último párrafo hahahaha
Besos :*
Atte. EmmersonJB
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La Amiga (Saga Montgomery #2)
Historical FictionDe "La Madrastra" conocimos a cierta curiosa chica. Bien, conozcamos su historia. La hermosa señorita, Kristen Anne Dawson, es la hija mayor del marqués de Lloyd, un hombre de estrictos valores morales, que siempre se preocupó por que su familia fu...