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Kristen

Los días siguientes pasaron en una rutina que parecía repetir esa noche una y otra vez. David aprendió a entrar a mi casa sin que nadie se diera cuenta, ambos aprendimos tiempos y costumbres de mi personal y de mi familia y todo para estar juntos. De una semana en promedio tres días despertaba en brazos de mi amado y cuando simplemente no era posible lo visitaba en su consultorio bajo la excusa de querer "ser caritativa con personas enfermas". Incluso llegamos a ese punto en el que, de tan cansados solo hablábamos de nuestros días, acostados en mi cama, y nos quedábamos dormidos en los brazos del otro. Para siempre despertar muy temprano par que él pudiera irse durante el servicio religioso de los empleados.

Y entonces sucedió ese día que le rompió el corazón a mi madre. Lord Armstrong nos hizo una visita para despedirse pues al parecer planeaba regresar a su propiedad en breve; y, como ella esperaba una petición de matrimonio por parte de Bruno, se decepcionó tanto de esa noticia que incluso se retiró a su habitación antes de que terminará la visita.

-Le deseo mucha suerte señorita Dawson, a usted y al Dr. Copley. - fue lo último que Bruno Armstrong me dijo antes de salir por la puerta de entrada de mi casa.

Dos días después el escándalo estalló. El juicio de Lady Scarborough. James, desesperado, me pidió que lo acompañará a la corte, estaba tan confundido con respecto a ella y por qué a pesar de ya ser una mujer libre quería hacerle daño a su padre, aunque yo la entendía, Lord Abercorn se había comportado como un maldito y ella sería la repudiada. La sentencia de divorcio ya estaba dicha y durante el juicio sólo se dictará la repartición de bienes.

A todos nos sorprendió el juicio, primeramente, porque Lord Abercorn se declara culpable de adulterio tan rápido, y también porque su abogado interpusiera un alegato de defensa, culpando a Scarlet Scarborough de haber mantenido relaciones impúdicas con James.

Él subió al estrado y sólo mantuvo su vista fija en mí, creo, para evitar mirarla a ella mientras actuaba como un completo idiota. Estoy segura que ella se decepcionó tanto de él como yo por esa actitud, hasta cuando en dado momento no soporté más, hacía comentarios y ademanes que me recordaban mucho al James que me destrozó, salí de la sala y lo último que escuché que él dijo fue "la amo" y sonreí, al menos James diría la verdad o una verdad que la dejara bien parada a ella.

Pero estaba dispuesta a ayudarlo, algo me decía que ese día no sería exactamente como James lo esperaba, así que esperé. No supe en ese momento en qué acabó el juicio, ya luego me enteraría, fue un total escándalo por semanas.

Esperé fuera del juzgado hasta que la vi salir a ella, casi corriendo y con los ojos llorosos; la vi subirse al carruaje de Lord Armstrong, y supe que James estaría destrozado. Ella se había ido con otro. Regresé a la sala del tribunal y ahí estaba él viendo por la puerta por donde ella había salido, y ni siquiera parecía verme hasta que me acerqué y lo tomé del rostro.

-Se fue. - me dijo. Su voz rota me conmovió, sus ojos estaban llorosos, pero notaba que se estaba aguantando las ganas de llorar.

Intenté consolarle sin éxito. Logré sacarlo del tribunal, meterlo a mi carruaje y regresarlo a casa. Supe que era mejor dejarlo solo, si él llegaba a necesitarme, sabía dónde buscarme.

Y tontamente pensé que eso sería todo, que James en unos días estaría del brazo de una nueva y bella mujer que lo complaciera. Pero no.

Pasaron los días, los bailes y aunque Lord Abercorn llegaba del brazo de Madame Stoichkov y todos parecían ir dejando de hablar del asunto. Supe, por mi hermano que James vivía en cantinas y burdeles, perdiendo la conciencia y cada libra que llevara sobre sí.

Incluso llegó a ir a mi casa a media noche, gritando como enloquecido, buscándome. Diciendo cosas sin sentido y llorando.

"Kitty tu eres la única que ha valido la pena en mi vida" "Kit eres la única mujer que me ha amado, no como las demás ingratas" y demás cosas por el estilo. Y a mí me daba miedo esas actitudes, si esto seguía así todo el mundo iba a rumorea chismes sobre nosotros.

Mi madre estaba escandalizada por la forma tan errática e impúdica en la que James actuaba, mi hermano terminaba por mandarlo a su casa, y yo solo me encerraba en mi habitación y evitaba hablar del tema.

Hasta que irremediablemente una noche llegó a mi casa, tan perdido, ebrio y apestando a whisky barato, con un solo zapato calzado y el labio sangrando. Esa noche bajé y le abrí la puerta. James entró y en cuanto me vio se tiró al suelo, llorando como un crio, repitiendo una y otra vez "ya no puedo seguir, sin ella ya no puedo".

Mi hermano se compadeció y con ayuda de nuestro mayordomo lo llevaron a la sala. Mi madre estaba furiosa y antes de retirarse me tomó del brazo y firmemente me dijo "ya no quiero estas situaciones ¡arréglalo!"

Y eso me enfureció más, el que ella pensara que era mi culpa ¡Era culpa de esa estúpida de Scarlet Scarborough!

Y el verlo sufrir, aunque por una parte retorcida y vengativa de mi ser pensaba que se lo tenía bien merecido, seguía queriendo a ese imbécil y me dolía verlo así.

Cuando entré a la sala, mi cuñada y una sirvienta trataban de reanimar a James con paños húmedos, mi hermano solo lo miraba imperturbable, con una mezcla de pena y repulsión, me acerqué a ellas y les quité la palangana con agua, y la vacíe sobre el rostro de ese idiota.

James de inmediato despertó, sobresaltado por el agua fría y me miró.

- ¿Por qué has...? - comenzó a decir con esa característica voz lenta, arrastrada y aguardientosa que todos los ebrios comparten. Pero le interrumpí. Estaba muy molesta y le propiné una cachetada tal, que lo hizo girar la cara y verme con sorpresa.

Sabía que todos me veían sorprendidos.

-Escúchame bien James Montgomery, ya me cansé de soportar tus lloriqueos ¡eres un hombre maldita sea! - le grité, sinceramente no me importaba que mi familia escuchara mi vocabulario. - Esa mujer no vale nada y tú tienes que encontrarle rumbo a tu vida ¡y dejarme en paz de una vez carajo!

Dicho eso le arrojé la palangana vacía que él torpemente logró agarrar antes de que impactará en su rostro, y me fui a mi habitación.

Pero como bien conocerán a James, él nunca hace que las cosas sean sencillas.

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N/A: no tengo perdón... Lo sé. Espero poder actualizar más seguido.

Besos :*

Atte: EmmersonJB

La Amiga (Saga Montgomery #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora