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Kristen

Nicholas corrió a mis brazos con sus pequeñas manitas pidiendo que lo cargará. James se levantó del suelo con una sonrisa que jamás le había visto en el rostro, denotaba una alegría extraña y juvenil. Extraño.

-Un gusto verla de nuevo señorita Kitty...-me dijo él, reverenciándome y hablándome como correspondía, yo hice lo mismo, aún con el niño en brazos. ¿Qué estaba haciendo James en mi casa?

Sarah también sonrió levantándose de su asiento.

- ¡Finalmente llegas querida! Lord Leighton llevaba mucho tiempo esperando por ti. - dijo ella. Pero sonaba algo falsa, esa no era la Sarah de siempre. ¿Se habrá dado cuenta del parecido entre James y Nicholas? Ella nunca supo quien había sido el hombre que me embarazó. Tal vez ahora estaba atando cabos y eso no era bueno. Ni para mí, ni para él.

- ¿Ah sí? - pregunté viéndolo a los ojos. Nicholas me abrazaba, acostado en uno de mis hombros. Sarah se acercó a mí.

- ¡Sí! -exclamó James. -...Como le decía a Lady Lloyd, me parece que tengo un tema que requiere ser consultado con usted.

Siempre me hacía gracia el trato tan formal que debíamos darnos cuando alguien más estaba alrededor. Me preguntaba qué era tan importante para él como para buscarme en mi casa.

- ¿Por qué no van al jardín a hablar de vuestro importante asunto? -dijo Sarah, y me pidió que le diera al niño, él de mala gana fue con ella. -...yo iré a acostar a Nicholas, y los alcanzaré allí.

Yo sonreí y ambos nos dirigimos al jardín. Yo sabía bien porque Sarah sugirió eso, nuestro jardín no era tan grande y no había lugares en donde esconderse, pero era lo suficientemente privado para charlar de algo importante, así si alguien se enteraba que había estado sola con él, no habría duda de que no estábamos haciendo algo indecoroso mientras Sarah no estaba presente. Digo, no es como si eso fuera a pasar de nuevo, pero la gente podía llegar a ser verdaderamente chismosa.

-Tu sobrino es un niño realmente adorable. - dijo James cuando pasábamos por las puertas de cristal rumbo a la terraza.

¿Por qué tenía que decir eso? Ya bastante preocupación me daba el que él se diera cuenta. Qué supiera la verdad, porque entonces no sabría cómo él podría llegar a reaccionar.

- ¿Qué te trae por aquí Jamie? -le pregunté cambiando de tema, mientras ambos nos sentábamos en el comedor de jardín blanco de mi madre. La tarde era cálida y soleada. O tal vez yo estaba viendo todo hermoso por lo feliz que estaba, a pesar de la ansiedad que la presencia de James me causará.

Él sonrió.

¡Oh no! Esa sonrisa jamás la había visto. Era resplandeciente, radiante, llena de ilusión. Supe qué estaba pasando antes de que él lo dijera.

-La amo Kitty...-me dijo. ¡Lo sabía! Se había enamorado de ella, y ya se lo admitía a sí mismo. Me alegré por él, era maravilloso estar enamorado. -...pero...

¿Pero? Él suspiró, oh claro ella era su madrastra.

-Existen los divorcios...-sugerí, tratando de animarlo. Sonreí internamente al darme cuenta de que otra vez éramos amigos, el negó.

-Ese no es el problema Kit...-me miró. -...mi padre planea divorciarse de ella. Me lo ha dicho esta mañana, al parecer tiene una relación extramarital con Madame Stoichkov.

Yo sonreí. Eso resolvía todo.

- ¿Entonces? Ella también siente algo por ti, eso me queda claro. -tomé sus manos, reconfortándolo, él me sonrió triste.

La Amiga (Saga Montgomery #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora