Kristen
La mañana siguiente desperté con una tremenda resaca, la boca totalmente seca y el cuerpo adolorido.
-Ya tenemos que irnos. - oí la voz de Annette desde la puerta de la desconocida habitación en donde me encontraba. Se parecía a mí habitación de la casa de Copley.
Madmoiselle Castello salió de la habitación cerrando la puerta, fue cuando caí en cuenta de que estaba totalmente desnuda, y en la cama, a mi lado dormía David.
¿Qué mierda había sucedido?
Recordaba algunas cosas vagas, la bebida de manzana e incluso cuando él me trajo a su habitación y juntos...pues...exploramos el Camastra, al parecer, aunque me temo que me era imposible recordarlo.
Pero...
Todo se sentía tan ajeno, era como si fueran recuerdos que vi más no que viví.
Recogí mi vestido griego del suelo y de inmediato me lo puse. No entendía cómo fue posible dejarme convencer de usarlo, de ir a esa fiesta.
Sin duda Annette Castello era una mala influencia, diría mi madre y el pastor Priestley. Reí para mis adentros de solo pensar en que se enteraran, sería mi ruina y también ¿mi liberación?
No.
Había sido un error.
Un garrafal error.
¿Qué sucedería si alguien de mi círculo social se enteraba de eso?
O peor aún ¡Mi Padre! ¡o James! (Nada más de pensar en mi prometido me daban escalofríos) De seguro de zorra no me bajarían.
Miré por última vez a David Copley antes de salir de la habitación, él, que, en su estado de inconsciencia, su impresionante espalda desnuda fue la única capaz de despedirme. No volvería a verlo jamás y yo intentaría borrar de mi mente esa noche.
Durante el viaje de vuelta a casa, Annette durmió todo el camino. Mientras yo en mi silencio y el traqueteo del maltrecho camino, mientras miraba por la ventanilla me inundaba una angustia.
¿y si esa noche traía consecuencias? lo último que necesitaba era una persona oportunista que asegurara haberme visto en esa fiesta de lujuria y pecado e intentara extorsionarme, o peor aún, haberme conseguido un embarazo de ese doctorcillo don nadie. Eso sin duda tiraría abajo todos mis planes.
Llegamos a casa casi al atardecer. Mi padre, con su típica actitud ruin, solo me saludó con un gesto despectivo y seco, y de inmediato reclamó a Madmoiselle Annette que le acompañara a su despacho pues quería saber los acontecimientos del viaje.
No pude evitar mirar con algo de pánico a mi "dama de compañía", mirada que ella solo me respondió con una sonrisa y un guiño.
Esa tarde no bajé a la cena, dije que me dormiría temprano pues el viaje me había agotado las fuerzas, pero la verdad fue que ni siquiera podía conciliar el sueño. Así me encontré confinada a mi habitación, con la mente hecha un lio.
Por un lado, no me explicaba por qué había terminado en los brazos de Copley. Por otro, no dejaba de sucederme que nada más cerraba un poco los ojos, a mi mente le venían recuerdos de la noche anterior, comenzaba a recordar las sensaciones que David me había hecho sentir y....para mi pesar no tenían punto de comparación con James. El doctor me había sabido llevar a otro plano totalmente superior.
Así pues, con mis remordimientos internos que no me dejaban dormir, y con un hambre de lo más inapropiada para una dama, salí de mi habitación esperando no encontrarme a mi madre vagando por los pasillos (ella que desde que yo era niña, paseaba de noche por la casa y los jardines con una libertad con la que no contaba de día, pues mi padre en su autoritarismo, le prohibía salir de sus aposentos pues no quería verla la mayor parte del tiempo).
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La Amiga (Saga Montgomery #2)
Historical FictionDe "La Madrastra" conocimos a cierta curiosa chica. Bien, conozcamos su historia. La hermosa señorita, Kristen Anne Dawson, es la hija mayor del marqués de Lloyd, un hombre de estrictos valores morales, que siempre se preocupó por que su familia fu...