un Cafe con un Tigre.

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La nueva semana iniciaba, los tres amigos se encontraban en clases, pero las chicas, Kuroko y Furihata, se encontraban preocupadas por su amigo pelirrojo, Kagami había llegado con un ánimo bastante bajo, saludo a Furihata, casi ignorándola y ni hablar de Kuroko, que ni la vio a la cara, solo un Hola y ya.

Esto molesto y le dolió a Kuroko, pero con el transcurso de la semana empezó a preocuparla, al menos en la cancha continuaban jugando en equipo pero era obvio que algo le ocurría a Kagami, se le notaba decaído, enojado, estaba caro que algo le molestaba, pero no lograba identificar si era por ella o algún otro asunto.

Le pidió ayuda a furihata para que hablara con él, pero aun a si la castaña no consiguió mucho, le dijo que Kagami no le avía contado nada, pero que opinión personal no se lo tomara a mal y confiara en el, que al parecer estaba pasando por alguna lucha interna y era cuando más la necesitaba a su lado, que el tigre sepa que su sombra permanecería junto a él.

La verdad es que Furihata si logro hablar con Kagami y este le conto todo, y cuando digo todo, es todo, desde cómo se sentía respecto a ella y de lo que sucedió con Aomine y del porque de su actitud.

Flachback:

Furihata había invitado al pelirrojo a comer en el café que trabajaba los fin de semanas, pues necesitaría privacidad y comodidad para interrogarlo sin que el tigre se dé cuenta.

Entraron al café, pocas personas se encontraban en el, su jefe se encontraba atendiendo la caja y dos chicos mas, una mujer y un hombre atendían las mesas, los tres la reconocieron y tras dar algunos comentarios de que Furihata estaba en una "cita" lo que ella por supuesto negó, se dirigieron a una mesa, tal vez por la confianza que le brindaba o por ser en realidad una mesa cómoda, dirigió a Kagami a la mesa en la que Masaomi siempre se sentaba cuando iba al Café.

_ moo Kagami-san estoy intentando animarte, sonrrie un poco si_ pidió con un puchero, no le gustaba manipular a la gente, pero era una emergencia y ya que estaba bien enterada que despertaba el instinto paterno del tigre decidió intentar hablarle como si de una niña desamparada se tratara.

_perdón, no he tenido una buena semana_

_¿ que te tiene tan mal kagami-san?_

_mmmm_

La castaña se mordió el labio, esto sería complicado, y tal parece era grave, Kagami siempre le fue alguien fácil de leer, pero en estos momentos no podía entenderle bien, solo sabía que estaba involucrada Kuroko y de paso le estaba afectando a la peli celeste.

Furihata insistió en continuar preguntando pero Kagami o ni atención le prestaba o solo contestaba con un "perdón", "quizás" "estoy bien"

Bien, no quería hacer esto, pero era una emergencia y si los lectores prometen no hablar de esto, ella promete no volver a hacerlo, a menos de que se presente una emergencia mayor a esta.

Cero sus ojos, respiro profundo y se enderezo en su asiento, para luego soltar el aire acumulado en sus pulmones, al abrir sus ojos su mirada era un poco distinta, la calidez maternal estaba intacta pero algo mas se encontraba ahí, ¿conoces esa sensación que te da cuando estas frente a tu madre y no importa que tan bien ensayada y repasada tengas la mentira, sabes que ella de todas forma adivinara la verdad?, pues es precisamente es como se siente Kagami Taiga en este instante.

_Kagami se que algo te pasa, no sé que es, y quiero saberlo en este instante, me preocupo por ti, te he visto con el ánimo decaído, as comido poco y en los entrenamientos no rindes como de costumbres, por eso te pido que me cuentes que tienes_

Kagami inmediatamente se enderezo en su asiento, no sabe si por el tono tan firme de voz que uso o el hecho de que no le agregara el "san" al final de su nombre y a pesar de que seguía sonando como la dulce Furihata de siempre, en estos momento se sentía acorralado.

Kuroko no Fem!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora