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Entro a casa y como es de esperarse, una madre enojada me espera en la sala con una súper chang clah ninja en mano.

Okno, sólo tiene una taza de café en su mano... Muy caliente.

Pueden pasar tres cosas:

1. Morir por quemaduras de segundo grado por culpa del café caliente.

2. Morir de un trauma cráneoencefálico por culpa de la taza de cerámica.

3. Morir de un trauma creaneoencefálico y quemaduras de segundo grado por culpa de la taza de cerámica y el café caliente.

De cualquier manera moriré.

—Hola mamá...—saludo mirando alternativamente su cara de limón y su taza.

—Ema, ¿me puedes explicar por qué has llegado a esta hora a casa? Espera no, ya lo sé, te castigaron en la escuela.

Oh rayos, komo lo zupo.

Trago saliva y asiento.

—Sí...tengo que limpiar baños y ventanas.

—¿Qué fue lo que hiciste? Ah no, espera, ya lo sé, primero insultaste a tu maestro y luego te pusiste a pelear con una compañera de tu clase.

A veces creo que las madres son brujas adivinas y lo saben todo.

Mi madre siempre sabe en dónde pierdo los calcetines y donde dejo el teléfono celular.

Cuando yo los busco los cabrones no aparecen pero cuando mi madre los busca siempre aparecen.

¡Eso es brujería!

Pero bueno, en este caso la directora se encargó de informar a mi madre de todo.

—Te llamó la directora, ¿verdad?

—¡Pues quién más! Sí nunca me cuentas nada Ema...—mamá se aprieta el puente de la nariz —. Ve a tu cuarto, ya después veré qué castigo te doy.

¿Otro castigo? Dios, ¿Cuántos más? ¡¿Cuántos más?!

Asiento cabizbaja y antes de subir las escaleras recuerdo que no he cenado y estoy que me muero de hambre, creo que hasta podría comerme un elefante vivo.

—Mamá...no he comido nada, tengo hambre...—le sonrío con timidez y ella niega.

—Te dejé la comida en el microondas, caliéntala. —Dice y sin más sube las escaleras a su habitación.

Mamá trabaja demasiado, normalmente no tiene tiempo sino de cocinar y dormir.

Caliento la comida y mientras espero prácticamente apoyada como zombie en la mesa, pienso en Suga.

Desapareció. ¿Estará en su casa? ¿Estará bien? No hay modo de saberlo ahora, no tengo ningún número telefónico de él. Qué deprimente.

Cuando termino de comer siento mis ojos como piedras. Me pesa el cuerpo y sólo me place dormir ahora.

Subo a mi habitación arrastrando los pies, me tiro en la cama sintiendo como todos los músculos protestan y se relajan segundo después ante la comodidad de la cama.

Sí, esto era lo que necesitaba.

Miro el techo por unos segundos pero no tardo mucho en quedarme dormida.

•••

Me despierto de golpe. Mis brazos y cintura aún están doloridos por el arduo trabajo de ayer. Miro mi reloj de la mesita: 6:45.

¡Ya valí verga! ¡Entro a las 7! ¡No tengo tiempo ni de parpadear!

Me levanto de la cama, me miro mi ropa arrugada y sin dudarlo me la quito, dejándome la ropa interior.  Busco en mi cajón ropa limpia y me la coloco deprisa. No tengo tiempo de bañarme así que tendré que irme a la escuela sin bañar.

MonosyllaBoy [Suga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora