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—No me mates, por favor, te lo pido, hazlo por mis hijos —le digo dramáticamente a Suga y él me devuelve una mirada reprobatoria.

—Es broma, no tengo hijos...Soy virgen, te lo juro por la cicatriz de mi cesárea.

No sé qué mierdas estoy diciendo pero a mí me causan gracia y a él no.

Me coge del brazo con fuerza y me lleva dentro de su casa. Parece sola, de nuevo, tal parece que vive solo con su hermano, o quizás sus padres trabajan demasiado y nunca mantienen en casa...Eso no podría saberlo en estos momentos.

—¡Hey! Más suave, me estás lastimando...Sé que quieres matarme pero hoy no es el momento Suga...

El efecto de la droga no duró demasiado...A decir verdad ya me sentía como siempre...nor-mal.

Suga me hace sentarme en una silla de la amplia sala mientras se va a no se dónde y me deja aquí sola...Muerta de frío y en brasier.

—¡Oye! ¿A dónde vas? ¡No me dejes sola wey!

Nope, no me hizo caso.

Resoplo y me abrazo a mí misma para calmar un poco el frío culero que siento.

Segundos después, una chaqueta cae en mi cabeza, tapándome la cara.

—Póntela —me dice la voz de Suga desde algún lugar.

Qué romántico...

Obedezco y me pongo su chaqueta, así apaciguando de inmediato el frío que hasta hace unos minutos sentía.

—Gracias...te la devolveré mañana —digo nerviosa, intentando analizar su expresión aparentemente molesta.

—¿Estás enojado conmigo? —le pregunto segundos después.

—Sí.

—Lo siento... No tengo remedio —suspiro y le sonrío —. Ya debo irme, nos vemos mañana.

—Ok.

Ah, es fastidioso cuando se pone en plan monosilábico...

Pensé que me pediría que me quedara, actuaría como alguien posesivo o celoso y finalmente me besaría apasionadamente....

Tengo mucha imaginación.

Me levanto de aquella silla y camino hasta la puerta, esperando que en algún momento él me llamara y me halara del brazo, así como suele pasar en los libros.

Pero esto no es un libro amigos míos...Bueno sí, en realidad es algo como eso, pero la autora no quiere hacerme feliz con escenas clichés entonces no tengo más remedio que aceptar lo que la pendeja quiera.

Salgo de la gigante casa de Suga, sola, sin su compañía. Volteo a ver un par de veces hacia su casa para ver si su cabeza azabache se asomaba por algún lugar de las ventanas o la puerta pero no...

Con un deprimente suspiro, me voy caminando a mi casa, en la oscuridad y soledad de la noche.

•••

Días después

El castigo de los baños por fin acabó, justamente hace dos días...Pero el de la ventanas todavía sigue en pie y por tiempo indefinido...Tal vez dure todo el maldito año.

Ahora estoy en el receso, en mi lugar de siempre, jugando dominó con Tae. Él no ha cambiado, sigue igual de drogo-hippie como siempre, pero me gusta que sea así, me encanta.

—Lo siento, no tengo más diamantes.

—¿Qué? ¿Diamantes? Pero no estamos jugando naipes, ¡estamos jugando dominó!

MonosyllaBoy [Suga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora