Tanya y Jacob

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Tanya pov. 

Salí del centro comercial, cuando iba camino a casa recibí una llamada de Jacob dude en contestar pero lo hice... 

-Hola -conteste. 

-Tanya, necesitamos hablar -pidió. 

-No sé... yo... 

-Por favor Tanya... -suplico. 

-Esta bien, voy a buscarte. 

-No, vayamos a una cafetería.... la que esta cerca de la escuela. 

-Bien nos vemos ahí en veinte minutos. 

Colgué. 

No sabía que quería Jacob ya me había dejado claro que no se iba a ser responsable de nuestro bebé.

Llegue a la cafetería. Baje de mi coche y entre no veía a Jacob por ningún lado por lo que me senté cerca de una ventana. 

Un chico alto, ojos azules, pelo negro un poco largo se acercó a mí. 

-¿Desea pedir algo o espera a alguien? -dijo viendome de una manera extraña. 

-Sí y sí -sonreí. 

-Bien... ¿Entonces que deseas? -dijo. 

-Un chocolate caliente. 

Asintió. 

-En unos minutos lo traigo. 

El chico volvió con mi pedido y Jacob no había aparecido parecía que había decidió dejarme plantada. Decidí esperarlo por unos minutos más. 

-Hola -dijo el mismo chico que me atendió se sentó conmigo en la mesa. 

-Am, hola -dije con duda-. ¿Qué se supones que estas haciendo? 

-Quiero conocerte -dice directamente-. Me gustas ¿puedo invitarte a salir?

Me sonroje. 

-Bueno yo... 

-Por supuesto que no puedes salir con ella -escuche la voz de Jacob detrás de mí-, ella ya esta ocupada. 

El chico miro fijamente a Jacob y luego a mí, se acercó a mi oído y me dijo. 

-Puedes contar conmigo para lo que necesites, mi nombre es Peter -y se fue de ahí. 

Asentí, de alguna forma este chico me inspiraba confianza. 

-¿Quién era ese idiota? -dijo Jacob sentándose en el mismo lugar donde estaba sentado Peter anteriormente pero en esta ocasión acerco su silla muy cerca de mí. 

Suspire. 

-Eso no importa ¿De qué querías hablar conmigo? 

-Tanya creo que es obvio, vamos a tener un bebé y la verdad es que quiero ser parte de ello -dijo pero no lograba ver de todo sinceridad en sus ojos. 

Abrí los ojos de sorpresa. 

-¿Por qué el cambio? -pregunta con duda. 

-Es mi hijo también y quiero estar en su vida tanto como en la tuya. 

Suspiro. 

-No sé porque Jacob pero no me dan confianza tus palabras. 

-Entonces déjame convencerte al estilo Jacob -dijo. 

Comenzó a acercarse a mí pero lo empuje, no quería que me besara no estaba preparada para confiar en él y mucho menos porque no vi sinceridad en sus ojos. 

Mi Tiempo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora