Mi Tiempo Perdido

Solo fue un juego

Tanya pov. 

La hora de salida llego rápido, le había dicho a Jacob que lo vería al finalizar las clases y ahora lo estaba esperando atrás del colegio, no quería que mis hermanas o Edward me vieran hablando con él. 

Estaba mirando hacía los árboles cuando alguien llego y me tapo los ojos. 

-Hola, hermosa ¿quién soy? 

-Jacob -dije con una risita. 

-Ya estoy aquí. 

-¿Por qué no vamos por un café? 

-No puedo tomar cafeína. 

-¿Un helado? 

-Sí, me parece una mejor idea. 

Fuimos a la heladería cerca de la escuela, me subí en su auto luego regresaría por el mío. 

Cuando entramos nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, Jacob retiro la silla para mí, sonreí nunca había sido un caballero. 

-¿Qué sabor quieres tu helado? 

-Vainilla -dije. 

Jacob fue por los helados, uno de vainilla para mí y uno de menta con chocolate para él, empecé a devorarlo cuando volvió. 

-Tanya -comenzó Jacob-. Creo que es momento que hablemos de nuestro bebé. 

Me gusto como sonaba eso, nuestro bebé. 

-Me agrada que hayas decidido hacerte cargo Jacob, verás que seremos muy felices los tres -dije ilusionada. 

Jacob pov.

Esas palabras me hacían querer vomitar pero si tenía que ser cursi y comportarme como un tonto para lograr mi objetivo lo haría. 

-Por supuesto, muy felices, juntos -la abrace, sonreí diabolicamente-. Muy felices. 

Edward pov. 

-Fue fácil ¿no? -dije-. Decirles a mis padres. 

-Sí, claro sobre todo cuando tu novio comienza a tartamudear -dijo, ahora estábamos ya en su casa, me encontraba más sonriente que nunca. 

-Tú tienes la culpa de eso.

-¿Yo? 

-Sí, me pones nervioso, con tu sola presencia. 

Se sonrojo, me encantaba verla así era como si iluminara las noches con algo tan sencillo como lo es un sonrojo. 

-Vamos a preparar la cena, chico nervioso. 

Sonreí y la abrace por la cintura, entramos a la cocina. 

-¿Qué prepararas? -pregunte. 

-Tengo ganas de comer.... lasagña -dijo. 

-¿Antojo? -pregunte en tono bromista. 

-Creo que es muy pronto para eso, pero si- sonrió. 

Bella comenzó a sacar todo lo necesario para la elaboración de la lasagña, me coloque a lado de ella quien ya tenía puesto un mandil... tome uno yo también. 

-Te ves... sexy -dijo riendo, no había notado que el mandil que me coloque tenía pastelitos rosados en él. 

-Gracias, amor, tú te ves bien -dije. 

Estrecho los ojos. 

-Sabes que con lo que te pongas te ves hermosa -dije mientras la abrazaba-. Pero me gusta más sin toda esa ropa estorbosa que llevas puesta.