Un nuevo plan

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Jasper pov. 

Había una sola forma de que todo esto terminara y era jugarle la misma carta que a María solo que con un truco nuevo.... si ella quería que Jasper estuviera con ella eso tendría. 

Baje de mi auto hacía la casa de María, toque el timbre. 

La madre de María fue quien me abrió la puerta.

-Hola señora Denali -dije cortesmente-. ¿Se encuentra María? 

-Oh, hola Jasper ya te he dicho que no me digas señora sino Carmen -sonrió-. María esta en su habitación puedes subir. 

Asiento. 

-Gracias... Carmen. 

Subo las escaleras hacía la habitación de María, toco la puerta. 

-Mamá ya te he dicho que no me molestes -grito desde el otro lado de la puerta. 

-No soy tu mamá -dije abriendo la puerta. 

María estaba recostada sobre la cama con su celular. 

-Oh, Jasper -grito mientras se ponía de pie-. Que sorpresa. 

María traía puesta lo que parecía ser su pijama, sabía que era tarde pero eso no me importaba. 

-Sí vaya sorpresa -dije devorándola con la mirada... su pijama dejaba ver más allá de la imaginación. 

Vi como María sonreía. 

Vaya descaro.... que comience el juego. 

-¿Se puede saber que haces aquí? -se sentó de nuevo en la cama cruzando sus piernas. 

-Quiero que hablemos sobre nuestro hijo -fui directamente al grano. 

María abrió los ojos de sorpresa. 

-Vaya que rápido -dijo sonriendo. 

-No hay un hijo ¿cierto? 

-Eres listo Jasper -dijo como si nada. 

En ese momento si María no fuera mujer la hubiera golpeado. 

-¿Entonces por qué no nos encargamos de hacer uno? -sonreí picaramente tratando de controlar mi furia, mis hermanos me habían dicho que me era fácil controlar mis emociones.

-¿Qué? ¿Un hijo? tú estas loco... claro que me gustaría practicar pero... 

-No estoy diciendo que quiero un bebé ahora sino que la práctica sería muy buena. 

Se puso de pie y se acercó hasta mí. 

-¿Y Alice?

-Tenías razón me di cuenta que solo era una niña no como tú que eres toda una mujer -la tome de la cintura y la acerque a mí. 

-Sabía que te darías cuenta. 

-Mejor tarde que nunca -acerque mi boca a la suya y con mucho esfuerzo la bese. 

María correspondió a mi beso con furia, enredo su lengua con la mía parecía que estaba desesperada yo también pero por alejarla de mí. 

Nos separamos a falta de aire. 

-Extrañaba tus besos -dijo. 

-Y yo los tuyos -suspire-. Creo que tengo que irme -dije. 

-No, quédate ambos cabemos en mi cama. 

-María, sabes lo que pienso de eso...

-Lo sé, lo sé -se mordió el labio-. ¿Mañana pasas por mí? 

Mi Tiempo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora