¿Destino? - Capitulo 8
Narra Normani
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Estos primeros días habían sido geniales, conocí mejor a Sofia y aunque es 1 año mayor que yo, tiene una sonrisa que me hipnotiza y un gran corazón. Es un poco tímida pero me encanta que cuando abre la boca me sorprende lo que dice. Puede ser muy juguetona a veces, pero si realmente queria tener algo con ella deberia tener en claro si le gusto, ademas como se lo tomaria su padre?
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Terminamos de cantar y ella tenía cara de sueño. Le pregunté que si quería ir a tomar algo pero me dijo que prefería ir a dormir.
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Salimos a la cubierta y la puesta de sol era bella, me hubiera encantado estar con Sofia ahora. Dinah y Alexa estaban a mi lado, romantiqueando como siempre. Ally y Troy también estaban besándose junto a nosotros. Ellos formaban una pareja maravillosa.
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Lauren estaba tecleando algo en su celular, al parecer hablar con “ella” le hacía bien. Desde que hablaba con ella reía más y además era más simpática. Camila era una buena chica y a Lauren le agradaba, aunque no tuvieron un principio muy bueno.
- Iré a dar un vuelta por aquí –anuncié y todos me sonrieron y volvieron a sus asuntos, al darle vuelta por la proa, divisé a Camila, quien también estaba con su celular. Decidí acercarme a ella.
- Hola –dije a su lado.
- Hola –dijo ella sin mirarme y tecleando un mensaje.
- ¿Por qué últimamente los mensajes son tan importantes? –pregunté. Ella me miró extrañada y luego miró su celular de nuevo.
- No lo sé… pero comienzan a agradarme –ella sonreía de una forma extraña, ni siquiera Lauren le sacaba una sonrisa tan sincera como la que tenía ella ahora.
- ¿Puedo… saber con quién? –luego me giré apenada, eso no se preguntaba.
- Hablo con una amiga, hacía tiempo que no hablaba con alguien así. Ya lo extrañaba –dijo ella mirándome, tenía una mirada dulce y llena de luminosidad.
-Oye… -volteo a verme- Acaso a ti también .. tu sabes - hice señas con mis manos
-Si lo que tratas de preguntar es si me gustan las chicas la respuesta es que no lo se - dijo mientras volvía su vista al telefono.
- Vaya, pues, espero que tu amiga te hable así más seguido, estás más blanda –dije tratando de cambiar el tema y ella sonrió y miró hacia el mar.
- Yo también quiero seguir hablando con élla –dijo ella.
- ¿Cómo se llama tu… amiga? –pregunté y ella se tensó.
- Dea..deana –dijo algo dudosa y luego sonrió- ¿Es una linda puesta de sol no? –me preguntó, era obvio que quería cambiar de tema.
- Sí –dije y luego me recargué en el barandal. Ella miró su celular y luego se sonrojó, me preguntaba de qué estaría hablando con su amigo. Yo no quería que ilusionara a Lauren y luego la dejara tirada sin ninguna esperanza.
- Ya te llevas mejor con Lau cierto? –dije y ella me miró confundida.
- Admito que es… agradable –dijo y me miró- Oye… ¿te gusta mi hermana? –me preguntó. Al instante abrí los ojos y solté una risita nerviosa.
- Hem… eh… yo… -ella se acercó y se me quedó viendo fijamente a los ojos. Sus ojos chocolate me hacían sentir extraña. Mis mejillas se sonrojaron y me encogí de hombros.
- Te gusta, lo sabía –dijo y se recargó de nuevo en el barandal.
- Es linda, lo admito. Pero llevo tan solo dos días de verla y no creo, que sea lo mejor.
- Tampoco creo que sea lo mejor, no lo digo por que ambas sean chicas, por que como ya te dije, me siento tambien un poco extraña respecto a eso–dijo anotando algo en su celular-, además… cuando bajemos de este crucero no creo que las volvamos a ver, ustedes son una banda famosa supongo.
- Eso no es ningún problema, nosotras no somos por eso superiores. Somos gente común.
- ¿Entonces, no son como todas las y los juniors que hay aquí? –preguntó.
- Claro que no –dije y le sonreí. Ella sonrió y dio un leve bostezo.
- Iré a dormir, le dices a Lauren que pase por mí mañana a las… once de la mañana. Para desayunar juntas –dijo como si no fuera la gran cosa- Tú pasa por mi hermana a las nueve, ella despierta temprano –caminó hacia la puerta y no me dejó decirle nada.
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¿Tendría una especie de cita con Sofia? Ahora adoraba a Camila, por que me ayudaba a conquistar a su hermana. Era linda, sin su faceta de ruda. Caminé hacia el camerino y Lauren ya se encontraba dentro. Estaba quedándose dormida.
- Oye… -dije moviéndole un brazo.
- ¿Qué pasa? –dijo adormilada.
- Tienes una cita mañana con Camila, pasas por ella a las once de la mañana –dije y me recosté.
- ¿Qué? –dijo confundida.
- No lo sé, solo me dijo: “dile a Lauren que pase por mí a las once para desayunar juntos”.
Élla se quedó pensativo y luego comenzó a teclear un mensaje. Supongo que hablaba con aquella chica.
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Narra Camila
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Estaba quedándome dormida cuando sentí que mi celular vibraba. Alcancé a escuchar la tonada especial que le puse a La chica de los mensajes y sentí cómo mi corazón se aceleraba. Mis mejillas se ruborizaron al instante.
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“Recuerdas el consejo de “hacerme la interesante”, creo que ha funcionado. Ella me invitó a salir… aunque no sé, siento que sería extraño proviniendo de ella”. –vaya al fin mis consejos le habían servido de algo a alguien. Me encantaba que élla fuera feliz, por extraño que parezca cambiaba mi humor si élla estaba bien o mal.
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“Pues dale la oportunidad, tal vez y ahora sí te quiere conocer. Yo también he intentado lo que me dijiste, pero… no sé si funcione, hoy una chica que creo que me atrae me ignoró” –envié. Cerré los ojos tenía demasiado sueño. Pero volvió a vibrar.
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“¿Alguien ignorándote a ti? ¡Dios, que alguien salve a ese chica! No sabe de lo que se pierde, pero, tranquila tal vez solo quiso hacerlo para ver si te importaba, ¿se lo demostraste?”
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“No… es que no suelo demostrar mucho mis sentimientos. Como te he dicho, me tocan los peores”
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“Oye, tranquila ya te llegará una o uno que en verdad te merezca, creo que despues de eso ya aceptaste que eres bi, No te desesperes, Chica o Chicos habemos muchos y buenos pocos. Como yo”. –reí ante eso. No puedo creer la autoestima que tiene.
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“Bueno pues espero encontrarme una o uno como tú. Que sea tan dulce y no tenga miedo a regañarme” –estar hablando con élla sobre esto me hacía sentir extraña. No me quería enamorar de una chica que nunca había visto.
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“Nunca te he regañado. Aunque, eso que me dijiste me agradó… alguien como yo no creo que encuentres, pero… puede que algún día –sentí cómo me sonrojaba- te pueda conocer yo” –cuando leí eso, sentí cómo una sonrisa estúpida se formaba en mí. Ahora tenía la tentación de decirle que la quería conocer. Pero no lo haría.
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“Tal vez algún día. Suerte con tu cita, tengo que dormir ya. Gracias por hablar conmigo, de verdad que me hace bien” –le envié. Me acurruqué en mi cama y puse mi almohada frente a mí. La quería abrazar.
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“Descansa, a mí también me hace bien hablar contigo. Eres una linda chica y de verdad me gustaría conocerte alguna vez. Que tengas dulces sueños”.
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Luego de leerlo y suspirar unos minutos, observé hacia la ventana y me quedé dormida.