Narra Camila
había despertado con una gran sonrisa, Al fin conocería a Michele. Me levanté y caminé hacia mi baño, abrí la regadera y salió el agua a temperatura perfecta. Mi cuerpo se relajó y comencé a cantar emocionada distinta canciones que pasaban por mi mente
Salí del baño, Me puse mi ropa interior y camine rápido hacia el closet y después de varios indecisos me puse una camisa negra sin mangas y con un estampado de pizza en el centro y unos jeans negros desgarrados de la rodilla. Mis usuales converse negros, Deje mi cabello suelto y me maquillé como comúnmente lo hacía.
Bajé a la planta de abajo y mi padre estaba acomodando la comida en la alacena, me acerqué a él y comencé a ayudarle.
- Buen día hija -me saludó.
- Hola papi -dije y lo abracé. Me dio un beso en la frente.
- Normani llamó a tu hermana -dijo sonriente. Yo también sonreí.
- ¿Qué dijo? -pregunté.
- La quiere ver hoy... creo que irán a un Starbucks, esta tarde...
- Oh... -dije pensando en mi salida con Michele- ¿Puedo ir? -pregunté.
- No lo sé... dile para ver si ella te quiere llevar -me aconsejó.
- Iré a verla -dije sonriente, caminé escaleras arriba y escuché música en su habitación, Escuchaba una canción de las chicas, y no pude evitar pensar en Lauren, ¿Que estará haciendo?. Entré sin tocar y ella estaba escogiendo algo de ropa, elegí una playera blanca estampada en negro y se la lancé, ella la atrapó y sonrió, cuando terminó bajó el volumen.
- Buen día -le dije.
- Qué bonita te ves hoy -me dijo.
- Gracias. Papá me dijo que Normani te había llamado.
- Sí, me dijo que quería hablar conmigo... -se sonrojó.
- ¿A dónde irán? -pregunté, tenía la esperanza de que me dijera que al Starbucks.
- Iremos a un Starbucks que está en el centro... me dijo que pasaría por mí.
Me senté en su cama y crucé las piernas frente a mí, comencé a jugar con mi celular y luego me le quedé viendo.
- ¿Hay algo que me quieras decir? -preguntó. Yo me sonrojé un poco.
- ¿Recuerdas la chica con la que te dije que hablaba?
- Sí... -dijo cambiándose de blusa.
- Bueno... quedé de en ir a conocerla hoy en el mismo Starbucks al que tú irás... me preguntaba si... ¿puedo ir contigo? -dije apenada.
- Está bien -dijo solo así.
- ¿Qué?
- Te dije que está bien -sacó unos jeans de su ropero- Sé que quieres conocer a esa chica, además... Normani y yo estaremos allí para protegerte, así que... ¿por qué no?
- ¡Gracias, gracias! -dije emocionada y me levanté a abrazarla.
Después de eso estuvimos cantando un poco y tocando guitarra. Me encantaba cuando ella tocaba la guitarra, era genial, pero misteriosamente le llamaba la atención aprender a tocar un bajo.
- ¿Estás muy enamorada de Normani? -pregunté.
- Creo que eso es algo obvio... -dijo sonrojada, se sentó a mi lado y tomó mi mano- ¿Recuerdas cuanto amaba el disco de Mcfly que me regalaste?
- Creo que duraste horas para poder abrirlo Sofia...
- Exacto. Mi amor por Normani llega a tal grado, me da tanto miedo abrir su envoltura, conocerla más, enamorarme a fondo de ella. Viví una experiencia maravillosa en el viaje. Pero no sé si ella quiere conocerme realmente estando afuera...
- Bueno, creo que por algo te llamó hoy... -dije sonriéndole.
- ¿Crees que quiera algo serio conmigo? -preguntó.
- Sería una tonta si no... -dije para darle ánimos.
- Ahora, ¿puedo hacerte yo una pregunta? -dijo con ojos suplicantes.
- Claro -dije haciendo media sonrisa.
- ¿Prometes ser sincera? -rodé los ojos. Asentí- ¿Estás enamorada de la chica de los mensajes o de Lauren?
- Es una pregunta difícil de responder, al principio me enamoré de la chica de los mensajes... por que era la única persona que era amable y era la única que me entendía. Luego conocí a Lauren y me enamoré perdidamente de ella. No puedo evitar sentir lo que siento con Lauren... perdí mi virginidad con ella -dije apenada. Mi hermana sonrió- Debo decir que solo a ella... le permitiría volver a tocarme -tragué saliva-. No trato de ser fuerte... me romperé al verla, pero de verdad siento la necesidad de estar con ella.
- ¿Por qué conocer entonces a la chica de los mensajes?
- Porque quiero hacerlo. Ha sido una gran amiga para mí, quisiera ver quién está detrás de tanta amabilidad y tantos mensajes -dije riendo.
- Espero que sea lo que esperas -dijo recostándose a mi lado- Tengo sueño.
- Creo que nos tendremos que acostumbrar a esto del horario -dije yo recostándome a su lado.
Estuvimos acomodando sus cosas y luego fuimos a mi cuarto a pegar todos mis posters, debo decir que nos quedó genial. Una pared estaba cubierta de todos ellos y en la otra había repisas donde podía poner todos mis discos y mi guitarra.
Ayudamos a mi hermano con su cuarto y también le ayudamos a mi padre. Luego movimos algunas cosas en la sala y acomodamos sus cosas. Encendimos el televisor y nos pusimos a ver una película que estaban pasando. Era Amor a Segunda vista.
Me estaba quedando dormida pero un mensaje me desperto.
"Hola, la verdad es que estoy muy ansiosa porque me veas hoy. Te quiero mucho y... prométeme que, no importa lo que pase hoy... seguiremos siendo amigas" -recibí.
"Hola, yo también estoy ansiosa, no sé por qué dices eso, pero lo prometo" -envié.
Observé el reloj y ya eran las cinco de la tarde. Me levanté y corrí al baño me duché y luego me puse a ver mi ropa. Tenía lista la ropa que había especificado, pero... podría cambiar. Usé un vestido bonito y corto hasta la rodilla, no era muy formal, de hecho era de mezclilla azul. Usé unas botas cafés de piso y un cinto que detallaba mi cintura. Me puse el anillo de Lauren y ricé mi cabello. Delineé mis ojos y pinté mis labios de un rojo delicado. No tan fuerte. Perfumé mi cuerpo. Tomé mi bolso y eché dentro mi celular y mi camara
Salí de la habitación y toqué la puerta de mi hermana. Al entrar, ella se estaba poniendo la blusa que le había sugerido, también se puso una falda negra muy bonita y unos converse rojos. Ella alisó su cabello y traía sus mejillas bastante sonrojadas.
Bajamos juntas las escaleras y mi padre nos esperaba abajo. James también nos observaba.
- ¿Irás con Sofia? -me preguntó mi padre.
- Sí -dije sonriendo.
- Cuídense mucho, las quiero aquí a las doce a más tardar, juntas por favor -pidió mi padre.
- Sí papá -dijimos las dos.
Nos sentamos en la sala a ver videos en MTV mientras llegaba Normani por nosotras. Mi celular vibró de nuevo
"Te veré en escasos minutos. Me sentaré frente a ti, tomaré tu mano izquierda y te entregaré una servilleta con algo escrito, así sabrás que soy yo" -recibí.
En la casa se escuchó el timbre y mi corazón comenzó a latir con rapidez. A mi hermana se le pareció encender algo bajo sus mejillas, pues se sonrojó. Mi padre fue quien abrió.
- Hola señor Alejandro
- Hola Normani -dijo mi padre abrazandola - Ven pasa - Ella entró hasta los inicios de la escalera. Mi hermana y yo nos pusimos de pie y caminamos a ella. Normani venía con una chaqueta negra y debajo traía una camisa blanca, con un estampado bastante interesante. Sus jeans negros y unos tenis negros
- Hola -saludamos ambas.
- ¿Listas? -preguntó.
- Sí -contestamos.
- Normani, las quiero aquí a las 12. Juntas... y por favor, sanas y salvas -pidió mi padre.
- Cuente con eso .
- Está bien -dijo Alejandro- Que se diviertan.
Salimos y vimos un hermoso Audi Negro. Ella nos abrió la puerta del copiloto y yo entré al asiento trasero, luego entró mi hermana y por último Normani.
- ¿Qué les pareció su nueva casa? -preguntó.
- Es muy hermosa -dije.
- Sí, la verdad es muy linda y mucho más grande que nuestro apartamento. Incluso tenemos piscina -dijo mi hermana.
- ¡Piscina! -dijo Normani emocionado- ¡Nos tienen que invitar, a las chicas les encantará
- Cuando gusten -dije pensando en Lauren inmediatamente.
Mientras conducía nos estuvo mostrando diversos paisajes de Londres. La ciudad de noche era realmente bella. El London Eye relucía entre todo eso. De repente noté el gran Starbucks que estaba frente a nosotras. Se estacionó frente a este y se puso unas gafas de sol.
- Sé que es muy raro que use lentes y más si no es de noche -dijo- pero deben de recordar que somos un poco más conocidas en este lado del océano -comentó Normani.
- Cierto, por la banda y todo eso -dije.
- Sí, así que no se asusten ni se incomoden si de vez en cuando llegan fans a saludarme o a querer tomarse una foto conmigo -pidió.
- No te preocupes, comprenderemos -dijo Sofia.
- Bueno, ahora sí bajemos -dijo saliendo del auto.
Sofia esperó a que Normani abriera la puerta y luego bajó, hicieron el asiento hacia delante y bajé yo.
Entramos al Starbucks y Normani escogió una mesa para cuatro, estaba en la esquina del establecimiento, donde casi nadie pasaba la mirada. La verdad era muy cómodo el lugar. Había gente pero no demasiada. Normani se levantó y pidió nuestros cafés. Yo estaba demasiado nerviosa y no dejaba de darle vueltas a mi celular.
- Llegará -dijo mi hermana tomando mi mano.
- No es eso lo que me preocupa... es solo que, siento un extraño presentimiento.
- Todo saldrá bien -dijo mi hermana. Sus ojos marrones relucían como nunca.
Normani llegó con nuestros pedidos y luego se sentó frente a nosotras con una sonrisa tímida. Sabía que ellas tenían cosas que hablar así que preferí levantarme.
- Iré a aquella mesita -señalé una al otro extremo del establecimiento- sé que ustedes tienen que hablar y pues yo estoy esperando a alguien. Gracias por traerme Mani -dije y La abracé.
- No fue nada Mila -dijo en mi oído. Me separé de ella y caminé a paso lento a la mesita. Al sentarme me puse los audífonos y comencé a tararear la música que tenía allí.
Pasaron los minutos y se hicieron las 7: 15. Me molestaba tanto la impuntualidad. Sé que solo eran 15 minutos... pero esos minutos eran de gran valor para mí.
Puse mis manos al frente y cerré mis ojos. Estuve así solo pensando en todo lo que me había pasado en este viaje. Me había enamorado perdidamente de una chica odiosa, asesina de cámaras, que era una cantante de una banda de Pop. Me había propuesto matrimonio y luego por falta de detalles, terminamos. Como me gustaría verla ahora.