Capitulo 20

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Narra Camila
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Estaba un tanto incómoda cuando desperté. Pues sentía que todo el cuello me dolía. Me levanté y fui al baño que está en la habitación. Entré lentamente pues sabía que Normani y Sofia aún estarían dormidas. Entré y allí estaban ellas sobre la cama, Normani estaba detrás de ella abrazándola por la cintura y ella estaba frente a élla sosteniendo sus manos. Se veían realmente tiernas. Sí, sí estaban vestidas.
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Me duché y me vestí rápidamente, usé una pantalonera negra y una camisa blanca de Aeropostal. Agarré mi cabello en una coleta y no me delineé los ojos, estaba totalmente al natural. Supe que en el primer piso había un gimnasio así que decidí ir.
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Tomé mi celular y lo eché a una pequeña mochilita que llevaba conmigo. Estaba caminando por el pasillo cuando me encontré a Ally. Venía muy contenta.
- ¡Buenos días! -dijo con una sonrisota.
- Hola, buen día -dije yo tratando de sonreír.
- ¿Cómo estás? -dijo deteniéndose. Incliné un poco la cabeza.
- Me duele un poco el cuello así que iré al gimnasio de abajo -dije honestamente.
- Que rara forma para curar el dolor de cuerpo, pero si eso te hace bien. Muy bien -dijo ella sonriente.
- ¿Qué te tiene tan feliz? -pregunté, tanta sonrisa era raro para mí. Ella se sonrojó al instante y desvió la mirada - Oh -dije pensando en una noche con Ogletree.
- Bueno... es que tuve una linda noche -dijo ella sonrojada, parecía un tomate.
- No necesito detalles -dije sonrojada yo también-, me da gusto por ti. Que tengas un lindo día -dije y caminé.
- Gracias tú igual -dijo y caminó hacia la dirección opuesta. Al parecer iba con Lauren.
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Bajé en el elevador y pasé por diversos pasillos. Muchas de las personas me sonreían o me decían "Buenos días". Yo solo me limitaba a sonreír.
- Hola -dije a la señorita que allí estaba. Ella me sonrió.
- Buen día, ¿vienes a inscribirte? -preguntó.
- Sí -dije con seriedad.
- ¿Me das tu nombre y el número de tu camarote? -preguntó.
- Camila Cabello, camarote 640-B -dije con media sonrisa.
- De acuerdo -dijo tecleando algo en la computadora- Te parece si te muestro algunos de los aparatos o... quieres hacerlo por ti misma.
- Me gustaría dar un paseo por aquí, en realidad no quiero una rutina, simplemente me gustaría correr un poco en la caminadora -dije honestamente.
- Mira, todas las caminadoras están por allí -dijo mostrándome una gran hilera de ellas.
- Gracias -dije y me acerqué a ellas.
Estaba encendiéndola, puse mi celular enfrente de mí, me coloqué los audífonos y antes de que terminara escuché que decían mi nombre.
- Hola Mila -dijo Dinah a mi lado, también encendía una caminadora.
- Buen día Dinah -dije mostrándole una sonrisa.
- ¿Ejercitándote? -como si no fuera obvio. Pero no quise hacerla sentir mal.
- Sí, digamos que necesitaba despejarme de alguna forma.
- Es cierto, esta es una buena forma de aclarar la mente. ¿Por qué no fuiste a vernos ayer? -preguntó mientras corríamos.
- ¿Ayer? No sabía que querían que las visitara -dije confundida.
- Tú siempre eres bienvenida -dijo algo agitada- No tienes qué tener una invitación.
- Bueno, gracias -dije apenada-. De todas formas estuve con Dean, así que creo que no pude haber ido.
- ¿Sigue en pie lo de la boda? -preguntó, miré mi anillo dudosa.
- No lo sé -dije honestamente.
- ¿Te puedo decir algo? -preguntó.
- Claro -lo insté.
- No hagas nada que creas que en un futuro te arrepentirás. Piénsalo bien -me dijo.
- Gracias Dinah-dije girando mi anillo. Élla me sonrió y se puso sus audífonos.
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Puse el reproductor de mi celular a todo volumen y usé los dos auriculares. Estaba concentrada corriendo, tan solo pensando en si debería de casarme con Dean. Pensando en porqué él se había comportado así anoche. Luego de estar corriendo un rato noté que Dinah se despedía de mí con la mano y caminaba a los siguientes aparatos. Mi celular comenzó a vibrar. Rápidamente pensé que la hora feliz había llegado. Michele me había enviado un mensaje.
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"Buenos días. Acabo de despertar y aquí estoy para reportarme contigo. ¿Cómo estás?" -preguntó amablemente. Me bajé de la caminadora y me senté en una silla cercana.
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"Buenos días, estoy bien gracias. Pensé que no te acordarías de mí, que solo bromeabas con eso de mandarme un mensaje cuando despertaras, ¿cómo estás tú?" -envié.
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"Estoy bien. Nunca me olvidaría de ti. Desde el primer día en que tu mensaje me llegó por equivocación, supe que quería seguir hablando contigo. Hoy desperté con una sonrisa por el simple hecho de que hablaríamos" -recibí. Eso me hizo sentir completamente extraña. Una sonrisa no tardó en aparecer en mi rostro. Élla también se había convertido en una parte esencial en mi día. Si no hablaba con élla sentía que me faltaba algo por hacer. La estaba empezando a querer.
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"Vaya, sabes... tu también te has convertido en una parte esencial en mi vida. Gracias por tener un dígito diferente al de mi novio" -envié.
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"De nada, cuando tenga una conversación con la gente de la telefonía, les daré las gracias por darme este número. Te tengo que contar que yo también tengo novia, ¿lo recuerdas? De verdad espero volver a amarla como alguna vez lo hice" -recibí.
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"No te fuerces a sentir algo, admito que yo tengo novio y la verdad ayer me decepcionó mucho. No sé si deba seguir con él" -dije diciéndole la verdad.
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Caminé hacia el elevador y allí me encontré con Louis Venía de la mano de una chica.
- Hola -dijo mi hermano.
- Hola Lou, ¿quién es tu amiga? -pregunté curiosa.
- Hola soy Vero-dijo ella amablemente.
- Hola -dije estrechando su mano- soy...
- Camila -completó ella. Yo asentí y me puse a su lado, el descenso en el elevador fue silencioso.
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"Pues yo digo que no deberías de estar con alguien a la fuerza, pero qué te puedo decir yo. Estoy en las mismas" -me daba algo de lástima ver que una persona cómo élla estuviera con una tipa que no la valorara. Pero igual y no podía hacer nada yo desde acá.
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"Sabes, yo sí amo a mi novio, pero a veces me desesperan sus cambios de humor. Es tan lindo y luego se convierte en un pesado" -escribí. No sé por qué con élla yo era tan sincera.
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"Eso no debería de ser así, contigo un verdadero hombre se debe de comportar de la mejor manera. Debe ser un caballero ante todo. No importa si la dama es insoportable o simplemente renegona" -recibí.
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"Si me conocieras y fueras hommbre te aseguro que lo caballeroso y lo galante se te quitaría. Creo que yo soy la culpable de sacarle lo peor, sus más oscuros pensamientos y los malos hábitos a los hombres, pero creo que siempre podre probar con el lado femenino, quien sabe" -dije honestamente, Pues respecto a los hombre nadie era caballeroso o amable conmigo ,Bueno, últimamente Troy y las chicas sí lo eran, tal vez por eso deberia tratar con alguna mujer, pero aun lo dudo. Aunque ellas ya tenían sus parejas, excepto Lucy que se conservaba soltera, no puedo negar que no era atractiva, por que si lo era, pero realmente no era mi tipo. Llegué a mi camarote y tomé la cámara que Lauren me había regalado. De la habitación salió Sofia con una sonrisa en sus labios.
- Hola hermanita -me dijo ella.
- Hola Sof -dije seria.
- ¿Te pasa algo? -preguntó con seriedad.
- No realmente, estoy bien -dije tratando de sonreír. Tocaron a la puerta y ella fue a abrir, en el umbral se encontraba Dean con una flor en la mano. ¿Este tipo de verdad estaba loco?
- Hola Sofia, ¿puedo pasar? -dijo dando un paso hacia delante.
- Claro -dijo ella haciéndose a un lado. Él entró directo hacia mí y me dio un beso en los labios.
- Hola -dijo aún cerca de mí- lamento lo de anoche, estaba un poco enojado -se disculpó.
- Eso lo noté, pero ¿por qué no fuiste capaz de decirme la verdad, Dean? Te lo pregunté dos veces.
- Lo siento, es que no quería contarte los problemas por los que atravieso.
- ¿No me tienes confianza o qué es lo que pasa? -pregunté. Mi hermana me hizo señales desde la puerta de que se iba.
- No empieces con eso de la confianza por que la que menos tiene eres tú -comenzó a atacarme una vez que estuvimos solos.
- ¡Ves Dean! -dije molesta- ¡vienes con una flor en las manos y me tratas pésimo!
- No te estoy tratando de ninguna forma Camila, estás exagerando.
- ¿Por qué crees que yo no te tengo confianza? -pregunté tratando de bajar la voz.
- Porque no me dices la verdad. Te la pasas enviando mensajes con no sé quién y me mientes, diciendo que es una chica.
- Pues deberías de confiar más en mí pues no te estoy engañando.
- Camila, por favor... soy un hombre perspicaz, a mí no me engaña una niña.
- ¿Crees que soy una niña? -pregunté incrédula, me alejé más de él.
- No quiero discutir Camila -dijo bajando la voz.
- Tú eres el único que viene a esto -dije tratando de acallar el sonido de un nuevo mensaje en mi celular.
- ¿Otro mensaje? -preguntó molesto.
- Es solo una alarma -mentí. Giró la cabeza incrédulo y se levantó del sillón.
- ¡Camila, no te entiendo! Juro que no lo hago -dijo moviendo la flor, de forma que sus pétalos cayeron al suelo.
- ¿Qué quieres entender? -pregunté confundida.
- Dices que me amas, pero estás hablando con alguien más -se acercó de nuevo a mí-. ¿No me quieres, no verdad? -preguntó. Agaché la mirada.
- ¿Me amas a mí? -pregunté con ojos llorosos.
- Eso lo sabes bien, cada segundo que paso contigo son los mejores de mi vida. Por eso te pedí matrimonio, por que quiero estar contigo por el resto de mi vida.
- ¡Entonces deja de comportarte como un completo desconocido Dean! Me asusta la actitud que tomas, tú no eras tan frío y tampoco discutías así conmigo.
- Lo siento -dijo sentándose de nuevo- solo sufro algo de celos.
- No deberías sentir, porque tú eres quien me mantiene enamorada. No puedo... -ahora estaba llorando- olvidarte, traté... pero no puedo hacerlo.
- No quiero que lo hagas -dijo acunando mi barbilla en su mano- yo quiero seguir siendo él que te mantenga enamorada, todos los días de tu vida.
- Entonces, demuéstrame que de verdad me amas, no solo con palabras con hechos -pedí. Él se acercó y me comenzó a besar, traté de seguir el beso, traté de sentir algo... ¿porqué mi mente quería estar con él y mi corazón no?, ¿por qué no podía sentir que de verdad lo amaba con todo mi ser? Después de intentar sentir lo que sentí anoche, me di por vencida y él lo notó.
- ¿qué pasa? -preguntó.
- Nada -dije desviando la mirada.
- Vuelves a mentir -dijo decepcionado.
- No lo hago -dije y tomé la cámara- Quiero ir a caminar, necesito estar sola.
- Está bien -dijo y se fue.
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Leí el mensaje que tenía en espera.
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"Te aseguro que no pasaría eso conmigo. Estaría dispuesta a ser "el hombre" más caballeroso para ti, el más galante, el más amable y el más cariñoso, Karla... eres demasiado importante para mí" -su mensaje me hizo llorar.
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¿Por qué tenía que estar con Dean?, ¿Por qué me sentía tan miserable pensando que solo él podría amarme? Una parte de mí estaba enganchada a Dean, no sabía si era por que de verdad, una parte de mí lo amaba o era la simple costumbre o mi miedo a estar sola. Mi corazón ya no daba para más, porqué no puedo encontrar a alguien real que de verdad me ame y no solo finja hacerlo.
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Mis sollozos estaban algo descontrolados. Sentía que me faltaba el aire... me comenzaba a sentir miserable. Salí del camarote y entré al elevador con los ojos cerrados.
- ¿Está bien señorita? -preguntó el chico Louis.
- No realmente, pero no quiero hablar de eso -tomé el celular y traté de responder.
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"Me enamoré de ti -escribí- no puedo callarlo más. Estoy enamorada de ti y no puedo evitarlo, no sé si de verdad soy importante para ti, no sé si lo que dices es verdad. Pero no puedo callarlo más. Mi novio es un idiota y auque seas muejr en lo único que pienso es que preferiría salir contigo que con él" -envié. Salí del elevador y fui directamente a proa. Allí estuve tomando fotos de mucha gente a mi alrededor, hasta que mi celular volvió a vibrar.
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"No sé qué decir, la verdad es que me sorprendió mucho tu mensaje, pero no puedo decirte otra cosa más que, yo siento lo mismo que tú, estoy enamorada de ti Karla. No dejo de pensar en la maravillosa persona que eres y lo mucho que extraño tus mensajes cuando no hablo contigo" -recibí.
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"¿Por qué solo existes en mensajes?, ¿por qué solo te puedo querer por aquí?" -estaba llorando con más intensidad.
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Narra Lauren
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Karla me había dicho que estaba enamorada de mí. Yo le respondí exactamente lo mismo pues desde aquella primera noche, su forma de hablar, su forma de tratarme... me hicieron sentir especial.
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"¿Por qué solo existes en mensajes?, ¿por qué solo te puedo querer por aquí?" -recibí. Kelly estaba sentada frente a mí, hablándome de no sé qué tontería. Pasé las manos bajo la mesa y comencé a responderle.
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"No tienes idea de cuanto me gustaría estar contigo. Le soy infiel a mi novia contigo Karla, eso nunca había pasado. Nunca me había enamorado de alguien por un mensaje de texto, te puedo asegurar que eres la excepción a cualquier hecho... te quiero y no lo puedo explicar" -envié.
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"Michele... eres muy especial para mí. Aunque solo te pueda tener por aquí, prométeme que siempre, siempre estarás conmigo. Prométeme que no me abandonarás" -pidió. Sentí cómo mi corazón se partía en dos, necesitaba urgentemente estar con ella. Mordí mis labios nerviosa y Kelly tomó mis manos.
- ¿Amor, estás bien? -preguntó.
- Necesito algo de aire -dije pagando la cuenta. Ella se quedó allí sentada y yo salí corriendo al elevador. Desde dentro contesté.
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"Te prometo que siempre estaré detrás de esta pequeña pantalla. Siempre estaré dispuesta a escucharte, no me importa qué hora sea, qué día sea, simplemente quiero que sepas, que siempre estaré para ti" -envié.
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Al salir fui directamente a la proa, allí sentada en el suelo noté que Camila estaba llorando. Me acerqué a ella y cuando me vio rápidamente limpió su rostro.
- ¿Por qué lloras? -pregunté preocupada.

¿Destino?.- CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora