-Oh dios estás celosa! –élla se sonrojó aun mas y giró su cara al mar, mientras yo dejaba escapar una carcajada y la abrazaba por detrás que tierna se veía.
- No, yo solo digo que ese chico… no me da tan buena espina.
- Lolo está celosa, Lolo está celosa, Lolo está celosa –comencé a cantar mientras me despegaba de ella. Élla me miró sonrojada y entrecerró los ojos.
- Bueno y si sí lo estoy, ¿qué con eso? ¡No porque diga que sí terminarás con él y saldrás conmigo!
Cuando terminó de decir eso. Sentí cómo la sonrisa se esfumaba de mi rostro y mi cara pasaba por todos los colores posibles.
- ¡Te dije que no querías saberlo! –dijo y puso las manos en su cara. Tomé una foto y élla me miró molesto.
- Lo siento –dije apoyándome de nuevo en el barandal.
- No importa –dijo observando el mar.
- ¿De verdad te gustaría salir conmigo o solo lo dijiste para callarme? –dije girando el lente de mi cámara y moviendo los pies nerviosa.
- Yo… -trató de iniciar Lau.
- Hola chicas –dijo Kelly y le plantó un beso a Lauren en los labios. Yo caminé hacia atrás. Lauren me miró y agachó la mirada.
- Hola –dije yo, traté de sonreír.
- Hola –me dijo con el ceño fruncido.
- Siento lo de anoche… la verdad no recuerdo nada de lo que te dije –dije alzando los hombros.
- No importa, sé que no estabas en tus cinco sentidos.
- No –dije sonriendo. La verdad era que aunque estuviera sobria, podría decirle eso o más.
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Sentí como me abrazaban la cintura, al principio me asusté pero cuando escuché su voz me relajé.
- Hola hermosa, ya volví –dijo Dean tras de mí.
- Hola –le dije. Kelly no le quitaba la mirada de encima.
- Él es Dean… mi… mi… -la palabra no me salía. Lauren rodó los ojos.
- Su prometido –dijo Dean. Kelly abrió los ojos como plato y rápidamente buscó mi mano izquierda, la cual yo apretaba con mucha fuerza.
- ¿En serio eres el prometido de Camila? –preguntó ella incrédula.
- Sí –dijo Dean alzando mi mano, le enseñó mi anillo y sonrió como nunca la chica.
- Muchas felicidades, no lo sabía –dijo y me abrazó. Miré a Lauren y élla no sonreía solo me miraba.
- Bueno… que sean muy felices –dijo Lauren en desacuerdo. Caminó hacia un lado.
- Espera –le dijo Kelly. y se giró a verla- ¿A dónde vas? –preguntó.
- Iré con las chicas –anunció.
- Yo te acompaño –le dije- quiero ver a las chicas.
- De acuerdo –dijo élla. Me encaminé y Dean me seguía tomado de mi mano. Lauren y yo veníamos al centro. Kelly y Dean en los extremos. Al caminar sentí cómo la mano de Lauren rozaba con la mía, luego élla la tomó y la acarició, la miré y élla me hizo media sonrisa. La solté y metí la mano al bolsillo.
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Llegamos al camarote donde deberían de estar y Lauren abrió la puerta. Allí dentro estaban las chicas con sus respectivas parejas. Entramos primero Kelly y yo y luego Lauren y Dean.
- ¡Hola! –dijo Ally con una sonrisa bella. Se acercó a mí y me abrazó.
- Hola Allycat –dije y la abracé, por fin tuve el abrazo que tanto quería. No la solté y suspiré, necesitaba más que nada un abrazo.
- ¿Estás bien? –me susurró Ally al oído.
- No –dije seria. Acarició mi cabello y luego me dio un pequeño beso en la frente.
- Ahorita hablamos, solo saluda –me sugirió. La solté y caminé a saludar a los demás, Troy también me abrazó, Dinah, Alexa, Normani quien fue la primera en notar la piedra de mi nuevo anillo… pero se quedó callada, Lucy solo me vio disimuladamente y negó con la cabeza. Sofia también me abrazó. Me separé rápido de ella.
- ¿Qué tal chicos? –dijo Kelly- Es bueno volver a verlos.
Troy la miraba con una cara de “te voy a matar” y los demás solo sonrieron. Normani levantó la cara en señal de saludo y Lauren se sentó al lado de Sofia
- Hola, hem… soy Dean siento haberlas tratado así ayer, pero no tuve un buen día –se excusó- ¿Podríamos comenzar de nuevo? –pidió. Las chicas asintieron menos troy quien se limito a observarlo con cara de pocos amigos, y las chicas entrecerraron los ojos.
- Disculpa mi ignorancia, pero Dean… ¿quién eres? –preguntó Alexa.
- Bueno, yo soy…
- Es novio de Camila –dijo Lauren rápidamente, creo que no quería que notaran el “prometido” en una oración. Dean lo miró y luego asintió.
- Oh, no sabía que tenías novio Mila –dijo Alexa.
- Ni yo –dije riendo. Se presentaron las chicas y noté cómo todos comenzaban a hablar y a reír. Kelly era la más ignorada pero… aún así trataba de disimularlo. Dinah me miraba fijamente, yo lo noté y agaché la cabeza.
- Ven –me dijo cuando llegó a mi lado. Alexa y mi hermana también se pararon. Caminamos directas al cuarto. Una vez que estuvimos todas adentro cerró la puerta con seguro.
- ¿Qué te pasa? –preguntó preocupada.
- Estoy… e… yo… -no podía pronunciar las palabras- estoy comprometida.
- ¡¿Qué?! –dijo mi hermana asustada, le enseñé la mano y allí vio mi inmenso anillo. Las chicas también se acercaron a verlo.
- ¿Pero eso cuando pasó? Ayer aún no tenías novio y hoy ya estás comprometida- preguntó Dinah.
- ¿Con Dean? –dijo mi hermana molesta.
- Sí, no lo sé, bueno me lo propuso esta mañana. Pero… no sé cómo pasó. Solo dije que sí sin pensarlo.
- ¿Estás lista para casarte? –preguntó Alexa.
- No lo sé, tal vez –dije confundida.
- Camila, ¿te gustaría pasar el resto de tu vida con Dean? –preguntó Dinah. Mis manos temblaban y las lágrimas se acumulaban en mis ojos.
- No lo sé, es que en verdad lo quiero. Nunca lo dejé de amar… pero esto es demasiado para dos días, no sé qué… qué es lo que siento –dije molesta.
- ¿Entonces porqué aceptaste? –preguntó Alexa.
- Tienes miedo a quedarte sola ¿verdad? –dijo mi hermana. La miré sorprendida, ella en verdad me conocía. No podía creer que ella me conociera tan bien.
- Pequeña Mila –me dijo Dinah- No sé qué es lo que pase por tu cabeza ahora, pero te diré algo. Dean no es el único que puede enamorarse de ti, hay muchos hombres y Mujeres en el mundo. Pronto comenzarás una vida nueva en Londres, y te estás llevando a alguien de tu pasado. ¿De verdad crees que vale la pena estar con él en tu nuevo futuro? Si me dices que sí, entonces no tengas miedo a volver a sentir. No tengas miedo a perdonar. Pero solo si de verdad lo crees.
- Dicen que todos merecemos una segunda oportunidad –dije con un nudo enorme en la garganta.
- Dale la oportunidad entonces –dijo mi hermana.
- Pero pídele que te dé tiempo de asimilar las cosas. Que no estás lista para darle un peso tan grande a la relación. Dile que lo intentarán –dijo Alexa. Su mirada Chocolate era tan tierna.
- Cuanto agradezco haberlas conocido –dije y todas me abrazaron.
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Al salir del cuarto notamos que solo estaban las chicas. Kelly se había ido. Ellas nos observaron y luego sonrieron.
- ¿Qué tal el chisme? –preguntó Normani y yo reí.
- Bastante bueno debo decir –le dije y abracé a Dean.
- ¿Estás mejor? –me preguntó con una mirada tierna.
- Claro –dije y me senté a su lado- ¿Kelly se fue? –pregunté.
- Sí… se sintió incómoda entre tantas pláticas Sobre Musica y cosas de Nosotras –dijo Lauren.
- ¿Lana del Rey? –dije alzando las cejas mientras recordaba algunos de sus cds en su habitación el dia que la vi con Kelly.
- Sí –rió. Todos comenzamos a reír, estuvimos jugando un rato con la consola de video juegos que las chicas tenían, especialmente por Normani. Al cabo de unos minutos Dean me pidió ir a la cubierta. Acepté.
- Chicas, tengo que irme, pero en la noche ¿cenamos juntos?
- Claro –dijeron todos.
Dean tomó mi mano y caminamos hacia la puerta. Salimos y allí nos encontramos con mi padre y con mi hermano.
- Hey, ya no te vi desde ayer, ¿estás bien? –me preguntó Louis.
- Sí, estoy muy bien –le dije sonriéndole. Lo abracé y mi papá no le quitaba la mirada de encima a Dean.
- ¿Y él qué hace aquí? –preguntó directo y claro.
- Yo… bueno señor, yo le dije que no quería dejar así como así a su hija y… creo que, estoy cumpliendo con mi palabra.
- ¿De qué hablas? –dijo mi padre confundido.
- Hoy… le propuse matrimonio a su hija –dijo. Yo sentí cómo mis mejillas se ruborizaban y Alejandro y Louis abrían los ojos como platos.
- ¿Casarte? –dijo mi padre hacia mí.
- ¿Con él? –dijo mi hermano.
- Bueno… no hablamos de fecha, simplemente estamos comprometidos –dije.
- ¿O sea que ya aceptaste? –dijo mi padre.
- Sí –le dije.
- Karla Camila Cabello! –pronunció mi padre. Al parecer estaba molesto, solo me llamaba Karla cuando estaba molesto.
- ¿Sí Alejandro? –él me miró molesto.
- ¡A tu camarote ahora! –me rugió.
- Me tengo que ir –le dije a Dean. Él sonrió y apretó mi mano.
- Está bien, luego te veo –dijo y me dio un beso en la frente.
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Caminé con mi padre y con mi hermano. Ellos venían bastante molestos y trastabillando al caminar, yo venía lento y a mi paso. Al llegar a mi camarote abrí la puerta y me senté en el sillón central justo en el medio. Mi padre y Louis se sentaron frente a mí sobre la mesita de centro.
- Explícate, hace dos días no tenías novio –me dijo Louis.
- A ti no tengo nada que explicarte –él frunció el ceño. Yo entrecerré los ojos.
- ¡Pero a mí sí, explícate! –dijo mi padre molesto. Suspiré y agaché la cabeza.
- Bueno… ayer…
Le comencé a explicar mi sentir y lo que había pasado con Dean en estos dos días. Los dos estuvieron muy atentos y a mi padre se le comenzó a bajar el enojo.
- ¿Crees que estás lista para eso? –preguntó mi padre.
- No lo sé, de hecho no sé si me casaré, simplemente le dije que sí –dije viendo mi anillo.
- Hermanita, no sé qué es lo que pretendes pero… estaré apoyándote en todo lo que decidas.
- No me gusta la idea de que te cases hija –dijo mi padre al fin.
- Papá, qué es mejor, que me case con él… de blanco como tanto has querido… o que me fugue y no me vuelvas a ver.
MI padre entendió el punto y me abrazó.
- Es solo que me pareces tan pequeña e inexperta –dijo.
- Lo sé… pero supongo que algún día tenía que saltar del nido.
- Cierto –dijo Louis.
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Estuvimos hablando un poco más y luego recordé que había quedado con las chicas para cenar. Extrañaba los mensajes de mi amiga así que le envié uno.
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“Hola. Extraño tus mensajes, a veces la única forma de olvidar mis problemas es hablando contigo. Te quisiera preguntar algo importante para mí” –envié y me comencé a duchar.
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Mientras me duchaba escuchaba la lista de reproducción que más me gustaba, cuando fue interrumpida por la tonada especial que le habia puesta a ella indicándome un mensaje. Rápido saqué las manos de la regadera y tomé el celular.
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“Hola. Yo también extraño hablar más seguido contigo. Últimamente no he tenido buenos días. Solo confusión y sentimientos extraños en mi corazón. ¿Qué pregunta me querías hacer?” –no me gustaba que élla estuviera triste. Se suponía que con élla yo me desahogaba, élla no podía estar triste, ¿cómo pedir ayuda si tu heroína también la pide?
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“No me gusta que estés triste, un Chica como tu no puede estarlo. Menos si es mi heroína Solo te iba a preguntar qué piensas tú sobre el matrimonio. Una amiga mía se casará y está algo confundida acerca de sus sentimientos” –envié.
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Estaba terminando de ducharme cuando sonó de nuevo. Salí del agua y me sequé, tomé el celular y abrí el mensaje.
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“¿Soy tu heroína ¡Seré La Mujer Maravilla! Dile a tu amiga que no lo haga si está confundida. Yo también tengo una amiga cercana que se casará pronto. Pero al parecer ella sí parece estar enamorada de su chico. Verla feliz me hace feliz, al principio me molestó pero si ella está feliz con él. No me queda de otra que apoyarla con su decisión” –dijo.
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Me estaba vistiendo y le envié otro.
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“¿Quién te enseñó a ser tan genial? Supongo que todos quieren ser tus amigos, yo nunca te he visto y quisiera pasar el día entero contigo. Siempre me haces sentir mejor” –envié.
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“Supongo que me enseñó mi mamá o mis hermanos, no lo sé. Amigos tengo muchos, pero los más cercanos son como mi familia. Si fueras una amiga cercana, te protegería a capa y espada, siempre… no importa lo que pase”.
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Cuando leí eso, no pude evitar derramar una lágrima. Necesitaba conocerla. Necesitaba verla. Pero sabía que eso no iba a pasar.
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“Gracias Mujer Maravilla… -le dije- gracias por ser siempre alguien tan importante para mí. Si también fueras mi amiga, yo te defendería de cualquier arpía y zorra trepadora que quisiera atraparte. Solo dejaría que una chica de buen corazón estuviera contigo”.
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“Pues tú eres mi amiga –me dijo- de verdad quisiera que me protegieras contra ese tipo de chicas. Me encuentro ahora en un lío amoroso. Me encontré con mi pasado y mi futuro. Pero no tengo ganas de hablar de eso”.
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“No necesito que me cuentes todo para saber que no estás bien –le comenté- solo te diré algo: Sigue a tu corazón… el corazón nunca miente, me tengo que ir. Cuídate mucho, te quiero”. –envié.
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¿Enamorándome de dos o tres?
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“Hay una canción de McFLY que habla sobre eso, que el “corazón nunca miente”, ¿sabes algo de esa banda?” –me comentó.
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Me estaba poniendo una falda y luego metí mi cabeza en una blusa linda color blanco, y dejé que el celular siguiera sonando.
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“Sí, conozco la banda. Me parece una muy talentosa banda, son geniales los cuatro. Hay uno en especial que tiene una voz asombrosa, me encanta la forma en que toca la guitarra y el sentimiento que le pone a cada canción. Danny Jones” –me puse un collar largo, era un búho lleno de piedritas de fantasía.
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Me miré en el espejo y me maquillé muy poco. No delineé mis ojos y me puse el anillo. Lo miraba y la verdad era que me imponía un poco.
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“Adoro a ese tipo y a Tom Fletcher, son divertidos y realmente talentosos. Me tengo que ir, que te la pases bien lo que queda de esta noche muñequita, te quiero” –yo reí ante “muñequita” si tan solo supiera que odio las muñecas.
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Esperé en la salita a que Sofia terminara de arreglarse y cuando hubo estado lista salió. Traía un lindo blusón negro y un short azul de mezclilla, su cabello ondulado estaba perfectamente arreglado y por primera vez traía los ojos delineados, le lucían bastante bien.
- ¡Que bonita! –le dije sonriente. Ella se sonrojó y me abrazó.
- Vámonos, Normani me dijo que me esperaría en el pasillo, Dean no le agrada y cuando supo que era tu prometido menos –dijo un tanto risueña.
- Normani es una linda chica Sof. Me alegro tanto de que haya conseguido tu corazón. Así sabré que te cuidará.
- Te podría decir lo mismo, pero sabes que no estoy muy de acuerdo con tu decisión –dijo abriendo la puerta. Fuera se encontraban Dean y Normani, estaban riendo. Eso nos impactó a ambas.
- Ya, ¡Sh! –dijo Normani y carraspeó. Recuperó la seriedad y fue a los brazos de mi hermana. Ella sonriente la abrazó.
- ¿Listas? –preguntó Dean, sonriendo también, debo admitir que me extraña que no haya hecho ningun comentario sobre de que Sofia estaba Saliendo con una Chica, y Sobre que le dije que era Bisexual, pero supongo que asi era mejor.
- Claro –dije y tomó mi mano. Caminamos hacia el elevador y luego llegamos al piso de los restaurantes, llegamos a uno de comida china y allí en una mesa enorme para once personas. Las chicas se pararon al vernos llegar y ellas estaban sentadas al lado de sus respectivas parejas. Nos sentamos y yo estaba entre Lauren y Dean. Era una posición incómoda.
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Estuvimos cenando y riendo a morir. La verdad era que aunque odiaba a Kelly, bueno en realidad no era tan mala. Al parecer las chicas comenzaron a aceptar más a Dean y cuando se enteraron de que era mi prometido, no dijeron nada más que un: “Oh, yo quiero ir a la boda”.
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Al terminar dimos una vuelta y luego Allly nos invitó una copa a su camarote. Estuvimos allí bailando y jugando Rock Band hasta que nos cansamos. Luego hubo una ronda de chistes en la que la que siempre ganaba eran Lauren o Yo, no por lo que decía sino por las caras que hacía, en ocasiones mis carcajadas y las de Lucy eran las más pronunciadas. Es que no soportaba sus tonterías. Dean también se estaba divirtiendo.
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- Chicos yo tengo una propuesta –todos reíamos así que nos quedamos callados al escuchar la voz de Kelly- ¿Hace cuanto que no juegan a la botella?
- Depende de qué tipo –dijo Normani- Si es de besos –giró los ojos pensativo- hace años y si es de castigos –giró los ojos otra vez- también –dijo riendo.
- ¿Les gustaría jugar? –dijo levantando las cejas un par de veces, nosotras estábamos dudando. Ver a nuestras parejas besarse con mis amigas no era tan agradable de pensar.
- No lo sé –dije confundida.
- ¿Tienes miedo? –preguntó Normani.
- No… si ustedes aceptan yo acepto –dije sonriente.
- ¿A ti quién te dio permiso para jugar? –preguntó Dean levantando una ceja.
- Yo misma –dije segura y lo abracé.
- Bueno –dijo sonriente y me dio un beso en la frente.
- Está bien juguemos –y todos se comenzaron a reír nerviosos. Normani trajo una botella de Vodka vacía y nos sentamos chico-chica en un círculo, aunque los unicos eran Dean y Troy, lo que lo hacia un poco incomodo
- Regla uno: Nada de celos, lo que pase en este círculo aquí se queda –comenzó Kelly. Eso para mí era perfecto- Regla dos: el beso no puede durar menos de diez segundos y entre ustedes decidirán si será de piquito, no forzosamente tiene que ser un beso de verdad. Regla tres: No se puede besar a la misma persona.
- ¿Ya estamos listos todos? –dije. Todos asintieron, la única que parecía más incómoda con el juego era Ally. No le gustaría que tocaran a su hombre.
Hicimos un juego de disparejo para ver a quién le tocaba girar la botella primero y fue Normani la que perdió.
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Al girarla, la primera que le tocó fue mi hermana así que gustoso la besó frente a nosotros, ella estaba muy nerviosa pero Normani no permitió que se negara, le tomó las mejillas con ambas manos y luego se acercó lentamente a ella. Cerraron los ojos y su beso empezó muy tierno y luego Troy tuvo que carraspear para que se separaran.
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El segundo en tocar fue Lauren y le tocó Troy. Ally entrecerró los ojos y se pusieron colorados ambos. Él se le acercó y le dio un piquito de diez segundos.
- Por fin sé lo que se siente besar a una pared –exclamó Troy y todos reímos. Lauren solo lo abrazó y Troy comenzó a reírse nervioso.
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El siguiente fue Lauren y le tocó nuevamente con Troy, ambos se miraron sonrojados, asi que fue el turno de Ally y volvió a girar la botella.
- Oh, que bueno que la giraste de nuevo, ya me había sentido celosa –exclamó Normani a Lauren. Mientras giraba nos reímos hasta que paró en Kelly. Se escuchó un: “Oh, Oh”. Troy entrecerró los ojos y suspiró fuertemente. Ally no le quitaba de encima la vista.
- ¡Hazlo ya rápido! –la instó. Troy sin pensarlo dos veces se acercó a Kelly y le plantó un beso, pasaron diez segundos y se separó de ella limpiándose la boca.
- Lo siento, lo siento –dijo Troy a Ally apenado.
- No importa es solo un juego, sé que me amas a mí –le dijo Ally.
- Que bueno que lo sepas –dijo Troy con una brillante mirada. Kelly lo miró decepcionada, tal vez pensó que sería un beso de verdad.
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Siguió Dinah y le tocó con Alexa, élla rápidamente le plantó un beso y ella sonreía porque no era cualquier beso, era un beso de verdad de veinte segundos. Nosotros reímos porque cuando se separaron estaban sonrojadas a más no poder.
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Luego fue el turno de Lucy, quien tuvo que besar a Kelly forzósamente. Élla no quería al principio, pero ella insistió tanto que se lo dio, pero élla se separó tan rápido pudo.
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Fue el turno de Dean y le tocó Alexa. Ella se puso totalmente colorada. Dinah cerró los ojos.
- Es mejor, así no te golpeo –dijo Dinah. Alexa se acercó y Dean le dio un lindo piquito. Incluso Alexa tenía los ojos abiertos. Rápido contaron los diez segundos y se separaron. Así fue hasta que me tocó a mí.
- Que sea rápido porque ella está por casarse –dijo Dean, yo lo fulminé con la mirada y ahora comencé a desear que me tocara con cualquiera menos con él.
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Giré la botella y fue una total sorpresa en quién calló. Lauren rápidamente se sonrojó y yo me mordí los labios.
- Rayos tenías que ser tú –dijo Kelly. Dean también giró los ojos, al parecer a mi prometido no le gustaba nada la idea.
- Un juego es un juego –dijo rápidamente mi hermana.
- Sí, ya no hay vuelta atrás –dijo Normani- beso beso, beso, beso –comenzó a corear y todos le hicieron segunda. Yo me comencé a poner nerviosa, sería un beso extraño. Sería tocar sus labios rojizos con los míos. Sería… con la odiosa asesina de cámaras. Élla hizo media sonrisa y se acercó a mí.
- Hem, no sé hacer esto así que… -dije apenada.
- Tranquila, solo es un beso –dijo alentándome. Me acerqué a élla y élla puso su mano en mi mejilla. Noté que sus labios temblaban, yo observaba sus brillantes ojos verdes y la sonrisa que esbozaba, era tan extraño sentir que mi corazón se comenzaba a acelerar. Mis mejillas se acaloraron un poco y élla se acercaba más a mí, el silencio se apoderó de la habitación. Luego de unos segundos que para mí fueron unas eternidades, élla tocó mis labios con los suyos. Automáticamente cerré mis ojos. Sentí la dulzura de sus labios, el calor y la suavidad que transmitían, no pude evitarlo pero moví mis labios. Élla rápidamente atrapó los míos con la suyos y en sincronía los acarició, un exquisito sabor se apoderaba de mi boca, una ráfaga de sentimientos corría por todo mi cuerpo, roca fundiéndose con roca. Lauren metió la mano entre mi cabello y acercó mi cara más a la de élla, sentí su traviesa lengua entre mis labios y reí bajito. Luego escuché cómo alguien a lo lejos decía.
- ¡Ya aléjate de mi Chica! –era Kelly.
- Camila, ya pasaron más de dos minutos –dijo Dean cerca de mi cara tratando de separarme de esta temible adicción. En eso sentí cómo nos abrazaron y abrí mis ojos y mis labios seguían entrelazados con los de Lauren. Élla también me miraba, nuestros labios seguían juntos.
- Me encanta cómo se ven, pero no es muy adecuado que digamos –dijo Normani y nos soltamos inmediatamente. Me senté al lado de Dean y Kelly me miraba con una mirada envenenada y llena de celos.
- Lo… lo siento –dije y agaché la cara.
- No importa es un juego, ¿verdad Kelly? –dijo mi hermana reprendiendo la actitud de la única que había salido enojada del juego.
- Cierto –dijo molesta y luego miró al Lolo quien observaba la botella con cierto brillo en los ojos.
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Kelly estaba por girar la botella cuando todos comenzaron a bostezar, al mismo tiempo así que era solo una excusa para ya no jugar.
- Dinah –comenzó Alexa- tengo sueño, ¿nos vamos ya? –le dijo con una mirada suplicante.
- Claro –dijo Dinah y se levantaron.
- Bien –dijo Normani- será mejor que todos nos vayamos a dormir, es tarde –dijo y ayudó a mi hermana levantarse. Lauren también se levantó y Kelly no le quedó de otra más que dejar la botella en el mini bar.
- Bien, fue divertido –dijo Dean- hasta otro día –dijo y tomó mi mano. Les sonreí a todos pero no me atreví a mirar a Lauren.
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Caminamos fuera de la habitación y subimos al elevador, En este sonaba una de las canciones de las Chicas, One Wish
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Comencé a tararearla y me sentía extraña, porque recordaba la sensación de los labios de Laurene en los míos, el ardor de su calor, el sentimiento de su… corazón latiendo con aceleración al igual que el mío.
- Sal del elevador –me dijo Dean cuando recuperé el sentido. Él sonreía.
- Sí, lo siento –le dije. Salimos juntos y luego llegamos a la puerta de mi camarote. Abrí la puerta y le ofrecí un trago a Dean.
- No gracias –me dijo, yo sí me tomé uno- Oye, no tomes demasiado, no quiero volver a traerte del bar –me dijo riendo- Últimamente bebes demasiado. Eso no está bien.
- Lo siento, tal vez lo hago por la ansiedad.
- ¿Sientes ansiedad?
- Últimamente sí, por todo me pongo nerviosa.
- Entonces con más razón deberías de dejar de beber, no quiero que te enfermes –se acercó a mí.
- De acuerdo –dije abrazándolo. Su dulce olor me era tan agradable. Hacía tanto que quería un abrazo. Ally solo me lo prometió pero no me dio nada. Comenzó a moverse, me encantaba mecerme en sus brazos, hacía tanto que no pasaba eso. Agachó la cabeza y acunó mi barbilla en su mano. Me miró fijamente y esbozó una linda sonrisa. Se acercó para besarme y acarició mis labios. Traté de responder el beso, pero solo sentí piel contra piel, no había electricidad, no había calor. No había… nada en sus labios, me separé lentamente de él y le sonreí para que no se sintiera rechazado. Me dio un beso en la frente y luego me abrazó.
- Por fin vuelvo a estar contigo –me dijo al oído, yo lo apreté hacia mí y suspiré.
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Luego que él se fue, estuve pensando mucho tiempo en el beso con Lauren. La verdad era que cuando pensaba en la sensación sentía un extraño cosquilleo en el estómago. Mordí mi labio inferior y cerré mis ojos.
- Fue genial, gracias –dijo Sofia en la entrada. Abrí los ojos y Normani ya estaba frente a mí.
- ¿Piensas en ese beso? –preguntó. Sentí como mis mejillas rápidamente se encendieron. Negué con la cabeza y élla sonrió- Hubieras visto la cara de todos cuando ustedes se besaban.
- ¿Por qué? –dije intrigada y apenada.
- Bueno, al principio pensamos que la golpearías o algo. Pero luego notamos cómo se movían sus labios. Parecían un par de tortolitas enamoradas y este era su primer beso de verdad.
- Yo… es que bueno, quería que se sorprendieran de nuestros dotes al besar –dije levantándome.
- Pues… lograron convencernos de sus dotes eh –dijo Normani.
- Bueno, es que… -yo no sabía qué decir.
- Te gustó el beso admítelo –dijo y se acercó a mí. Yo agaché la mirada y sonreí tímidamente.
- Admito que fue un gran beso –dije por fin.
- ¡Vaya… lo sabía! –dijo feliz- Lo bueno es que a mí me tocó contigo Sof.
La aludida sonrió y se sonrojó. Ella se acurrucó con élla y yo les sonreí y entré al cuarto cerrando la puerta tras de mí.
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“Espero hayas tenido un gran día, heroína mía. Hoy ha sido un día lleno de nuevos proyectos en mi vida, unos buenos… otros interesantes. ¿Qué tal te fue a ti?” –envié y me comencé a poner la pijama.
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Ya cuando me recosté sentí cómo la cama vibraba con su tono especial. Escuché cómo la puerta se abría y era mi hermana que entraba silenciosamente.
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- Oye… -me dijo mi hermana.
- ¿Qué pasa? –pregunté desinteresada.
- Quisiera… bueno… Normani quiere hablar contigo –dijo con ambas manos como si hiciera una oración.
- ¿Y luego, de qué? –pregunté, Normani asomó su cabeza por la puerta con una sonrisa tímida. Sofia salió del cuarto y élla se sentó sobre mi cama, yo salí de las sábanas y crucé mis piernas, abracé una almohada.
- Yo… he hecho un intercambio –dijo como si supiera a qué se refería.
- ¿De qué hablas? –pregunté confundida.
- Te intercambié a ti… por mí –dijo sonriendo.
- ¡Normani, dilo ya! –pedí desesperada.
- ¡Yo dormiré aquí y tú dormirás con Lauren, bueno no con élla pero sí en el camarote! –me gritó.
- ¡¿Estás loca?! –pregunté incrédula- ¡Claro que no!
- ¡Vamos! Prometo no tocar a tu hermana –pidió.
- ¡Eso es lo que menos me importa! –dije- ¡Por mí hagan lo que quieran!
- Sabes que si me la llevo yo, Lauren se vendrá aquí… así que quieras o no, uno tiene que cambiar.
- ¡Normani, no hagas esto! –pedí frustrada.
- ¿Por favor? –me dijo con sus ojos Negros brillando y sus labios fruncidos, era todo un chipil esta chica.
- ¡No! –grité- ¡Esa es mi última decisión!
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Al final de una larga discusión no sé cómo pero ahora me encontraba frente la puerta del camarote de Normani y Lauren, con mi almohada en la mano y una sábana en el otro. Toqué la puerta y nadie respondía, volví a tocar y se escuchó un…
- ¿Perdiste tu llave o qué? –desde dentro. Abrió la puerta y se sorprendió al verme allí parada con el cabello enmarañado y los ojos aún pintados.
- ¿Qué haces aquí? –preguntó bastante confundida.
- Dormiré aquí –dije y entré sin preguntarle nada, caminé a la recámara y allí estaba la cama de Normani perfectamente arreglada. Quité las cobijas de encima y acomodé mi almohada. Me senté sobre ella y me puse a leer el mensaje que tenía.
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“Pues… fue extraño mi día, linda. Comenzó mal, continuó interesante y termina bien. La verdad es que también estoy experimentando nuevas cosas, Pero no me casare con nadie eh.” –comencé a reírme y noté que Lauren entraba al cuarto.
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- ¿Normani dónde está? –preguntó sentándose frente a mí.
- En mi camarote, pidió quedarse allí y me corrieron a mí –dije inocentemente tratando de responder el mensaje.
- ¿No pensaste en irte con tu prometido? –preguntó mirándome.
- Bueno… -bajé el celular. Quité mi almohada y la sábana.
- ¿Qué haces? –dijo confundida.
- No quieres que me quede, para qué estar aquí contra tu voluntad –dije tomando mis cosas y caminando hacia la puerta del cuarto.
- Yo no dije que te fueras, solo te hice una pregunta.
- No importa - dije pasando hacia la salita.
- ¡Espera! –se escuchó desde el cuarto. Estaba parada con mis cosas en la mano. Élla se acercó a mí y tomó mis cosas- Quédate –susurró. La miré y sentí como mi corazón latía a un ritmo extraño. Caminé hacia el cuarto y élla comenzó a mover los muebles.
- Si te vas a quedar aquí, dormiremos a la Jauregui –dijo sonriente.
- ¿Cómo es esa forma? –pregunté con una sonrisa en mis labios. Al final las camas estaban juntas y el buró estaba a mi lado. La lamparita estaba medio quebrada porque al élla se le calló. Abrió el closet y se desplegó una televisión de pantalla plana. Esto era sorprendente.
- Sube y espérame aquí –dijo sonriente.
- Hecho –dije y subí a la cama. Me puse en mi lado y crucé mis piernas. Empecé a buscar el borrador del mensaje que le enviaría a “ella”. Pero noté que no tenía nada de señal. Mi celular había muerto. Lo dejé a un lado y comencé a cambiar de canal. Lauren llegó con un tazón con palomitas y dos vasos de refresco de cola.
- ¿Te gustan? –preguntó.
- Claro –dije sonriente.
- Dame el control… hoy veremos una película de miedo –anunció. Yo solo asentí.
Odiaba las películas de miedo, nunca pude ver una. La verdad les tenía mucho pavor. Lolo la puso y comenzó. Estuvimos atentos a ésta y de vez en cuando Lauren la paraba para ir por más palomitas. Odiaba cuando se iba, me la pasaba pasaba mirando a mi alrededor temiendo que algo se me apareciera o que algo tocara mis pies.
- ¿Estás bien? –dijo élla cuando entró.
- Sí, ¿por qué? –pregunté tomando un poco de soda.
- Camz, estás pálida –dijo riendo.
- Estoy bien Lolo –dije tratando de parecer lo más valiente posible. Le puso play y la película llegó a su climax principal. En todo el rato me la pasé cerrando los ojos pues ya no aguantaba el miedo que tenía. Élla de vez en vez me miraba y reía, pero no me decía nada. Al término de esta apagó el televisor y fue a dejar las cosas en la mesa de la cocina, cuando regresó sacudimos la cama y apagó la luz.
.Yo no podía ni cerrar los ojos, me la pasaba mirando y mirando la puerta. Tenía tanto miedo que me comencé a alejar de la orilla y me fui acercando más a Lauren, quería estar cerca de su espalda. Seguí moviéndome hasta que de repente sentí cómo me encajaban las uñas en la espalda.
- You’re gonna be mine –dijeron con voz diabólica cerca de mi oído.
- ¡Ah! –comencé a gritar y a moverme como loca. Estaba tan asustada que comencé a llorar desesperadamente.
- ¡Camila! –gritaban cerca de mí- ¡Camz, Camz soy yo Lauren, Lolo! ¡Cálmate! –dijo cuando detuvo todos los golpes que estaba soltando- ¡Camila, soy yo! –dijo abrazándome. Me acurruqué en su pecho y seguí llorando un poco. Me sentía tan apenada y mi corazón no dejaba de saltar. Seguía llorando y sentí cómo élla comenzaba a achipilarme.
- Sh… sh… sh… -susurraba- tranquila, esta bien. No llores, solo jugaba. No fue en serio. No quise asustarte tanto.
- Pues… lo lograste, casi muero del susto Lauren –dije aún sollozando.
- Lo siento –dijo besando mi cabeza. Estuve en sus brazos hasta que me calmé, luego analicé la situación y noté que seguía demasiado cerca de élla.
- Hem… creo que ya estoy bien, ya me puedes soltar –dije nerviosa.
- Oh, sí lo siento –dijo soltándome. Nos recostamos y estábamos espalda con espalda. Traté de cerrar los ojos pero no podía. Puse mi celular en la lista de reproducción y comencé a tararear ciertas canciones. A veces escuchaba como Lauren también las tarareaba. Luego de notar que eran más de las cuatro de la mañana lo apagué y cerré mis ojos. .En mis pensamientos revisaba la noche. Recordé cómo Lauren me besaba y cómo Dean lo hacía. También recordé cómo ambos me hacían reír y cómo ambos se esforzaban por tratarme bien. Esto era tan incómodo. Estuve pensando tanto en el beso que se me salió decir: .
- Fue lindo –en un susurro. Lo dije tan quedito que pensé que no me escucharía si aún seguía despierta.
- Para mí fue interesante –contestó también en un susurró.
- Pensé que ya estabas dormida, por eso lo dije –dije apenada.
- No… no puedo dormir teniéndote aquí, a mi lado.
- ¿Por qué? Yo no soy capaz de asustarte –le dije. Élla rió y se giró hacia mí. Yo también me quedé mirando ese pequeño brillo que sus ojos desplegaban.
- Bueno, es que… he tenido chicas y chicos en mi cama. Pero nunca he estado tan cerca y tan lejos de una.
- ¿Te refieres a que nunca has dormido con alguien sin tener sexo? –pregunté levantando una ceja.
- Exacto, a menos que sean las chicas de mis amigas, sus familias o parte de la mía –dijo.
- Pues yo tampoco, de hecho yo… yo… bueno. Tú sabes –dije y cerré los ojos.
-¿Nunca has? –preguntó apenada también.
- No –dije sinceramente- me da miedo –admití.
- ¿A qué le tienes miedo? –preguntó.
- No lo sé Lauren, son tantas cosas. Nunca me he entregado a un hombre o Mujer de esa forma.
- Vaya, una chica de veinte siendo virgen y está en mi cama, que extraña posición para mí.
- Que está a punto de casarse recuérdalo –le dije y élla sonrió.
- Vaya… una prometida de veinte, virgen y le gusta cómo beso… sigo diciendo que todo se me da en bandeja de plata –yo me comencé a reír. Élla también estaba riendo y luego suspiramos al mismo tiempo. - ¿Dean es un buen tipo? –preguntó.
- Se ha estado portando bien –le dije-, se esfuerza por complacerme y hacerme feliz –admití.
- Espero que realmente lo haga –dijo mirándome- No soportaría que te lastimara –su mirada algo grisácea estaba puesta en mí.
- Yo tampoco soportaría que Kelly volviera a herirte –confesé-. Si ella se atreve a dejarte por un tipo baboso cualquiera, te juro que la mataré –le dije con una voz amenazadora.
- Gracias Camz –dijo sonriendo un poco.
- De nada, Lolo –dije. Estuvimos aún allí sin decir nada y luego sentí cómo su mano alcanzaba la mía. Estuvo jugando un rato con ella, se burlaba de que era muy pequeña comparada con la de élla. Luego la pasó a mi mejilla, yo la miraba y élla también me miraba.
- Eres muy bonita –me dijo- no entiendo como este tipo te logró conquistar.
- Gracias –le dije-, yo era tonta e inexperta. Me enamoré de él cuando lo conocí, era tan lindo y atento. Siempre me decía lo que quería escuchar y cuando me encontraba en problemas, él era el único que me daba la solución o me ayudaba a encontrarla. Me ayudó mucho cuando mi madre murió.
- Entiendo –dijo- en ese entonces era un buen tipo. Sabes, eres una gran chica y aunque tengo muy poco tiempo de conocerte, has abierto tu corazón conmigo y sé que es muy hermoso. No dejes que nada ni nadie lo pisoteé. No soportaría verte mal, eres bonita, inteligente, talentosa y además tienes un gran sentido del humor, ¡no hay nada que un Chico o Chica o lo que sea pida algo que tú no tengast!
- Gracias –dije apenada. Élla seguía acariciando mi mejilla. Se acercó a mi cara y le dio un beso a mi frente
- Te quiero mucho Camz –dijo en mi frente. Me rodeó la espalda con sus brazos y me apretó a élla.
- Yo también te quiero Lolo –dije respirando ese dulce, pero a la vez tan exquisito olor que se impregnaba en mi corazón. Rodeé su cintura con mis brazos y puse mi cara bajo su barbilla, era extraño pero podía escuchar su corazón. Latía de una forma uniforme y rítmica. Así estuve hasta que me quedé dormida.