Capitulo 37

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Narra Camila
Entré de nuevo y ayudé a mi padre a bajar las cosas de la camioneta. Luego de eso entré a mi habitación y vi que allí estaban las cajas de mis cosas. La habitación era grande y espaciosa, tenía una pequeña terraza que daba al jardín trasero, perfectamente podría saltar desde mi terraza a la piscina. Eso lo intentaría después.

Abrí una puerta que allí estaba y era un baño solo para mí, ¡genial! Ya no discutiría con Sofia sobre eso. Me recosté en la cama y abracé una almohada que allí se encontraba. 
- Hola -dijo mi padre en la entrada del cuarto. 
- Hola -respondí. Él entró y se sentó sobre mi cama. 
- Siento tanto que hayas tenido que pasar por eso. 
- No importa ya -dije. 
- ¿Por qué lo hiciste? -preguntó. Yo miré mi celular, aún tenía la imagen de Lauren de fondo. 
- Por amor, supongo -dije. 
- Hija, conociste a esa chica hace un mes... diste todo... todo... por ella, Casi... mueres... 
- No solo lo hice por ella, lo hice por todos. No podía dejar que los lastimaran, no permitiría que tocaran a mi familia - me senté, crucé las piernas frente a mí. 
- ¿Por qué sufrir algo tan... grave? 
- Papá... no quiero hablar sobre esto... nunca. Ya pasó... no quiero volver a hablar sobre ese barco, no quiero volver a hablar sobre Dean, no quiero volver a... hablar, de esto. 
- Es tu decisión hija, pero... prométeme... que no me ocultarás nada más -pidió. 
- Lo prometo -dije rápidamente, él entrecerró los ojos. 
- No lo prometas por que te lo pido, promételo porque en verdad lo harás. 
- Te he dicho que lo prometo -le dije y lo abracé. Él me estrechó en sus brazos y acarició mi cabello. Luego de un gran suspiro, se levantó y se puso en la puerta. 
- ¿Quieres dormir un poco? -preguntó. 
- En realidad no -dije con media sonrisa-, simplemente quiero desempacar, escuchar musica a todo volumen sin que me regañes, y comer muchísimos Hot-Cakes. Muero de hambre -le informé. 
- Cierto, acerca de eso... el doctor nos dijo que... tendrías cierta dieta, pues debido a esa semana y tanto sangrado... pues... 
- Oh, pues dame lo que dijo el doctor y listo -dije con media sonrisa. 
- Bueno, ahora voy a la cocina -dijo y bajó sonriente. 
- Oye papá... -se detuvo- ¿dónde terminó Dominó?
- Está en el jardín -respondió y yo sonreí emocionada.

No sabía cómo me sentía en estos momentos. ¿Triste? No, todo había acabado de una vez por todas. ¿Débil? No, ya había descansado lo suficiente. ¿Mujer? Mmm... ¿eso cómo se siente? La verdad es que no sentía absolutamente nada, esta semana había acabado con mi corazón. Cada sentimiento había sido destrozado de una forma salvaje y atroz. Se podría decir que en estos momentos estaba seca. 

Mi padre me trajo el minicomponente que me había comprado y con una especie de conexión especial, lo conectó al enchufe de la luz que había en mi cuarto. Me gustaría comprar unl disco nuevo. 

Bajé las escaleras trotando y entré a la cocina con una gran sonrisa. Mi hermana estaba sentada en el comedor admirando la gran cocina que teníamos. 
- Hola -le dije sonriendo. 
- ¡Camila! -dijo y corrió a mis brazos, lloró en mi hombro y luego me besó la frente- Lo siento tanto, ¿por qué no me dijiste nada? -la miré sin ninguna expresión. 
- Porque no deberías saberlo... no era el momento -dije. 
- ¿Cuándo me dirías, cuando estuvieras muerta? -preguntó, suspiré y caminé un paso hacia atrás. 
- Sof, deja de... molestarme... no necesito un juez, no necesito... a mi verdugo... necesito... a mi hermana -mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. 
- Lo siento -dijo ella y se lanzó a mis brazos- Prometo no sacar este tema, jamás. 
- Gracias -dije- Ahora prepárate unos hot-cakes... tengo hambre -dije empujándola. 
- No hay comida en ningún lado -dijo abriendo la nevera, estaba vacía- yo también tengo hambre. 
- ¿Qué comeré? Me merezco algo bueno -dije abrazándola. 
- ¿Quieren ir a comer algo? -preguntó mi padre amablemente. 
- Claro -dijimos ambas. Ella tomó mi mano y caminamos a la puerta, Louis ya estaba afuera. Atravesamos el jardín y puse la mano en la puerta de la camioneta. 
- Hem... caminaremos -dijo mi padre. Miré a mi hermana y ella desvió la mirada. 

Estuvimos caminando por cinco minutos y por cada casa que pasábamos yo me quedaba maravillada. Este vecindario era realmente hermoso. Yo me había enamorado de él, pasamos por un parque muy bonito y había niños jugando tranquilamente. 

Paramos frente a una casa color azul y con una cerca color blanco. Mi padre entró sin decir nada y mis hermanos lo siguieron, yo pasé dudosa pero los seguí. Él tocó el timbre y al cabo de medio minuto, Angie nos atendió. 
- ¿Angie? -dije dudosa. 
- Hola -dijo sonriente- pasen -indicó con la mano. 
- ¿Qué? -dije aún confundida. 
- En cuanto comas te lo explicaremos -dijo la chica. Yo trataba de ser amable y no molestarme debido a la falta de datos en las pláticas de mi padre. Pero yo tampoco había sido tan honesta últimamente. 

Entramos a la cocina y la señora Katy, estaba preparando algo que olía realmente delicioso. Cómo es que acabábamos de llegar y ella ya estaba cocinando algo... 
- Hola -dijo mi padre y se acercó a la señora y le dio un beso. Yo me quedé en blanco viéndolo pero no dije nada, solo miré hacia otro lado. 
- Ya casi está lista -dijo y siguió meneando algo en la cacerola. 
- Iré... a tomar algo de aire -le dije. 
- Yo iré contigo -se ofreció Angie. 
- Nosotros también vamos -dijo Louis, incluyendo en sus palabras a Sofia. 
- Vamos pues -dije y caminé hacia la puerta. 

Atravesamos la calle y nos sentamos en unos columpios cercanos que estaban vacíos. Angie y Sofia estaban a mis lados y Louis estaba dándome vuelo. 
- ¿Quieren explicarme... qué pasó allí en la casa? 
- Bueno, tu papá lleva saliendo con mi mamá cerca de seis meses, esto... se torna algo serio y... los trajo a todos aquí para que se fueran acostumbrando a la idea de... una boda... 
- ¿Tú lo sabías? -le pregunté a Sofia. Ella asintió. 
- Sí, sólo que no sabíamos cómo responderías... -dijo Louis a mi espalda. 
- Pues sólo te diré que... me alegra que papá haya encontrado alguien especial. ¿No que eras mexicana? -le pregunté a Angie. 
- Lo soy... bueno mitad mexicana, mi madre lo es. Mi padre es de aquí -dijo ella sonriendo. 
- ¿Y sí eres fan de Fifth Harmony o solo lo inventaste para acercarte a mí? -pregunté. 
- Claro que lo soy, y también amo a Lauren... eso es una total verdad -dijo ella. Me puse un poco celosa, cómo querer a mi futura hermanastra si ella amaba a mi... ¿exprometida? Miré mi mano y vi que traía el anillo puesto. Me sorprendí tanto que me caí del columpio. 
- ¡Camila! -gritaron todos. 
Estaba tirada en la arena y ellos se acercaron a mí asustados. Yo me comencé a reír, ¿quién se cae de un columpio? Ellos se acercaron preocupados y se pusieron a mi lado. 
- Creo... que tengo mucho tiempo sin subir a un columpio. 
- Un poco de equilibrio te hizo falta -dijo Angie riendo. 
- Cierto -dije riendo también- ¿Alguien podría decirme lo que en realidad quiero saber? 
- ¿Qué? -preguntó mi hermana. 
- Lauren estuvo contigo desde que se enteró lo que Dean y Kelly te hicieron, estaba destrozada... le molestó un poco que no le dijeras la verdad, pero ahora... creo que te extraña -dijo Louis- La sudadera es de ella y le pidió a mi padre que te dejara conservar el anillo. 
- Ah -dije- ¿Qué pasó con Normani hermanita? 
- Bueno, no... he hablado con ella. Después del malentendido... quedamos como amigas y nos dimos un abrazo pero... no se aclaró nada. No sé si ya no somos nada. 
- Deberías hablar con ella... se nota que te quiere y tú... cabecita dura, no me hacías caso cuando te dije que Mani no tenía nada que ver con lo que me pasaba.
- Ya, no quiero hablar de eso... me haces extrañarla -dijo ella agachando la mirada. 
- Llámala -le di mi celular. Ella lo tomó y sonrió, pero luego me lo regresó. 
- No... mejor otro día, hoy debe de estar cansada.
- Mañana sin falta -le dije y me levanté de la arena- Tengo hambre -dije honestamente, todos rieron y se levantaron después de mí. 

Estuvimos en la casa de la familia Carter durante algunas horas. La comida que había preparado era deliciosa y se portaba muy amable con todos nosotros. La señora me agradaba. 

Al terminar decidimos irnos, la puesta de sol estaba muy hermosa. Subí a mi terraza y comencé a tomar fotos de todo. Mi celular comenzó a vibrar y timbrar con la canción especial indicantome un mensaje de mi amada Michele. 

Mi corazón se aceleró y corrí a mi escritorio para poder tomarlo y leerlo. 

"Hola Camila. Es un hermoso nombre, espero estés realmente bien. No pude responder ayer por que no tuve el valor suficiente. Espero me perdones. Realmente ruego que te encuentres bien, moriría si no me respondieras..." -recibí. Michele era tan tierna y pues, es verdad ayer le había mandado un mensaje realmente importante. 

"Hola Michele. No te preocupes, estoy bien y creo que desde hoy todo mejorará. Ya estoy en Londres y los tipos esos se pudrirán en la cárcel. Mi exnovia supo la verdad y mi familia y amigos, están concientes de lo que pasó en realidad. Espero hablar algún día con Lauren" -envié. 

"Sé que todo se arreglará... una chica como tú existe una en mil millones. Si ella te ama como yo lo haría, sería una tonta si no te apoyara" -recibí. 

"Michele, eres un gran Mujer. De verdad no sé de donde saliste, a veces pienso que eres un ángel enviado por un ser superior para protegerme. También te has convertido en mi conciencia, me has ayudado en mucho" -envié. 

"No tienes nada que agradecer... prometí estar para ti siempre y aquí me tendrás cada que lo necesites, amor" -recibí. 

¿Amor? Eso no me lo esperaba... me incomodó un poco no pensaba decírselo. 

"Gracias, por todo lo que has hecho por mí. Quisiera que Lauren fuera como tú, por lo menos en este aspecto... no la comparo, la amo tal y cómo es. Es solo que me da tanto miedo enfrentarla ahora que sabe toda la verdad" -envié. 

Me recosté en la cama y abracé una almohada. 

"Pues esperemos que reaccione de la mejor manera posible, entienda lo que pasó, te comprenda y esté dispuesto a aclarar todos sus sentimientos contigo. Que te diga lo hermosa que eres por dentro y por fuera, que te haga saber lo mucho que te quiere y que no le de vergüenza ni miedo decirte que "eso" que pasó, no es nada comparado con el gran amor que siente por ti, que velará por ti, que eres lo más importante para ellal y que no hay nada que no quiera más que abrazarte y decirte cuanto te ama" -recibí. 

Michele se estaba comportando extraña, desearía realmente que sus palabras fueran ciertas y que Lauren me dijera todo lo que ella dijo. 

"Ruego por que tus palabras se cumplan" -envié. 

"Se cumplirán, lo prometo. Camila tengo que decirte algo importante... me gustaría conocerte, vivo en Londres también y cuando supe que venías me puse de lo más contenta. ¿Me permitirías conocerte?" -recibí. 

¿Conocer a Michele? Por supuesto que sí. Pero no iría sola, no quería que pasara nada parecido a lo que pasó en el barco. Le pediría a mi hermana que me acompañara. 

"¿Conocerte? Claro que sí, pero por favor... que sea en un lugar bastante conocido y con mucha gente, sabes lo que me pasó, es genial que vivas en Londres, ya tengo una amiga aquí" -envié. 

"No haría nada para dañarte, Camila. No tienes idea de lo que haría por protegerte. Claro, yo siempre seré tu amiga. ¿Te parece si nos vemos mañana en el Starbucks del centro, Calle Benet núm. 234 a las 7 pm?" -recibí. 

"Me parece perfecto, llevaré una un gorro negro y una camisa azul marino sin mangas, también unos jeans negros y unos converse negros, tengo ojos verdes y cabellera castaña, para que me reconozcas, ¿tú qué llevarás?" -envié. 

La verdad es que me causaba cierta ilusión conocer a mi amiga misteriosa. Que tal si era una chicas realmente hermosa, no... la verdad no sería tan hermosa como mi hermosa Lolo. Pero igual y me emocionaba conocerla. 

"Me reconocerás al instante de verme. Espero y no te decepciones de mí. Te quiero mucho Karla Camila Cabello Estabao, que descanses, ya estoy ansiosa por que sea mañana" -recibí. 

"Yo también estoy muy emocionada. Te quiero mucho Michele, gracias por todo. Que descanses y te veo mañana"

¿Destino?.- CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora