Capitulo 3.

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Capitulo 3

Que deliciosa está esta pizza, pero aun así estoy bastante cabreada por Harry y su invitación ¿Por qué narices me invita? No entiendo nada, solo sé que si quiere caerme bien ese no es el camino.

Noté vibrar mi teléfono y PEERO QUE NARIIICES ¿SON LAS 3AM? Imposible debí quedarme dormida, pero lo peor estaba tras el mensaje que acababa de recibir…

*Elis, no quiero que te asustes pero por favor ¿puedes venir al hospital?  Peter.

NONONONO, ¿qué ha pasado? ¿Por qué esta mi hermano aquí? ¿No se supone que no vendría y pasaría las navidades en Glasgow con “mi” padre?

Bueno ahora no hay tiempo de pensar en esto, me dije a mi misma a la vez que me ponía algo de abrigo y cogía mis llaves.

No podía dejar de comerme la cabeza con esto de camino al hospital...espero que todo esto no tenga que ver con mama…

Mi pensamiento era más bien de convencimiento* mama no tendrá nada que ver*Me repetía una y otra vez en mi cabeza.

Hasta que muerta de frío pude ver el coche de mi madre en el aparcamiento del hospital, respiré profundo, igual solo era un coche del mismo modelo…pero no, joder, esa era su maldita matricula.

Cogí aire y entre por una de las puertas de la fachada de ese lúgubre edificio antes blanco. Lo primero que mi vista vio fue una mujer detrás de un mostrador de mediana edad, parecida a mi madre y con una expresión alegre en la cara, asique me acerqué a ella decidida a preguntarle sobre mi hermano.

-Perdone, ¿podría ayudarle? Me dijo con una sonrisa amable, que al parecer intentaba calmar la preocupación reflejada en mi rostro.

-S-si ¿Por favor sabe dónde puedo encontrar a Peter Henrry? Me temblaba la voz solo con hacerme la idea de que algo malo le pudiera haber pasado a mi madre.

-Sí, acompáñeme, su hermano me dijo que vendría así que la acompañare a la sala como él me pidió.- Sin ninguna duda era lo que necesitaba una muestra de cariño y amabilidad. Y aunque una secretaria no era lo que tenía pensado, me servía.

Cuando la amable secretaria me señalo una puerta de madera marrón, al fondo del pasillo, asentí y sonreí como pude,  se debió dar por agradecida, yo no estaba lista para nada y menos dar las gracias.

Respiré profundo antes de abrir la puerta, en ese pequeño segundo recorrieron mi cabeza numerosas imágenes de lo que podría encontrarme tras esa puerta, pero todas ellas desaparecieron cuando vi a mi madre en aquella camilla.

Mi alma se vino abajo, mientras observaba la cantidad de tubos y maquinas  que salían de su cuerpo. Cuando recupere la compostura me gire para encontrar a mi hermano sentado en una butaca a su lado.

Mi mirada debió hablar por mí, por tanto no fue necesario preguntar a Peter él solo comenzó a hablar.

-Verás Elisabeth, ya sabes que no iba a pasar las navidades con vosotras, yo no quería por nada del mundo que mama se enterase de que el culpable era papa, pero él mismo se lo hizo saber. Por tanto mama se presento hoy en Glasgow, en nuestro piso. Yo no tenía ni idea de que vendría por tanto no estaba ahí.-Paró para tomar aire y limpiarse las lagrimas, ¿Lagrimas? ¿Qué narices? Mi hermano nunca antes ha llorado delante de mí...me estoy empezando a asustar.

Menos mal que mi hermano carraspeó y me saco de mis horribles pensamientos.

-Bien, pues ya eran las 20.30pm cuando llegue a casa, como un día normal, yo ya había cenado puesto que papa siempre esta fuera de casa y no se suele preocupar de mí. Pero bueno, a lo que iba. Entré y vi sangre en el sofá, comencé a asustarme y a llamar a papa por todos lados, el no estaba. Lo único que pude ver era una nota en la cocina

*Siento haber hecho todo esto, pero como llames a la policía acabaré con todas las pruebas incluido tú*

-No podía ser ¿qué narices había hecho mi padre para decirme eso?  Mi pregunta fu respondida, entre al dormitorio, y ahí estaba...estaba...mama, así...

Vi como mi hermano se estremecía solo de recodar todo esto, asique me acerque a él y lo abracé, yo sabía la clase de padre que tenía pero esto, era demasiado, hasta para él.

Cerré los ojos varias veces antes de decir nada, esperaba que todo esto fuese una maldita pesadilla, pero no, al abrir los ojos, seguía en aquella sala pequeña y con poca luz.

Cuando reuní las fuerzas suficientes para articular una sola palabra, me dirige a mi hermano, no enfada ni mucho menos, esto no era su culpa, pero si algo molesta.

-Peter, ¿Cómo es que condujiste hasta aquí? Podrías haberla dejado en el hospital de Glasgow. Era más cómodo ¿no? -De verdad que me esforcé por ser amable, pero no podía, esto era demasiado, incluso para mí.

-No sabía qué hacer pensé que allí no estaría segura, con papa rondando la ciudad -Tartamudeó 

StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora