Capitulo 22

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[Tres semanas después]

Esto se estaba haciendo muy pesado, llevaba dos semanas enteras entre libros para recuperar las 4 asignaturas que me quedaban pendientes y todo por Harry, yo no quería estudiar nada, me iba a ir a ejercito, pero claro se ofreció a ayudarme a estudiar y quien se resiste a eso. Aún me quedaban tres exámenes que me ocuparían dos días, pero hoy tenía otros planes en vez de estudiar...

Cuando Harry entrara por la puerta de casa, yo estaría directamente en la cama desnuda, así sin darle más motivos, y si intentaba sacarme de la cama a la fuerza acabaría cayendo al verme sin ropa, y por lo contrario si se metía a la cama con la intención de estudiar desde allí, en fin, estaría desnuda ¿qué clase de tío se iba a contener al estar en la misma cama de una mujer sin ropa y con ganas de sexo? Exacto ninguno, y mucho menos Harry.

Cuando oigo la puerta corro hacia mi cama y me quito la ropa interior con tan mala suerte que la voz que se escucha al fondo del pasillo es la de mi madre y viene en mi dirección, y obviamente no he cerrado la puerta y obviamente no me he metido entre las sabanas...

-Em mamá no entres!- Chilló corriendo hacia la puerta de mi habitación haciendo que se cierre antes de que mi madre vea nada.

-Elis, cariño si estás con Harry no pasa nada, por cierto Hola Harry, ¿por qué es Harry con el que estás verdad? ELISABETH?- la dejo a mi madre unos 2 minutos para que reflexione y el timbre suena, y mierda joder es Harry.

-Oh Harry querido, estás aquí y no en la habitación, quizá debas entrar a ver que pasa.- oigo a mi madre y me altero y busco mis bragas por toda la habitación y ¡¡¡¡¡JODER AHORA ENTIENDO PORQUE UNA HABITACIÓN DEBE ESTAR ORDENADA!!!!!!

-Elis bebé, ¿estás bien?- dice Harry y noto como se acerca a la puerta y casi puedo notar su respiración en mi es más, siento que puedo notar su mirada en mi.

En ese momento no se como ni porque mi corazón impulsa mis brazos para abrir la puerta, la necesidad de tenerlo cerca, de estar junto a él. Y así es como abro la puerta sin detenerme es ese pequeño, PEQUEÑO detalle de que mi madre también estaba, y que bueno, estaba nada más y nada menos que como Dios me trajo al mundo.

-¿PERO CON QUIEN COJONES ESTABAS?- entra Harry de mal humor y echándome a un lado de la habitación y malhumorado entra hasta el baño y mira debajo de cada sabana de la cama, en es momento mi madre se había esfumado, supongo que  se dio cuenta de que sobraba.

-QUE ME DIGAS QUE PASA AQUÍ.¿QUE HACES DESNUDA?-

-Ya ves, una no puede ni estar desnuda por su casa..- digo intentando quitarle importancia a todo esto, y en cierto modo, no me da la gana decirle porque estoy desnuda, no hay motivos de que se ponga así joder, no somos nada.

Y quizá ese sea el problema, que no somos nada, que no podemos echarnos cosas en cara pero en cambio lo hacemos, porque no tendremos la palabra "novios" entre nosotros como definición pero nos queremos y necesitamos como uno de ellos, como si  nuestra existencia estuviera solo y únicamente con el otro. Como si por no verle un día tu respiración comenzara a hacerse pesada, y llegar a la noche sería todo un desafío si no estas entre sus brazos, o mejor aún, entre sus piernas.

StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora