Capitulo 4 2/2

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VISTA DE HARRY.

No sé como empezar a hablar con ella, es tan difícil, no hemos hablado tanto como para tener la confianza necesaria. No al menos para hablar de por qué llora.

Vi como Elis intentaba tranquilizarse quitándose las lágrimas de los ojos. No le entiendo nadie debería estar llorando, no de esa manera, no ella, no en un hospital a las siete de la mañana…

-Humm, bien Harry yo-yo...-tartamudeo sin apartar la mirada del suelo. Cuando me gire para escucharla ella luchaba para no volver a llorar, pero fue imposible, una lágrima resbaló por su mejilla.

Esto me estremeció, llorar no le pega para nada, ella es más orgullosa que esto, calculo que nunca antes haya llorado delante de otra persona ¿Debería sentirme especial? Pues no, sinceramente esto me asustaba, y para nada me sentía bien, todo lo contrario.

-Elisabeth de verdad que no pasa nada, es bueno desahogarse de vez en cuando-

-Tienes la razón, desahogarse está bien, por no contigo, no te conozco. Bueno algo sí y es lo justo para saber que no me agradas. Suficiente que acepté tú muestra de afecto, devolviéndote el abrazo, ahora por favor vete- Sus palabras salieron muy frías y cortantes, lo mejor que podía hacer era dejarla sola.

-Está bien, le diré a los profesores que estas enferma, adiós.-

Antes de irme pose mis ojos en ella una vez más, está destrozada, completamente. Cuando me giro para salir de esa oscura habitación noto su agarre en mi brazo

-No espera Harry, no quise, bueno ya sabes, decir eso. Solo  quiero estar sola, por favor.-Vaciló unos segundos antes de volver a hablar. –Bueno, y gracias por lo de antes, supongo.-

-Está bien Elisabeth, no te preocupes si necesitas algo estaré hasta la hora de las clases en la cafetería, adiós.-

Ella sonrió, impresionante, le hice sonreír. Cuando me miró directamente a los ojos – Puedes llamarme Elis- Con las mismas se dio la vuelta y se sentó en aquella mesa llena de pintura seca.

Cuando salí de la pequeña sala en obras pude escuchar como volvía a llorar, esto envió un escalofrío por todo mi cuerpo.

VISTA DE ELISABETH.

*Elisabeth, eres realmente estúpida, como se te ocurre llorar delante de este idiota, bueno no es idiota el solo fue amable después de todo.*

Salí de mis pensamientos y recordé el motivo por el que estaba aquí, dios , no es Harry, es mi madre, está hospitalizada y no paro de pensar en él ¿Qué CLASE DE HIJA SOY?

Una vez puesto en duda lo mala hija que soy, me quite las lágrimas y salí de aquella roñosa sala a la que Harry me trajo, en verdad, era muy tranquila pero tanto polvo por las obras me hacía llorar incluso más.

Tras cerrar la puerta, algo me detuvo, un recuerdo posó por mi mente. Éramos nosotros: Papá, mamá, Peter y yo, en nuestras últimas navidades juntos, parecíamos una verdadera familia, abriendo regalos sonriendo, y lo más importante juntos…

Este recuerdo me apretó el pecho, como si me faltara aire para respirar.

 Una vibración en mi bolsillo me sacó de este recuerdo.

*¿Dónde estás? ¿Todo bien? Llegas tarde a clase. Joshxx*

Este chico es un encanto, ¿pero qué hora es? Oh, no son las 10,30am las clases empezaron hace dos horas. Qué triste, llevo tres horas llorando. Quizá debería salir a despejarme un poco.

Ya veía luz al final del pasillo, pero una sombra negra estaba apoyada en la puerta principal debo admitir que algo me asuste, además se oían ruidos.

Oh, genial, son ronquidos. No me lo puedo creer ¿Quién se duerme a la entrada de un hospital?

Para mayor sorpresa, pude distinguir unos rizos, rizos que me parecía familiares..

-¿Harry?-

-Mm, sí, ¿Estás mejor?-  La imagen que se estaba reproduciendo delante de mí fue de los más gracioso, él luchaba por abrir los ojos mientras se colocaba los rizos.

-Sí gracias, estoy mucho mejor, y tú ¿no fuiste a clase? –Por dios Elisabeth eres algo estúpida, si está aquí lógicamente no habrá ido.

El sonrío dándose cuenta de lo absurda que era la pregunta

– Bueno, pues no fui, además estaba cansado del trabajo ya sabes, la cafetería de un hospital es lo que tiene, hasta de noche está llena.-

Vaciló antes de hablar pero se le oyó susurrar- Además quería saber cómo estabas.

¿Durmiendo? –Dije entre risas.

Él se me unió, fue agradable oír su risa sobre la mía. Su grave tono de voz, además se ve muy sexy cuando aparta los rizos de su cara y los echa hacia atrás. Verdaderamente sexy.

-Bueno Harry, estoy bien ya puedes ir a clase o a donde quiera que vayas.- No pude mantener ningún tipo de contacto visual ya que era consciente de que la preocupación estaba reflejada en mis ojos. Podía estar riendo pero mi madre seguía ahí arriba.

-Claro, luego nos vemos Elisab...digo Elis- Se despidió mientas le ofrecí una sonrisa.

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El día se volvió de lo más aburrido, mi hermano se fue a nuestro apartamento a descansar mientras yo estaba con mama, quien estaba mucho mejor. Hablamos y reimos como nunca antes.

¿Sabéis eso que dicen”No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”?

Pues bien, yo pensé que podía llegar a perder a mi madre y me he dado cuenta que es lo que mejor que puedo llegar a tener y que no se merece lo que le hecho pasar estos últimos años.

No sé si era una disculpa o tan solo el hecho de que me importa, la cuestión es que pasamos una tarde muy amena, ella me contaba sus historias de joven, y de casada con mi padre cuando todo iba bien y éramos felices.

Cuando la noche amenazaba con empezar, llegó Peter interrumpiendo nuestra tarde. Pero mejor, yo necesitaba ir a casa a descansar mañana tendría que ir a clase.

StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora