Narra Sara:
¿Cómo podía contarle lo que sentía por él? ¿Y si me rechazaba? ¿Y si tan solo estaba siendo un juguete con el que distraerse? No, no podía pensar así, si no le importara no vendría a mi casa y se presentaría a mi madre, ¡a mi madre! No se como no me dio un infarto cuando lo miré allí, y mi madre tenía aquella estúpida sonrisa que decía claramente: “Estos acaban juntos”. Siempre hacía esa mueca cuando estaba con un chico que me caía muy bien, o simplemente bien. Mi madre tenía unas ganas de que tuviera novio... que ni ella misma se lo creía.
Justin carraspeó quitándome de mis pensamientos. Lo miré insegura e intenté reunir todo el valor del mundo. ¡A la mierda mi inseguridad!
-Te parecerá una tontería... o quizás no.- dudé.- Pero necesito confesarte que desde que te miré me sentí atraída por ti. Me da igual si me crees o no.- bajé mi vista hacia el suelo, sentía demasiada vergüenza.- Ya sé que me tenías secuestrada, eso no debería de ser sexy, que un ladrón te amenace, diga que va a usarte como rehén para poder robar el dinero de tu padre, te lleve a París alejándote de tu propia madre... Si tú no me
secuestraras y en lugar lo hiciera un viejo verde, te aseguro que estaría llorando todos los días, no colaboraría con él e intentaría no mirarlo. Pero... contigo me pasó algo extraño, me olvidé de que estaba secuestrada. Si, lo se, soy rara, ¿cómo podía olvidarme de eso en algunas ocasiones? Cuando supe que todo acabaría, no quería alejarme de ti, no quería ni pensar en ello, fue entonces cuando supe que estaba...
-¿Enamorada?- preguntó haciendo que volviera a mirar sus ojos.
Intenté descifrar que significaba aquella cara, necesitaba saber lo que pensaba. Oh, no... ahora escaparía corriendo, ¿o quizás vomitaría purpurina? ¿Un ladrón puede aguantar algo tan cursi como lo que acabo de decir?
Frenó en seco y agarró mi mano, ambas se entrelazaron, sentí su calor, yo estaba congelada, incluso temblaba, pero parecía que el frío ya cesara.
-Te aseguro que si no te quisiera, nunca te habría besado, seré un ladrón... pero también tengo sentimientos.
Mi corazón empezó a latir con fuerza, me daba la impresión de que él lo estaba escuchando. Aquella sensación en mi barriga era bastante incómoda, pero sabía que era una buena reacción. Agarró mi mejilla con la mano derecha y se acercó para besarme, fue un beso corto y simple, aún así, después de tocar sus labios, verle los ojos y sentir tanta pasión en una simple mirada, me hacía quererlo todavía más.
-Tuve una forma extraña de demostrarte que te quería, ¿no?- preguntó refiriéndose al secuestro.
No pude evitar reír.
-Fue original, seguro que a ningún chico que se le ocurrió nunca.
Volvió a acercase para probar mis labios, esta vez fue intenso. Abrí ligeramente la boca para empezar una batalla de lenguas, era asombroso poder besarnos al mismo compás. Agarré su chaqueta con fuerza mientras él apoyaba sus manos en mi cadera.
El beso acabó en un abrazo.
-Te quiero.- me susurró al oído.
-Te quiero.- repetí segundos mas tarde, después de asimilarlo y decirme a mí misma: “Él de verdad te quiere”.
Sacó de su chaqueta mi móvil, el que me “robó” durante el secuestro. Me lo devolvió con una sonrisa.
-Siento interrumpir este momento, pero tengo que irme. Guardé mi número de teléfono en tu móvil, ¿vale?
Asentí y me besó en la frente, nos despedimos y se fue andando. Yo me quedé quieta mirando como se iba.
-Necesito saber mas de ti.- le dije.
Se giró y asintió, prometió que me llamaría para volver a quedar. Cerré los ojos y suspiré, luego salté de la alegría, y llegué a casa volando.
No me lo podía creer, ¡estaba saliendo con Justin!
Pero en el fondo me inquietaba no saber nada de él, ¿dónde vivía?, ¿dónde estaban sus padres? Y lo más importante... ¿porqué razón robaba?
Como esperaba, mi madre me miraba con aquella sonrisa, una sonrisa picarona, me siguió desde la entrada hasta la cocina.
-Bueno cariño, ¿me vas a decir quien ese ese chico tan guapo?
“El mismo que robó a papá”, pensé. Me reí por lo bajo, que mala era, reírme de aquello era cruel, a mi padre le jodió bastante, pero a mí no me afectó tanto, o mejor dicho, nada.
-Mamá... ¿cuándo dejarás de meterte en mi vida?
-Hay cariño... no me hables así.- dijo sentándose en frente mía y apoyando su mentón sobre ambas manos. -Tan solo quiero saber sobre tu futuro novio.- sonrió de oreja a oreja.
-Ya, deja de hacer de madre moderna, no te pega.
-No hace falta ser una madre moderna para saber que ese chico te cambió el humor tan solo con mirarlo. Estuviste toda la semana andando por la casa como si fueras un muerto viviente, lo miras, y empiezas a sonreír, gritas su nombre y te pegas a su cuerpo. Dime que es eso si no es amor.
La miré intentando fulminarla, matarla o descuartizarla, por desgracia no tenía ese poder. Dejé el móvil sobre la mesa y suspiré antes de responder.
-¿Amistad?- mentí.
-Deja ya de engañarme.- me guiñó un ojo y se levantó.- Me alegro por los dos.
-Mamá...
-¿Qué quieres de comer?
-Comida, lo que sea.- respondí incómoda.
Escuché el sonido de la puerta cerrarse, supuse que era papá. Lo miré entrar con una cara angustiada, le dio un beso a mamá y a mi tan solo me
saludó.
-¿Qué tal en el trabajo?- preguntó mi madre preparando sopa.
-Bien, bien...- respondió mientras aflojaba la corbata.
-¿Te pasa algo?- cuestioné notando que algo no iba bien.
Me miró dudando si contármelo o no, pero finalmente cedió.
-Me dio la impresión de que alguien me espiaba.- tanto mi madre como yo nos quedamos calladas.- Serán paranoias.
-Estoy segura.- dijo mi madre.- ¿Te conté que tu hija se echó novio?
-¡Mama!- grité enfadada.- Papá, no le hagas caso..
-Hija, ya eres mayorcita, tener novio a tu edad es... es... bueno, es normal.- aclaró mi padre.
-Bien, ¿podemos dejar el tema?
La cosa no quedó ahí, siguieron hablando de Justin, mi madre empezó a contarle como era, empezó a decir miles de cosas durante la comida, no se aburrían del tema. ¿Cómo podían ser tan pesados? Después de hablar toda la tarde sobre las precauciones, el amor, el compromiso, la boda, el divorcio, el sexo... y todo lo que tenga relación con la palabra “pareja” o “novio”, por fin mis padres se marcharon a visitar a unos amigos.
Mi emoción aumentó cuando Justin me mandó un mensaje que decía que mañana quería quedar conmigo, pasaría por mi casa a las cinco.
Nunca pensé que sería tan feliz...