Me preparaba para el gran día, hoy conocería por fin al padre de Justin. Me preocupaba un poco la manera en la que podría reaccionar al verme, por
eso estaba nerviosa.
-¡Papá!- grité mientras terminaba de ponerme las medias.- ¿Puedes llevarme a la casa de Justin?
-Me voy a trabajar.- me avisó él desde el piso de a bajo.
-¡Ya estoy lista!- puse la falda y las botas rápidamente.- Puedes llevarme, queda de camino.
-Pues apúrate.
Bajé las escaleras y mi padre ya estaba esperándome con las llaves del coche en la mano. Subimos en el coche y le indiqué donde era.
-Bueno, es aquí.
Frenó repentinamente logrando que mi cabeza chocara contra el asiento de a delante, miré a mi padre por el espejo de forma despectiva mientras
frotaba mi frente.
-Muchas gracias.- dije con ironía.
-¿A que hora vas a venir?-preguntó ignorando mis palabras.
-Ni idea, ya llamaré. Total, tú vas a estar trabajando.- contesté con una sonrisa.
-Pues no te olvides de llamar a tu madre.
-Ya... Adiós.
Salí del coche y por fin respiré aire fresco, miré la casa de Justin y suspiré preparada para lo que tuviese que pasar. Llamé al timbre impaciente, la
sorpresa fue que abrió John.
-Hola Sara.- me saludó con una amplia sonrisa.
-¿Sabes mi nombre?
-Ya que tú no me lo dijiste, se lo pregunté a Justin.
-¿Donde está?
-Está terminando de vestirse, si quieres pillarlo semi-desnudo aún estás a tiempo.- extendió el brazo y se apartó indicándome que entrara.
-¡Ja! Muy gracioso...- me adentré en la casa.- Esperaré aquí mejor.
-¿Acaso aún no lo hicisteis?- lo fulminé con la mirada después de aquella pregunta.
-¿Cuándo te vas a meter en tus asuntos?- se rió.
-No te enfades, era broma.
-Mas te vale.
Los dos miramos a Justin bajar las escaleras al tiempo que terminaba de colocarse bien la camisa.
-Sara.- vino a mi lado y me abrazó.- Gracias por venir.
Agarró mi mentón para poder juntar nuestras caras, nuestros labios apenas se rozaron, pero luego profundizó el beso, como solía hacer, con la
lengua, cerré los ojos para disfrutar el momento.
John carraspeó, ya no me acordaba de que él estaba allí, nos separamos lentamente y luego lo miramos como disculpa.
-Bueno, vamos.- dijo él.
-¿Nos vas a llevar en coche?- le pregunté al ver que llevaba unas llaves en la mano.
-Por supuesto, soy el único de aquí que tiene carnet de conducir, ¿no?
-Espero que no nos estrelles por el camino.- comentó Justin.
Salimos de la casa para entrar en el garaje y coger el coche del padre de Justin y John. Justin se sentó en la parte de atrás conmigo.
