Epílogo.

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Habían pasado dos años desde que conocí a Justin, afortunadamente seguía con él. Los dos estábamos igual de enamorados que al principio de la historia, o incluso más. Seguía sintiendo la misma sensación de felicidad, la misma calidez a su lado...

Mis padres obviamente seguían viviendo en Francia, al parecer a mi padre le pagaban muy bien en su trabajo, mucho más de lo que él se esperaba. Mamá se había acostumbrado a las calles de París y a las costumbres, ahora ya sabía hablar mejor francés que Justin y yo juntos, algo que me sigue sorprendiendo, ¿desde cuando se le dieron bien los idiomas?

Cada mes me enviaban un sobre con suficiente dinero como para poder pagar la Universidad y poder ayudar a Justin y a John económicamente, aunque ellos mismos se las arreglaban muy bien trabajando en el Rock Palace, bueno, ahora Jus ya no trabaja allí, está pensando en estudiar algo y buscar un trabajo serio, yo lo animo a que lo haga, pero aún no decidió nada.

Como bien dije antes, estoy en la Universidad, por suerte estoy haciendo una carrera de psicología, y bueno... no me va tan mal. Hice nuevos amigos y amigas, algo que antes no tenía.

Hablando de amigos... desde que Jane y yo dejamos de hablarnos no volví a verla, tampoco la extrañé; pensé que sería lo mejor, olvidarnos la una de la otra. No tengo ni idea que será de ella, pero a pesar de el rencor que le guardo, espero que su vida no le vaya peor que la mía, aun que eso es imposible, por que soy la chica mas feliz del mundo.

John... el hermano de Justin sigue siendo un inútil, pero lo digo cariñósamente, no creía que podríamos llevarnos tan bien, prácticamente es mi mejor amigo. Es muy buena persona, y de momento, no rompió la promesa que hizo: “Yo lo visitaré todos los días”. Eso dijo la primera vez que fue a visitar a su padre. El pobre sigue en el hospital, esta deseando salir de allí, y poco le faltará. Esa enfermedad que tan desconcertados tenía a los médicos fue desapareciendo, se recuperó con el tiempo, y faltaban unos pocos meses para que pudiese salir de allí.

Le había cogido cariño de tantas veces que fui a visitarlo junto a Justin y John, y él también me había cogido cariño a mi.

El pasado de Justin siguió oculto, pocas personas sabían de su pasado, y con pocas personas, me refiero a casi nadie. Daba igual cuanto investigasen los policías, el ladrón más conocido de España había desaparecido. Lo que hizo Jus fue quemar su pasado, pero siempre me dice que no se arrepintió de haberme secuestrado aquel día, le doy la razón, toda la razón del mundo...

Mi vida era condenadamente feliz, y eso era lo mejor de todo, porque... él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón, él robó mi corazón...

El secuestro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora