✐Winner- Don't flirt.Luego de aquella noche, me sentí aún más ridícula cada vez que veía a Hoseok pasar por mi lado. Y quizás es porque había experimentado un ataque de melosidad intensa desde aquel día. Durante clases, aparecía con su estúpida sonrisa de casanova, se sentaba a mi lado e ignoraba completamente cualquier clase que estuviésemos viendo, solo para tomar fotos de mi rostro con su mente, mirándome fijamente durante minutos hasta que se daba cuenta de su propia conducta y hacia cualquier cosa para segundos después, repetirlo; algunas veces, si era más afortunada, tan solo tomaba mi brazo y dejaba descansar su cabeza en el hasta quedarse dormido. ¿Acaso no sabía que eso no se hacía cuando alguien esta irremediablemente enamorado y no es correspondido?
De cualquier forma, era como si le hubiesen cambiado el chip y no hacía más que ponerme de los nervios cada vez que lograba recordar mis palabras. ¿En qué demonios estaba pensando cuando le dije eso? Creo que mis ataques de valentía duran lo mismo que una gota en el desierto, es decir, nada.
Hoy era viernes y era el día de mi dichosa cita. Al menos me había levantado de buen humor y sin ningún grano en el rostro, ¡fuese el colmo! Pasé media mañana decidiendo que usar y al final me había decantado por aquella vieja chaqueta de cuero vino que mi madre había comprado para mí, junto a un cuello de tortuga gris y unos jeans negros rasgados en las rodillas; me calce unas zapatillas y alisé mi cabello, después de todo, no podía dar una mala impresión. Había ido más temprano a la universidad que de costumbre, porque de otra forma, no iba a salir a tiempo y odiaba la impuntualidad.
Por lo que tome diligentemente cada una de mis clases, con la peculiaridad de que no había rastro alguno de Hoseok o YoungAe. Esos dos eran los que llenaban la sala de chistes y risas, pero hoy, particularmente, el silencio reinaba en cada pasillo.
Traté de distraerme tomando aquel pesado examen de lingüística, pero aun cuando había terminado, seguía preguntándome que estaría haciendo el cabeza de chorlito.
¿Estaría comiendo?
Quizás, ¿estaría enfermo?
¡Basta! ¡Concéntrate Ah Rin!
Sacudí mi cabeza y cuando hubo finalizado mi jornada, recogí mis cosas con rapidez y me apresuré a la salida, chocándome contra la persona que menos quería ver en el proceso.
— ¿Qué hay, Ah Rin? — alcé la vista, solo para encontrarme con la sonrisa socarrona de Rowoon. Odiaba admitir que me sacaba varias cabezas en ventaja y además de ello, es como si su flacucho cuerpo ocupara toda la puerta.
— Um, hola. — Miré por encima de su hombro con bastante esfuerzo e hice ademan de moverme, pero su cuerpo me lo impidió. — Tengo que irme; por si no lo sabes.
— ¿No puedes conversar con tu amigo nuevo? — Dijo mientras se agachaba para alcanzar mi mirada. Fruncí el ceño inmediatamente. ¿Quién se creía este?
— No somos amigos, Rowoon. — Aclaré, observando como la sonrisa desaparecía rápidamente de su rostro. — Tan solo eres el amigo de Hoseok. No mío. No me interesa ser tu amiga, tampoco.
Había sonado más dura de lo que quería y con su rostro inexpresivo mirándome fijamente, me dieron escalofríos por un segundo. Había algo en ese chico que no encajaba para mí y justamente ese pensamiento comenzaba a ponerme nerviosa; el pasillo se había vaciado hace rato y aún si gritaba, los corredores eran lo suficientemente largos como para que el eco se perdiera en el intento. Soltó una risa sarcástica de repente, que me puso los pelos de punta, aunque permanecí inexpresiva.
— Ya, y tú eres demasiado amiga de él. — Aclaró su voz luego de reírse un rato y me miró con compasión fingida. — Pobre de ti, ¿no?... ¿Siquiera sabes en que anda? ¿Con quienes se codea? Deberías comenzar a fijarte mejor en con quien te juntas, Ah Rin. Porque parece que no tienes la menor idea.