Capítulo extra [5]

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LUCY.

Sentí el corazón acelerado mientras nos acercábamos cada vez más a la orilla del río, en donde los gemelos me habían dicho que sería la fiesta. Con una sonrisa que no podía ocultar, el sonido de la música y de las risas llegó hasta mí y sentí la emoción recorriéndome por entero.

Sin embargo, sabía que los estremecimientos que recorrían mi espalda no tenían nada que ver con la excitación del momento, sino por el poderoso vampiro que estaba tras de mí. Podía notar su mirada clavada en mi espalda, y sin saber muy bien por qué, mi nerviosismo aumentaba por momentos. ¿Qué tenía aquel vampiro para ponerme los pelos de punta? ¿Por qué una parte de mí me gritaba cosas que no llegaba a comprender?

Mirando de reojo al vampiro, me fijé en lo apuesto que era. Nunca me había sentido atraída hacia ningún hombre, pero él tenía algo que cautivaba hasta a la última célula de mi cuerpo. Era como un imán, y yo no tenía fuerzas para intentar alejarlo. Tragué saliva y negué con la cabeza, intentando alejar aquellos pensamientos de mi cabeza.

No, no era posible. Me negaba completamente a ello. No podía ser.

No podía ser que...

En ese instante, llegamos al lugar donde se estaba realizando la fiesta y toda la tensión que había estado aumentando en mi cuerpo se desvaneció, remplazada por una sensación de felicidad. Tuve que contener una enorme carcajada al ver a todos los lobos que estaban ahí reunidos, bailando y disfrutando de la música. Sorprendida, me di cuenta de que también había varios vampiros jóvenes entre ellos, y mi sonrisa aumentó cuando escuché su voz por encima del enorme barullo.

–¡Lucy! –gritó de nuevo con aquella ronca voz que tenía, abriéndose paso entre la multitud y llegando hasta mí– ¡No puede ser!

Intentando contener una carcajada, observé al apuesto lobo que solo era un año menor que yo. Sin poder evitarlo, me lancé a sus brazos y le abracé con fuerza mientras él se echaba a reír.

–Hola a ti también, Derek –me quejé con una sonrisa, soltándole de mi abrazo.

Una enorme sonrisa se extendió por su rostro y mi respiración se contuvo al darme cuenta del enorme parecido que tenía con su padre. Derek era el primer hijo de Rick y Diana, y era una réplica exacta de su padre, salvo por el color negro de su pelo y el carácter desafiante, lo cual había sido heredado de su madre. Era mi mejor amigo, y el único hombre con el que mi padre no parecía ponerse de los nervios, pues habíamos crecido juntos y nos habíamos criado como hermanos.

–Vamos primita, sabes que ha sido toda una sorpresa verte por aquí. ¿Desde cuándo tu padre te permite salir sola? –preguntó él con una media sonrisa, poniendo su brazo alrededor de mi cuello. A pesar de que era alta, en cuanto aquel lobo había pasado el estirón, me había resignado a ser una cabeza más baja que él.

–Bueno, sobre eso... No he venido sola –aclaré, mirando por encima de mi hombro. Mis mejillas se sonrojaron entonces al darme cuenta de que el vampiro se había ido, dejándome un ficticio espacio libre. Mirando por los alrededores, no encontré verlo... pero seguía notando su mirada sobre mí. Tobías seguía ahí–, hasta ahora...–me aclaré la garganta y volvía a clavar la mirada en Derek, el cual me miraba con una ceja alzada–. Y en cuanto a lo de mi padre... Bien, él no sabe que estoy aquí, así que tengo solo un par de horas antes de que me descubra.

Derek se echó a reír.

–¡Sabía que esa sangre de loba que tienes se activaría en cualquier momento! –sus ojos plateados brillaron con diversión–. Ya sabes lo mucho que detestamos las órdenes... Y bien, ¿qué tal si empezamos la fiesta de una vez por todas?

LUCHA DE IGUALES. || LB#3 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora