11 • Malas influencias•

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Kyuhyun abrió los ojos cuando captó que el despertador no había sonado, se levantó a toda velocidad, agarró su ropa y salió corriendo a ducharse.

Luego de unos cuantos minutos, salió del baño y encontró a Yesung saliendo de la cocina, en cuanto este lo miró, sus mejillas enrojecieron.

— Que tierno eres cuando te sonrojas… — Avanzó hasta quedar frente a él y lo tomó por el mentón para que lo mirara.—  Pero eres aún más tierno de otra forma.

Sonrió de lado mientras le guiñaba un ojo, las mejillas del pelinegro se tornaron más rojas.

Yesung comenzó a reír levemente. — ¿Te das cuenta que nos tenemos que ir en cinco minutos?

Dijo alejándose.

— Sí, lo siento. — Reaccionó Kyu corriendo por su uniforme de trabajo.

וווו

— Eunhyuk, exactamente debes lo de siete licuados, cuatro emparedados y una rebanada de pastel. — Dije mostrándole la cuenta de todo lo que debía.

— Eso es una blasfemia. Yo he pagado todo eso. — Se defendió.

— Hacerle ojitos a Donghae no nos mantiene. — Heechul le quitó el licuado que traía en las manos.— ¡Paga!

— Heechul, no digas esas cosas. — Donghae apareció en defensa de Eunhyuk.

Estaba por interrumpir su épica discusión, pero miré a Tiffany haciéndome señas desde la puerta. Miré a los lados para cerciorarme que Kangin no saliera de su oficina, una vez que no ví peligro alguno fui a ver qué era lo que quería esa chica.

— ¿Pasa algo? — Pregunté luego de ver que estaba más nerviosa de lo normal.

— Mira hacía el estacionamiento. — Susurró.

Estiré un poco mi cuello y noté que en la parte alejada del estacionamiento se encontraba un auto de color negro, muy lujoso. Reí leve pensando en cómo le iría al pobre idiota que lo manejara, seguramente no duraría ni un minuto dentro del auto. Cuando el conductor regresó, mi mundo se movió de un lado a otro…

Mis expresiones se borrarón automáticamente.

— ¡Oh por todos los Dioses!— Dijo Tiffany cuando se inclinó a sacar alguna cosa del auto y tuvimos una excelente vista a su trasero. — No sé quién carajos sea… Pero definitivamente no debe verlo Heechul.

Su altura era perfecta, su cabello negro estaba peinado con precisión para hacerlo ver aún más atractivo. ¡Dios! Que ojos, que sonrisa, que brazos, que piernas.
Sí que había cambiado. Ya no era ese chico delgado con gafas y acné del que algunos se burlaban.

— Viene hacia aquí. — Tiffany corrió dentro del establecimiento y cuando fui capaz de regresar a la realidad, ese monumento de hombre estaba frente a mí.

— Buenos días. — Dijo sonriendo ampliamente. Que educado. — Veo que sigues en… tu trabajo.

— Sí. — Contesté antes de pasar saliva, nervioso.

— ¿Eres tu quien atiende en este lugar?

— Emmm… bueno. — En realidad es Donghae. — Sí, yo te atiendo.

Eché un vistazo hacia el puesto de Donghae y para mí fortuna se encontraba vacío. Él se encontraba peleando con Heechul y Eunhyuk, Kyuhyun estaba en la cocina ayudando a Taeyeon con algunos asuntos.

— ¿Qué vas a querer? — Pregunté del otro lado de la repisa.

— Pensé que me conocías. — Guiñó un ojo. — Ya sabes.

EVIL CRUSH (Kyusung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora