"Es una larga historia..."

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#Maratón

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JANNA

— ¡No usare esto! — señalo la parte superior del vestido.

— ¿Porque no? — pregunto arrogante el cuernudo — te ves bien — alzo una ceja el descarado.

— Porque mi parte superior esta a la vista — reclamo.

— Claro que no — negó — así hasta creo que eres femenina.

— Cállate idiota — le aviento uno de los zapatos que traigo.

— Es necesario que vistas así — confeso — a mi primo le gustan chicas así.


Mis ojos y boca se abren ofendida con un poco de sorpresa, como se atreve a juzgar a las mujeres por su apariencia con este tipo de vestidos, donde te marca la cintura hasta no respirar y tu parte superior esta mas a la vista de lo que debe, por ultimo si cree que tengo que seducir a alguien, esta loco, no lo haré.

Tonta... Tu libertad de las consecuencias de tus actos esta en juego.



¿Primo? — retomo el tema. — nunca hablaste de personas externas.

Pero así aceptaste el trato — alzo los hombros sin importancia.

Ahora me dirás de que trata toda esta mier** — sostengo palabras de la grosería.

— Es fácil — me miro sin importancia — te llevo con mi primo, lo distraes un rato y yo consigo lo que perdí.

— Malditasea — blanqueo los ojos.

— ¿Que se siente estar acorralada por un trato? — desafió.

— Touché —.



Me gire a mi vestidor, aun tenia que colocarme los zapatos que me había entregado el cuernudo, de nuevo salí para que mi esclavo me diera la opinión de esto, antes de salir me miro en mi espejo de cuerpo completo, tenia razón no me veía nada mal, el vestido me formaba una cintura diminuta, algo que nunca creí tener, tenia pequeñas tiras que sujetaban mis brazos horizontalmente, el vestido dejaba ver mis piernas, era corto de enfrente pero tenia una larga cola, su color eran rojizos, casi color vino, las zapatillas eran cortas pero elegantes de color negro, si veías mi cuerpo sin mi cara no crearais que soy yo, nisiquiera me creo ser yo.

— Listo — señale el vestido.

— Esta bien — toco su barbilla — pero podria ser perfecto.


Tomo la diadema de cuernos, la coloco en mi cabeza con delicadeza, pero su cara permanecía muy cerca de la mía, su respiración provocaba que mi nariz sintiera  cosquillas, su mirada estaba fija en mi cabeza y la diadema, sin embargo, su cercanía me provocaba escalofríos involuntarios, si me había dicho que no estaba interesado en mi, ¿porque hace esto?, si según el yo no soy nada y se supone que sabe que me pone nerviosa.

Sus manos dejan de acomodar la diadema para después tocar con delicadeza mi cabello, hace unos movimientos extraños con el, y siento jalones de su parte, se aleja de mi para verme lejos, tuerce los labios y se vuelve a acercar a mi, toma mi cabello y realiza una pequeña cola de caballo, vuelve a alejarse y me mira por ultima vez.


— ¿Ya acabaste? — alce mi ceja con molestia.

— No — se acerco.


Mis ojos se toparon con su cara y sus ojos fijos a los míos, extrañamente torcía la boca y parecía querer leerme la mente, su gesto cambio a uno donde parecía tener una idea, hizo un gesto con sus manos y miro, de nuevo tomo aire y le surgió nuevas ideas, mis dientes comenzaron a crecer un poco, pero solo los colmillos, coloco guantes de encaje cortos en mis manos y se alejo admirando su creación.

— Listo — sonrió — pero ve mi creación. — señalo el espejo a su lado.


Voltee a el espejo de mi tocador, no sabia que había hecho, mucho menos como me veía, presentía que no era bueno cambiar mi forma de ser, aunque odio admitir que debo hacerlo, mi futuro esta en juego.

Mis ojos ven mi reflejo, se abren sorprendidos sin creer lo que estaba frente a mi, una chica de ojos levemente rojizos y muy bien maquillados sin exagerar, unos colmillos pequeños le seguían a mi boca y un peinado que escogía unos cuernos falsos haciendo que parecieran reales, mire mi manos y vi los guantes, mi expresión era totalmente de sorpresa, ahí viéndome tratando de creer que esa chica frente al espejo, era Janna, que era yo, por una vez era una chica que estaba satisfecha con si misma.

— Ahora entiendes — se asombro por mi hombro Tom — eres una chica linda y bella — nos mirábamos por el espejo — solo tienes que creerlo.


Mis ojos permanecían estáticos, mi boca abierta sin sentido alguno, la cara de Tom a mi lado y yo en el limbo, parecía que el mundo se había detenido por un segundo, un segundo que era solo para mi.
Voltee a ver a su lado y note que el cuernudo ya traía un traje de color negro, se veía diferente a todas las veces que alguna vez nos vimos, creo que por fin se baño por primera vez Tom.

— ¿Que tengo que hacer? — suspire saliendo de mi trance.

— Acompáñame — señalo a su lado.

Me acerque y de nuevo me tomo por la cintura, una aura de llamas nos invadió por un segundo, aparecimos en la entrada a un lugar lúgubre, con una puerta enorme y antorchas a su lado, mire confundida el lugar y busque a Tom.

— ¿Cual es el plan? — mire al cuernudo.

— Entramos... — suspiro pesado — nos presentamos frente mi tío — blanquee los ojos con molestia — por tu nombre no hay problema, di el verdadero.

— Pero...— señale la puerta — ¿porque vamos a entrar juntos?.

— Es una cena — toco el espacio entre sus cejas — se supone que hoy presentare a mi novia.

— ¿Que? — abrí mi boca involuntariamente — ¿novios? — lo señale — ¿tu y yo?

— Agh... — suspiro pesado — es una larga historia.

— De nuevo esas dos malditas palabras — reclame — en este momento me diras que significa "larga historia" — entrecomille con mis manos.

Lovers: Sentimientos del inframundo Star vs. Las Fuerzas del Mal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora