11.Que empiece la fiesta.

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Dejando atrás al desconocido decidí ir a contárselo a Dante, pero Peter y Jonh se me cruzaron en el camino.

-Eh Alan cómo te va - dijo Peter, ¿o era Jonh? ¿Cómo los distinguía la gente?

-Como cualquiera estaría cuando descubre que es un oyente y lucha con los "lobos rojos" - dije añadiendo una sonrisa sarcástica - pero la verdad es que me voy acostumbrando poco a poco. Es como cuando te ponen aparato en la boca, primero te duele al comer y luego se te pasa.

Me miraron con cara de poco entendimiento.

-¿Has tenido aparato? - preguntó Peter riéndose.

-¿Cómo piensas que he conseguido estos dientes tan perfectos? - dije señalándomelos.

Los tres soltamos una carcajada.

-¿Cómo os va a vosotros? - quise saber.

-Genial, he oído algo de que quizás nos pasen de nivel - dijo John alegremente.

-¿Cómo se pasa de nivel?

Sabía que era una pregunta tonta pero quise saberlo.

-Primero tienes que mejorar entrenando más - empezó John.

-Después te enfrentas a uno de los de tu nivel, si lo vences, tendrás que luchar con otro del siguiente nivel. Si logras ganarle demostrarás que estás a su altura y estarás en su nivel. Si no lo logras volverás de regreso a tu nivel y quedarás como el hazmerreír del año. - terminó de explicar John.

-¿Y alguien ha probado ha enfrentarse a Maya? - pregunté.

Peter y John se intercambiaron una mirada nerviosa.

-Han sido muchos los que lo han intentado, pero Maya siempre les gana. Esa chica es una máquina luchando, tiene una lanza y con ella y su agilidad podría matarte en menos de un minuto y no te enterarías. - explicó Peter.

Me quedé asombrado. Todavía no había visto pelear a Maya, pero si ella era la única en su nivel por algo sería .

-Al lo que habíamos venido - dijo Jonh - hemos pensado que para celebrar tu llegada y para calmarnos un rato, vamos a dar una fiesta en el sótano de los novatos en los barracones ¿quieres venir?

-¿Una fiesta? Claro que  iré, cuando vivía en España no perdía ni una, quiero retomar mis viejas costumbres.

-¿España? - preguntaron los dos a la vez.

-Es una larga historia - respondí.

-No se hable más, vamos para allá. - dijo Peter.

Por el camino a Peter se le ocurrió la pregunta más estúpida que podría haber hecho.

-¿Que tal Maya y tú?

-¿A qué te refieres con Maya y tú?

-No te hagas el disimulado. - dijo divertido.

Cuando dijo eso creo que se me saltaron los colores y John se dio cuenta.

-No le hagas caso a este idiota.

-¡Eh! - exclamó Peter molesto.

-Lo que mi imbécil hermano quiere decir es que ... no sé cómo explicarlo, pero creo que Maya puede haberse fijado en ti. Pero sin embargo lo que más me confunde es que cuando Maya conoce a algún chico es muy dura y fría con él, excepto contigo.

-Si quieres te puedo contar la historia yo mismo. - lo interrumpió Peter.

-Gracias chicos pero no...

-Está bien. - me interrumpió - Todo empezó hace dos años cuando Maya estaba en el nivel experimentado, con el tiempo se enamoró de un chico del nivel profesional. Los dos estaban locos el uno por el otro y acabaron juntos, eran la pareja más feliz de aquí. Pero lo que no sabía es Maya vivía en una gran ignorancia. El chico se llamaba Dylan, un día desapareció misteriosamente y nadie supo nada más sobre él.

-Algunos dicen que se pasó al bando de los "lobos rojos". - susurró Peter.

-Gracias por la información, pero ahora no quiero malos rollos. - concluí.

-Tienes razón - dijeron los dos a la vez - vamos a divertirnos.

Entramos en mi habitación y fuimos a la esquina izquierda del fondo. Levantamos la trampilla que hasta ahora yo no había visto, bajamos las escaleras y enseguida el ambiente de fiesta nos invadió. Era un sótano muy grande para poder albergar una fiesta.
La música sonaba alta, en ese momento estaba sonando Hotline bling de Drake. Todo el mundo estaba allí bailando y pasándoselo bien como si fuesen adolescentes normales y los " lobos rojos" no existieran.

Vi a Meg y a Leila bailando y bebiendo algo, Parker estaba hablando con otros chicos y, como siempre Chloe y Oliver estaban juntos.

-Ya es hora de que sepas cómo se monta una fiesta aquí. - intentó gritar John por encima de la música.

Por una vez en mucho tiempo me sentí a gusto en casa y con mis amigos. Cogimos algo de beber y nos acercamos donde estaban Meg y Leila para bailar con ellas. 

-¡Alan has venido! - gritó Meg

Entonces se lanzó a mis brazos y se quedó un rato abrazada a mi.

-Me alegro tanto de verte. - dijo alegremente.

-Yo también. -  murmuré incómodo.

Todos se empezaron a reír y yo les seguí la corriente. El resto de la noche transcurrió y la fiesta terminó de forma agradable.

Yo sabía que esa noche había sido una de las pocas buenas en una gran temporada.



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