22.Supervivientes.

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Cuando llegamos al bosque ya había anochecido.

-¿Chicos qué os parece si acampamos aquí y seguimos por la mañana? - propuso Meg cansada.

-Me parece bien - dije soltando mis cosas.

Sacamos los sacos de dormir y nos instalamos rápidamente, el ambiente era frío y seco. Faltaba algo.

-Nos falta encender un fuego - dije.

-Tienes razón, nos vendrá bien para calentarnos - recomendó Maya - ¿Quién va a buscar la leña? - preguntó mirándonos.

-Yo iré - se ofreció Parker rápidamente.

De inmediato recordé que no podía fiarme de Parker, durante todo el viaje había estado muy raro. Podrían ser cosas mías pero una de las reglas de oro es no fiarse de nadie.

-Te acompaño - dije levantándome y al segundo me gané una de sus miradas de asco.

-¿Tú? ¿Estás seguro de que no te da miedo el bosque? - dijo en un tono de burla.

-Oh, venga Parker deja de protestar y acompáñalo ya - dijo Meg molesta.

A regañadientes los dos nos adentramos en el bosque. Si no conociera a Maya y Meg pensaría que podrían estar en peligro solas, pero ellas podrían matarte con una mirada. Lo sé de primera mano.

Mientras recogíamos un poco de leña un ruido extraño hizo que me sobresaltara y lo tirara todo al suelo.

-¿Qué es eso? - pregunté alertado.

-No te preocupes niñita sólo es un bicho de la montaña, no seas cagueta Parker está aquí para protegerte - dijo en tono de superioridad.

-Si eres un "oyente" puedes pensar que cualquier bicho de la montaña es un "lobo rojo" listo para comerte.

-Llevo mucho más tiempo que tú siendo un ''oyente", no necesito que me digas cómo se hace - concluyó molesto.

¿Qué mosca le ha picado? Sólo le he dicho lo que es lógico. No hace falta que la tome conmigo.

-Ah, y hablando de "oyentes", ni se te ocurra acercarte a Maya, y si lo haces estás muerto. Sabes que no puedes hacer nada con ella.

¿Acaba de amenazarme?

-Sabes perfectamente que Maya está harta de rechazarte - le recordé mientras seguía recogiendo leña.

-Es sólo cuestión de tiempo, acabará cediendo - dijo poniéndose delante de mí.

-Si la sigues incordiando así, nunca lo hará.

-No tiene opciones ¿en quién más se va a fijar? ¿En ti? Ja, no me hagas reír.

-Sabes no quiero seguir discutiendo, tenemos que darnos prisa.

-Entonces recuerda lo que te he dicho - dijo dándome un golpe en el hombro.

Ni de broma, Parker no podía decirme en quién fijarme o no. Además ¿por qué me importa tanto? De todas formas yo no me e fijado en Maya. ¿O sí?

No, definitivamente no.

-Creo que ya hemos recogido bastante leña, volvamos con las chicas - dije intentando apartar ese pensamiento de mi mente.

Lo miré y él asintió satisfecho. Por una vez estábamos de acuerdo en algo.

No podía creerme que Parker acabara de hablarme así, en algún momento pensé que éramos amigos. Sin duda su estúpida obsesión lo está cegando.

Cuando por fin regresamos Maya y Meg estaban hablando y riendo como si fueran un par de chicas normales en un día de camping.

-Por fin habéis llegado, estaba empezando a quedarme helada - reconoció Maya abrazándose a sí misma.

-No te preocupes Maya, he vuelto - respondió Parker dándome un codazo, lo que le arrancó a Maya una mueca de asco.

Meg se percató de ello y me lanzó una mirada de " ya ha vuelto a empezar, verdad" . Asentí.

Parker y yo colocamos algo de hierba seca con pequeñas ramas por encima mientras que Meg sacaba un mechero de su mochila y le prendió fuego a la hierba, enseguida empezó a arder, después echamos el resto de la leña.

Sacamos nuestra comida y nos acomodamos al rededor del fuego.

-¿Cuánto creéis que nos falta hasta encontrar a los indios? - preguntó Meg dándole un mordisco a su comida.

Miré mi móvil, pero no había cobertura y lo único que conseguí fue gastar batería. Quién sabe cuándo volveré a encontrar un cargador.

-No lo sé, mañana lo descubriremos - reconocí cansado.

-Espero que sea pronto, porque no me gusta la supervivencia en la montaña - admitió Meg terminando su comida y recostándose.

-Todavía os falta mucho que aprender sobre el estilo de vida en la montaña - se quejó la loba de Maya mientras se recostaba sobre ella.

-No digas eso Nakawé - la reprendió Maya - Anda come algo y descansa, mañana será un día largo.

Nakawé mordisqueó su hueso con carne y enseguida se adormiló.

-Parker, haz el primer turno conmigo - se ofreció Meg.

-¿Qué? ¿Por qué yo? Que lo haga Alan - protestó él.

-Deja que descanse - ordenó Maya - Todavía tiene que acostumbrarse - dijo dándole una mirada de odio.

Parker se quejó un par de veces mientras que él y Meg se ponían en un sitio seguro para vigilar. De vez en cuando me lanzaba miradas que podrían haberme matado. Yo sólo sonreía satisfecho mientras me recostaba en el suelo con Maya a mi lado.

Mientras intentaba dormirme pensé en todo lo que nos esperaba mañana, en cualquier peligro o sorpresa que nos llevaríamos. Poco a poco se me fueron cerrando los ojos y lo último que escuché fue a Meg y Parker discutiendo.

...

Cuando desperté me di cuenta de que Parker y Meg se habían quedado dormidos y no me habían despertado para el segundo turno. Giré mi  mirada hacia el lado donde estaba Maya y vi que su saco estaba vacío.

Rápidamente me levanté , la llamé a gritos y la busqué. Pero no hubo respuesta.

Maya había desaparecido.



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