24.Cayendo al vacío.

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Allí estaba yo,colgado de un precipicio en medio de la nada, con el corazón a punto de salirme por la boca.

Meg se puso blanca como la leche, sin embargo Parker no parecía preocuparse nada, como si un chico se cayese por un barranco todos los días.

El lado del que me estaba agarrando del saliente estaba puntiagudo y rasposo, lo aferraba con tanta fuerza que las manos empezaron a sangrarme.

-¡Alan, aguanta un momento! - gritó Meg asustada.

Como si tuviera un momento. Era cuestión de tiempo que acabase cayendo. Si lo hacía los "lobos rojos" ganarían y mis padres hubieran muerto en vano.

No, definitivamente no. Todavía teníamos que encontrar a Maya y no quería que mi vida acabase aquí.
Puede que en la manera en la que te estoy hablando pienses que estoy calmado, pero ni mucho menos.

-Parker no te quedes ahí parado y ayúdame - le urgió Meg - Alan, dame una mano, confía en mí.

-¿Cómo crees que podrás salvarlo? Pesa demasiado, no podrás.

-¡Parker! ¡Deja de insultarme y ayúdame! - grité harto de él - ¡Lo único que has hecho en todo el viaje es molestar! ¡Deja de comportarte como un niño!

Parker pareció ofenderse un poco y decidió ayudarme.

Le di una mano a Meg, pero como la suerte nunca está de mi parte, en ese momento el saliente empezó a resquebrajarse y caí unos centímetros.

-¡Rápido! - grité - Esto no aguantará mucho más.

En el último momento cada uno me cogió una mano y empujaron hacía atrás librándome poco a poco de mi miedo a las alturas y de la muerte que me esperaba. Ya por fin en suelo firme lo único que pude hacer fue tirarme al suelo, soltar un gran suspiro y desahogarme mientras lloraba por dentro.

Parker hizo lo mismo mientras que Meg se lanzó a abrazarme desesperadamente.

-¡Alan! - gritó alarmada.

-¿Qué? ¿Me he vuelto a caer? - pregunté asustado.

-No es eso idiota - respondió Parker.

-Mira tus brazos y piernas - dijo señalándome.

Bajé la mira y descubrí que mis brazos estaban cubiertos de arañazos, pero lo que más me asustó fue la herida que tenía en la rodilla. Dejé de mirarla por el simple hecho de que no tenía fuerzas para hacerlo.

-¿Te duele? - preguntó Meg mirándola por todos lados.

-Un poco - reconocí, aunque por dentro me quemaba muchísimo.

-Nenaza - murmuró Parker entre toses.

Solo le lanzé una mirada de odio y este captó el mensaje enseguida.

Meg empezó a curarme todos los cortes, sin duda el de la rodilla era el que más me dolía. Terminó de vendármela y me dijo que intentara ponerme de pie. Lo hice pero no podía cargar peso en la rodilla dañada.

-No te preocupes Alan, te ayudaré.

-Gracias Meg. De verdad.

-¿Por dónde seguimos buscando? - preguntó Parker.

-Sigamos el río hasta su nacimiento - recomendé.

Los dos parecieron de acuerdo con la idea y comenzamos a caminar de nuevo.

Parker iba unos cuantos pasos por delante explorando el terreno, yo iba apoyado en Meg mientras ella se quedó un rato pensativa.

-Alan - me llamó la atención - ¿Puedo preguntarte algo?

-Claro.

-Sé que te puedo parecer algo brusca, pero quiero saberlo.

-Venga Meg, nos conocemos desde hace bastante tiempo y sé perfectamente cómo eres. Cuéntame.

-Te gusta Maya ¿verdad? - dijo con la cabeza baja.

En ese momento no sabía cómo reaccionar.

-Tomaré ese silencio como un sí.

-¿De qué hablas Meg? Yo no...

-Lo primero que tienes es que saber - me cortó - es que no estoy enfadada, nuestra relación quedó en el pasado - sonrió con gracia - Y segundo, por favor Alan no te hagas el inocente, he visto cómo os miráis. No había visto a Maya ser amable con un chico desde que estuvo con Dylan.

-Meg creo que te estás confundiendo.

-No me interrumpas Smith. Piensa en lo que te estoy diciendo, ya se que lo nuestro se acabó pero, mira hacía delante. Maya y tú sois perfectos. Además creo que ella siente ...

-¡Chicos! - nos interrumpió Parker - Mirad allí.

Estábamos entrando en un claro, desde un poco más adelante se veía algo de movimiento y una columna de humo subiendo hacia arriba.

¿Sería lo que yo pienso?

Cruzamos el claro y nos acercamos al pie de la montaña que había justo al lado. Los aullidos de los lobos empezaron a sonar.

Entonces empecé a sonreír como un tonto.

Por fin llegamos, allí estaban los indios.

Gracias por leer 😻😻

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